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14.6: La ciencia del desarrollo del multilingüismo

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    Discriminación lingüística

    Uno de los posibles retos para los niños que crecen con una exposición frecuente a varias lenguas es poder diferenciarlas. Poder separar las lenguas desde muy pronto parece crucial, dado que el niño tiene que establecer diferentes sistemas lingüísticos para las lenguas. [1]

    Las primeras investigaciones sobre bebés monolingües han demostrado que los recién nacidos son capaces de discriminar entre diferentes lenguas, pero solo si estas pertenecen a clases rítmicas diferentes. Por ejemplo, los recién nacidos franceses podían discriminar el inglés del japonés, el español del italiano, pero no del holandés (Nazzi, Bertoncini & Mehler, 1998; Ramus et al., 2000). El único estudio sobre los efectos de la exposición multilingüe con recién nacidos analizó a los bebés de madres multilingües inglés-tagalo que utilizaron regularmente ambos idiomas durante el embarazo (Byers-Heinlein, Burns & Werker, 2010). El experimento probó la discriminación al utilizar un paradigma de habituación en el que los bebés fueron expuestos primero a frases en inglés o en tagalo hasta que su ritmo de succión de un chupete especial disminuyó por debajo de un criterio predefinido (habituación) y luego se les presentaron frases del otro idioma. Los resultados revelaron que tanto los bebés monolingües como los multilingües mostraron un aumento de su succión tras el cambio de idioma, lo que demuestra que los recién nacidos multilingües eran capaces de discriminar entre ambos idiomas, al igual que los monolingües. [1]

    A la edad de 4 meses, los bebés monolingües comienzan a discriminar las lenguas de la misma clase rítmica de su lengua materna (Bosch & Sebastián-Gallés, 2001; Chong, Vicenik & Sundara, 2018; Molnar, Gervain & Carreiras, 2014; Nazzi, Jusczyk & Johnson, 2000), lo que indica que han adquirido algún inventario de claves que los ayudan a separar su lengua materna de otras. Al igual que los bebés monolingües, los bebés multilingües son capaces de discriminar entre lenguas a la misma edad que los monolingües (Bosch & Sebastián-Gallés, 2001; García, Guerrero-Mosquera, Colomer & Sebastián-Galles, 2018). Por ejemplo, los bebés monolingües en euskera y multilingües en español/euskera se habituaron primero a los estímulos de una lengua y luego se evaluaron con estímulos de ambas lenguas. Los resultados mostraron que ambos grupos eran capaces de discriminar entre las dos lenguas (Molnar, Gervain & Carreiras, 2014). Esto denota que, a la edad de 4 meses, los bebés multilingües han detectado algunas propiedades que separan sus dos lenguas y que pueden asignar estas propiedades específicamente a una de sus lenguas. [1]

    ySR-e4c-4IZNy0y3vTBrxpf31XNwm1-QbylVNeHTSGwZePoUT5jdiMhhVKGQN1Qmk8Ap1WWLkYYj5xJZ6Y5XvdUhBdFfR9_0w-Qwo_Qwc-c6tTvqZ_LVRDos9KZFvnrnM17I0mR3mVVlcuRHmDLFdAFigura \(\PageIndex{1}\): Una cuidadora sosteniendo a un bebé en brazos. ([2])

    Crecimiento del aprendizaje de palabras

    El aprendizaje de palabras comienza en la segunda mitad del primer año de vida, con algunas evidencias de conocimiento de una cantidad limitada de palabras ya a los 6 meses (Bergelson & Swingley, 2012; Tincoff & Jusczyk, 1999, 2012). El aprendizaje de palabras aumenta entonces, muchas veces con una fuerte aceleración, en el segundo año de vida (Fenson, Dale, Reznick, Bates, Thal & Pethick, 1994). Este desarrollo temprano se caracteriza por una amplia variabilidad individual en el tamaño de los vocabularios receptivo y productivo. [1]

    Como la información de los bebés multilingües se distribuye en más de una lengua, es probable que reciban menos información en cada una de sus lenguas que los monolingües, lo que puede repercutir en el desarrollo léxico temprano. Además, dado que los bebés multilingües varían en cuanto a la cantidad relativa de información que reciben en sus lenguas, estas podrían no desarrollarse a la misma velocidad. Estudios recientes apoyan estos puntos. Cuando se evalúa a los bebés multilingües en cada una de sus lenguas por

    separado, los estudios indican que se retrasan con respecto a los monolingües a partir del segundo año de vida (Core, Hoff, Rumiche & Señor, 2013) y la cantidad relativa de exposición a cada lengua está relacionada con el crecimiento de esa lengua específica (Grüter, Hurtado, Marchman & Fernald, 2014). [1]

    Un aspecto crucial a la hora de comparar las trayectorias de aprendizaje de palabras de los bebés monolingües y multilingües es la forma de contabilizar el vocabulario. Uno de ellos es el vocabulario conceptual: contar cada referente para el que un niño tiene una palabra en cualquiera de los dos idiomas (un niño francés-alemán obtendría un 1 por conocer chien, hund o ambos); otro enfoque es el vocabulario total, es decir, contar cada palabra conocida en ambos idiomas (el mismo niño obtendría un 2 por conocer tanto chien como hund). Es fundamental considerar cómo medir el crecimiento del vocabulario multilingüe, en especial cuando se compara con el de los monolingües, ya que los resultados pueden variar mucho (Hoff et al., 2012). Por ejemplo, en un estudio en el que se comparó a niños pequeños de 24 a 27 meses que eran monolingües en inglés y alemán, se halló que los vocabularios totales de los multilingües eran mucho mayores que sus vocabularios conceptuales y los vocabularios en inglés de los niños que aprendían inglés (Junker & Stockman, 2002). La evidencia también indica que el crecimiento del vocabulario está influenciado por el dominio del idioma, con puntuaciones de vocabulario más altas en el idioma dominante en comparación con el no dominante (Hoff et al., 2012). Lo que está claro es que cuando se evalúan los niveles de vocabulario de los multilingües al utilizar medidas que tienen en cuenta sus dos lenguas, se sitúan en un rango similar al de los bebés monolingües. Cuando se evalúa el desarrollo lingüístico de los multilingües, siempre se debe tener en cuenta el desarrollo de todas sus lenguas (Nayeb et al., 2021). [1]

    cHNQPu9xPsfZLizO1I0I0jIW4wopQanSiA9g6oWXsG9hl5nH8Wu29-9gTn93MIjxDaXTAmNMfTk-ssOPl0YBXBTconxlENe9bhOtGRPj8b4aVqLurtBHxN979qdYlVXbngSjvcbiR_Sy8X_yoIA56Q Figura \(\PageIndex{1}\): Una niña pequeña (1.5 años) que crece en China. ([3])

    Además de trazar la trayectoria de crecimiento del aprendizaje de palabras mediante el conocimiento del vocabulario, en algunos estudios se ha explorado el aprendizaje de palabras al investigar la velocidad a la que los bebés multilingües reconocen las palabras en cada una de sus lenguas. En investigaciones anteriores con monolingües, se ha revelado que la velocidad de procesamiento del lenguaje está relacionada con los resultados cognitivos y lingüísticos posteriores (Fernald, Perfors & Marchman, 2006; Hurtado, Marchman & Fernald, 2007; Marchman & Fernald, 2008). En un estudio con niños multilingües de 30 meses de habla español/inglés, los resultados revelaron que la velocidad de procesamiento en cada una de las lenguas de los niños estaba relacionada con su vocabulario en esa lengua específica (Marchman, Fernald & Hurtado, 2010). También se mostraron hallazgos similares en otro estudio con bebés multilingües de español/inglés de 16 a 22 meses (DeAnda, Hendrickson, Zesiger, Poulin-Dubois & Friend, 2018). Estas investigaciones indican que la velocidad de procesamiento del lenguaje y la adquisición de vocabulario están vinculadas en los multilingües, como se había descubierto en los monolingües, pero que este vínculo es específico del idioma. [1]

    Referencias y Fuente de Figuras

    [1] Höhle et al., (2020). Variability and stability in early language acquisition: Comparing monolingual and bilingual infants' speech perception and word recognition. Bilingualism: Language and Cognition, 23(1), 56-71. CC by 4.0.

    [2] Imagen de Jonathan Borba en Unsplash.

    [3] Imagen de chen lei en Unsplash.


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