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1.2: El ciego y el elefante

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    Esta vieja historia de China o India se convirtió en el poema El hombre ciego y el elefante de John Godfrey Saxe 5. Seis ciegos encuentran excelente evidencia empírica de diferentes partes del elefante y todos llegan a inferencias razonadas que coinciden con sus observaciones. Su investigación es impecable y sus conclusiones son completamente erróneas, mostrando la necesidad de incluir el análisis holístico en el proceso científico.

    Aquí está el poema en su totalidad:

    Fueron seis hombres de Indostán, a aprender mucho inclinado,

    que fue a ver al elefante (aunque todos estaban ciegos),

    que cada uno por observación, pudiera satisfacer su mente.

     

    El primero se acercó al elefante, y, pasando a caer,

    contra su lado ancho y robusto,

    de inmediato comenzó a gritar: “¡Dios me bendiga! pero el elefante, ¡no es más que un muro!”

     

    El segundo sentimiento del colmillo, gritó: “¡Ho! lo que tenemos aquí,

    así que muy redondo y suave y afilado? Para mí es muy claro,

    esta maravilla de elefante, ¡es muy como una lanza!”

     

    El tercero se acercó al animal, y, pasando a tomar,

    el tronco que se retuerce en sus manos, “ya veo”, quoth él,

    ¡el elefante es muy parecido a una serpiente!”

     

    El cuarto extendió su ansiosa mano, y sintió alrededor de la rodilla:

    “Lo que más es esta maravillosa bestia es, es muy claro”, dijo;

    “Es lo suficientemente claro que el elefante es muy parecido a un árbol”.

     

    El quinto, quien se dio la oportunidad de tocar la oreja, Dijo; “E'en el hombre más ciego

    puede decir a qué se parece esto más; negar el hecho de quién puede,

    ¡Esta maravilla de elefante, es muy como un fan!”

     

    El sexto apenas había comenzado, sobre la bestia a tientas,

    que, agarrándose de la cola oscilante, que caía dentro de su alcance,

    “Ya veo”, cito él, “¡el elefante es muy parecido a una cuerda!”

     

    Y así estos hombres de Indostán, disputaron fuerte y largo,

    cada uno en su propia opinión, excediendo rígido y fuerte,

    Aunque cada uno estaba en parte en lo correcto, ¡y todos estaban equivocados!

     

    Entonces, muchas veces en las guerras teológicas, los disputantes, entre,

    pisar en absoluta ignorancia, de lo que significan los demás,

    y prate sobre el elefante, ¡ninguno de ellos ha visto!

     

    -John Godfrey Saxe


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