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4.4: ¿Fue Hitler un líder efectivo?

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    La respuesta es sí. Al igual que Jim Jones y Charlie Manson, Hitler era un líder efectivo, pero cada uno por todas las razones equivocadas. Aunque cada uno operaba bajo el estilo de liderazgo moralmente en bancarrota, todos eran líderes efectivos. Quizás cada uno poseía rasgos y cualidades que los grandes líderes tienen en común, tomaron el poder con fines inmorales, y lo hicieron usando estilos de liderazgo codiciados (Ciulla, 1995). Cada uno de los asesinatos en masa identificados, utilizó su influencia para dominar su membresía. Hitler, por supuesto, ganó el poder y luego aplastó a toda la oposición, lo que convirtió su estatus en tirano (Ciulla, 1995). Hitler no sólo codiciaba puntos de vista malignos sino que buscaba métodos para promover sus creencias, primero creía que el fin justificaba los medios; segundo tenía desprecio por la paz; y tercero su influencia era en forma de propaganda que abarcaba la distorsión total de la realidad (Gardner, 1990). Hitler distorsionó a toda una población étnica (judía) engañando a la población alemana proporcionándoles a alguien a quien culpar de sus propios recelos.

    El poder es éticamente neutral, puede ser utilizado para buenos o malos propósitos y por lo tanto el liderazgo debe ser abordado desde un marco moral (Gardner, 1990). ¿Por qué es entonces que tanta gente obedece cuando se siente coaccionada? Psicólogo social de la Universidad de Yale, Stanley Milgram estudió este mismo tema en 1963. Anunció que hombres comunes y corrientes participaran en un experimento de aprendizaje/memoria basado en palabras pareadas (Milgram, 1974).

    A los participantes (personas reclutadas por maestros) se les hizo creer que estaban asistiendo en un experimento que midió la retención de material enseñado recientemente a un estudiante (actor-confidente del experimentador). Lo que Milgram estaba midiendo era el nivel de obediencia a una figura autoritaria, independientemente de las convicciones personales o de la conciencia personal. Se aconsejó al maestro (participante reclutado) inducir una descarga eléctrica al alumno (afiliado) por cada respuesta incorrecta de 15-450 voltios. En realidad los choques eran falsos y de hecho de no haberlo sido, habrían sido fatales en la gama alta (Blass, 1999).

    Milgram concluyó que la gente común seguirá órdenes dadas por una figura autoritaria. La obediencia está arraigada en los humanos desde el nacimiento a través de la socialización de los miembros de la sociedad. Esta respuesta a la autoridad legítima generalmente se aprende de la familia, la escuela y el lugar de trabajo de la persona. La mayoría obedecerá a los demás si la autoridad es reconocida como legítima y moralmente correcta y basada en algún fundamento jurídico (Milgram, 1974).


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