5.5: Desobedecer las reglas del discurso
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Una regla cardinal de la buena comunicación es imaginarte en la piel de la persona con la que intentas comunicarte. Aquí hay otra regla: Si no te gusta lo que alguien tiene que decir, no dejes que vuelva a decirlo. Esa no es una regla de buena comunicación; sólo una broma. Esta es, sin embargo: Obedecer las reglas del discurso. Las reglas del discurso son las reglas que guían a los comunicadores en la escritura y conversación normales. Estas reglas son las pautas que más todos siguen y esperan que otros sigan. Intentamos, por ejemplo, interpretar el discurso ajeno de la manera en que pretenden que se interprete. Tratamos de no ser largo aliento o rotonda. Tratamos de ser corteses. Violamos una regla del discurso cuando alabamos débilmente. Si vamos a alabar algo, normalmente se espera que no lo elogiemos a un nivel inferior al que merece.
Algunas de las reglas del discurso son reglas de razonamiento lógico, y otras no. Interpretar el discurso de alguien de la manera correcta es una regla de razonamiento lógico, pero ser cortés no lo es.
Es una regla del discurso no pedirle a alguien que haga lo imposible, y es una regla no decir algo a menos que lo creas. Por eso es tan extraño decir: “Eso es cierto, pero realmente no lo creo”. También es una regla del discurso no dar muy poca información, o demasiada información, o información irrelevante.
Estas reglas son para situaciones normales. No sigues las reglas cuando quieres mantener la información en secreto o cuando quieres distraer a la gente proporcionándoles tanta información que no pensarán en hacerte las preguntas que no quieres que te hagan.
Ejercicio\(\PageIndex{1}\)
¿Qué regla del discurso estás violando si, cuando llama a tu puerta, la abres sonriendo y dices: “No te molesta entrar”?
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No seas rotonda.
Ser sarcástico es una técnica que viola intencionalmente las reglas o que transmite una opinión pesimista. Decir en tono sarcástico “Sí, te creo” transmite justo lo contrario. Es una manera interesante de decir: “No, no te creo”. ¿No es fascinante analizar las reglas del lenguaje? No es que te importe.