3.5: Un Repositorio de Falacias Lógicas
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Falacias de irrelevancia
Una de las formas más comunes de descarrilarse en un argumento es sacar a colación información o ideas irrelevantes. Aquí se agrupan en dos categorías principales: las falacias del arenque rojo y los llamamientos irrelevantes.
- Falacias de Arenque Rojo —Estas tienen como objetivo distraer al lector introduciendo ideas o información irrelevantes. Desvian la atención de la validez, solidez y soporte de un argumento. Piense en los arenques rojos como ardillas para un perro, casi imposible resistirse a perseguir una vez que se vio.
Figura Arenque Rojo de\(\PageIndex{1}\) Reagan
- Analogía débil/falsa —Una analogía es una breve comparación, generalmente para hacer que la escritura sea más interesante y para conectar con el lector. Si bien los escritores suelen utilizar analogías de manera efectiva para ilustrar ideas, una mala analogía puede ser engañosa e incluso inflamatoria.
Ejemplo: “Los impuestos son como robo”. Esta afirmación hace una falsa analogía porque los impuestos son legales y por lo tanto no pueden definirse lógicamente como, o incluso compararlos con, algo ilegal.
- Tu Quoque —También conocido como un llamado a la hipocresía, esta falacia se traduce del latín como “tú, también”. Conocido en los patios de primaria de todo el mundo, este falso argumento distrae al dar la vuelta a cualquier crítica a quien hace la crítica con la implicación de que el acusador no debería haber hecho la acusación en primer lugar porque lo revela como hipócrita, aunque la acusación o crítica haya validez.
Ejemplo 1: “¡Mamá, Joey me empujó!” “¡Sí, pero Sally me empujó primero!” Cualquier hermana que haya delatado a un hermano antes sabe que tendrá que lidiar con un contraataque inmediato, alegando que ha perpetrado el mismo delito que ha acusado al hermano de hacer (y lo más probable es que lo haya hecho). El hermano espera que la flagrante hipocresía de la hermana lo absuelva de su crimen. Cualquier padre veterano de hermanos sabrá no caer en este truco.
Ejemplo 2: Joe el Político ha sido legítimamente atrapado en una mentira. Joe y sus seguidores tratan de desviar el daño señalando las veces que sus oponentes también han sido sorprendidos mintiendo; esta contraacusación implica que la mentira de Joe debe ser excusada por la hipocresía de quienes la encontraron y que se atreven incluso a hablar de ello. No obstante, esta contraacusación en realidad no hace nada lógicamente para desmentir o desafiar el hecho de la mentira de Joe.
- Ataques Ad Hominem —El argumentum ad hominem es una de las falacias más reconocibles e irresistibles de los arenques rojos. Los ataques ad hominem distraen de una discusión al enfocarse en quien formula el argumento, tratando de dañar su credibilidad. Hay dos tipos principales de ataque ad hominem: abuso y circunstancia:
Los ataques ad hominem de abuso son personales (a menudo sin piedad), destinados a insultar y degradar. Los ataques de abuso distraen tanto al público como al orador o escritor porque él creerá necesario defenderse del abuso en lugar de fortalecer su argumento.
Ejemplos: Estos pueden incluir ataques al cuerpo, inteligencia, voz, vestimenta, familia y elecciones y gustos personales.
En los ataques ad hominem de las circunstancias, el debater implica que su oponente sólo hace un argumento por una conexión personal con él en lugar de la calidad y apoyo del argumento mismo, que debe considerarse independiente de cualquier conexión personal.
Ejemplo: “Solo apoyas al latino para este trabajo porque eres latino”.
Esta afirmación falla en la prueba lógica porque solo toma en cuenta una característica personal, la raza, al hacer esta afirmación. Esta afirmación no considera dos cuestiones importantes: (1) Las personas no basan todas las decisiones que toman en su raza, y (2) puede haber otras razones perfectamente lógicas para apoyar al aspirante de empleo latino que no tuvo nada que ver con la raza.
- Envenenamiento al Pozo —Este es un tipo de ataque ad hominem que intenta dañar el carácter de un oponente antes de que esa persona incluso introduzca un argumento. Así, para cuando se hace el argumento, a menudo suena débil y defensivo, y la persona que formula el argumento ya puede ser sospechosa en la mente de la audiencia.
Ejemplo: Si un orador llama a una mujer por ser demasiado emocional o histérica, cualquier sentimiento elevado, incluso una voz elevada, puede atribuirse a su incapacidad para controlar la emoción. Además, si esa mujer argumenta, puede ser ignorada y su argumento debilitado por la percepción de que está enraizada en la emoción, no en la razón.
- Culpa por asociación —Esta falacia de arenque rojo funciona asociando al autor de una discusión con un grupo o creencia tan aborrecible e inflamatoria en la mente de la audiencia que todos, autor y público por igual, persiguen ardillas por árboles, es decir, están ocupadas por los contaminados asociación al grupo vilipendiado—en lugar de ocuparse de los méritos del argumento original.
Ejemplo: el argumentum ad nazium, o jugando la carta de Hitler. Para contrarrestar un argumento, ya sea el arguer o una parte del argumento en sí está asociado con Hitler o con los nazis. (“El vegetarianismo es una opción saludable para las personas que hacen dietas”. “¡Nunca! ¿Sabes? ¡Hitler era vegetariano!”) Debido a que casi nadie quiere ser asociado con fascistas (u otros grupos igualmente odiados, como caníbales o terroristas), el autor ahora se enfrenta a la tarea de defenderse contra la asociación negativa en lugar de perseguir el argumento. Sin embargo, si hay verdaderos nazis —o el equivalente de nazis, como los supremacistas blancos u otros neofascistas— haciendo un argumento basado en la ideología fascista, es perfectamente razonable criticar, oponerse y oponerse a sus opiniones extremas y odiosas.
Apelaciones irrelevantes —A diferencia de los recursos retóricos, los recursos irrelevantes son intentos de persuadir al lector con ideas e información que son irrelevantes para los temas o argumentos en cuestión, o los recursos descansan en supuestos erróneos en primer lugar. Los llamamientos irrelevantes pueden parecer y sentirse como soporte lógico, pero son o bien un espejismo o una manipulación.
- Apelar a la emoción —manipula al público jugando demasiado con la emoción en lugar de con el apoyo racional. El uso de tácticas de miedo es un tipo de apelación a la emoción. Usar la lástima para presionar a alguien a ponerse de acuerdo es otro ejemplo.
Ejemplo: Imagínese a un fiscal en un caso de asesinato realizando argumentos finales, tratando de condenar al acusado jugando con las emociones del jurado: “¡Mira ese cuchillo ensangrentado! ¡Miren a esa pobre y maltratada víctima y la crueldad de todas esas terribles puñaladas!” El jurado bien puede verse influido por una apelación tan flagrante a la emoción —lástima, horror, repugnante— pero esta apelación en realidad no proporciona ninguna prueba concreta de la culpabilidad del acusado. Si el abogado ha construido un caso lógico que se basa en una abundancia de datos fácticos, entonces esta apelación a la emoción puede justificarse como una forma de personalizar esos datos para el jurado. Sin embargo, si el abogado sólo utiliza este recurso a la emoción, el argumento de culpabilidad es viciado porque el abogado ha tratado de compensar un caso débil convirtiendo las emociones de los miembros del jurado en la principal evidencia de culpabilidad.
- Apelación a la popularidad —También conocida como la falacia del carro, el atractivo a la popularidad implica que debido a que mucha gente cree o apoya algo, constituye evidencia de su validez. No obstante, una vez que nos detenemos a pensar bien esta idea, podemos recordar fácilmente ideas populares que no eran para nada buenas o justificables: La mayoría no siempre toma la mejor decisión.
Ejemplo: Un buen ejemplo aquí serían las tendencias de la moda. Lo que es popular de un día para otro no necesariamente tiene nada que ver con si algo lógicamente es una buena idea o tiene un uso práctico.
- Apelación a la incredulidad —sugiere que la falta de comprensión es una excusa válida para rechazar una idea. El hecho de que alguien no entienda personalmente cómo funciona algo no significa que esa cosa sea falsa. Una persona no necesita entender cómo funciona el motor de un automóvil para saber que sí funciona, por ejemplo. A menudo, además de rechazar la difícil idea, el arguer pasa a sugerir que cualquiera que crea en la idea es una tontería al hacerlo.
Ejemplo: “Es solo sentido común que la tierra sea plana porque cuando la miro, no puedo ver ninguna curva, ni siquiera cuando estoy en un avión. No necesito que ningún científico me diga lo que puedo entender claramente con mis propios ojos”. Esta persona ha descartado casualmente cualquier evidencia científica contra una tierra plana como si no importara. A menudo, quienes hacen un llamado ilógico a la incredulidad sustituirán lo que consideran de “sentido común” por evidencia científica real con la implicación de que no necesitan ninguna otra base para comprender. El problema es que muchas de las verdades de nuestro universo no pueden ser entendidas solo por el sentido común. La ciencia proporciona las respuestas, muchas veces a través de complejos marcos matemáticos y teóricos, pero el desconocimiento de la ciencia no es una razón justificable para descartarla.
- Apelación a la Naturaleza —la suposición de que lo que es natural es (1) inherentemente bueno y por lo tanto (2) constituye razón suficiente para su uso o apoyo. Esto es defectuoso porque (1) cómo determinamos lo que es natural puede y cambia, y (2) no todo lo que es natural es beneficioso.
Ejemplo: “Las vacunas son antinaturales; así, vacunarse es más dañino que no estar vacunadas”. Una persona que hace esta declaración ha hecho un llamado ilógico a la naturaleza. El hecho de que las vacunas sean producto de la ingeniería humana no significa automáticamente que sean dañinas. Si esta persona aplicara esa lógica a otros casos, entonces tendría que rechazar, por ejemplo, todos los medicamentos creados en el laboratorio en lugar de arrancados de la tierra.
- Apelación a la Tradición/Antigüedad —asume que lo que es viejo o lo que “siempre se ha hecho” es automáticamente bueno y beneficioso. La objeción, “¡Pero, siempre lo hemos hecho de esta manera!” es bastante común, se usa cuando alguien trata de justificar o legitimar lo que sea “es” invocando la tradición. Los problemas son estos: (1) La mayoría de las investigaciones rudimentarias de la historia suelen demostrar que, de hecho, “ello” no siempre se ha hecho de esa manera; (2) la tradición no es por sí misma una justificación para la bondad o beneficio de nada. La encuadernación del pie era una tradición en un momento dado, pero un argumento lógico en su beneficio tensaría la credulidad.
Ejemplo: “Deberíamos excluir a las mujeres de nuestro club porque así es como siempre se ha hecho”. La persona que formula este argumento necesita aportar razones lógicas que las mujeres no deben ser incluidas, no solo confiar en la tradición.
- Apelación a la Novedad —el espejo de la apelación a la antigüedad, sugiriendo que lo que es nuevo es necesariamente mejor.
Ejemplo: “¡Compra nuestro producto nuevo y mejorado, y tu vida cambiará para siempre para mejor!” A los anunciantes les encanta emplear el atractivo a la novedad para vender al público la idea de que debido a que su producto es nuevo, es mejor. La novedad no es garantía de que algo sea bueno o de alta calidad.
- Apelación a la autoridad —Apelar a las ideas de alguien que es un experto acreditado —o autoridad— sobre un tema puede ser un tipo de evidencia completamente razonable. Cuando se escribe un trabajo de investigación sobre química, es razonable utilizar las obras de químicos acreditados. No obstante, el recurso a la autoridad se convierte en una falacia cuando se aplica incorrectamente. Ese mismo químico acreditado no sería una autoridad lógica para consultar para obtener información sobre caballeros medievales porque la autoridad en un área no necesariamente se traslada a otras áreas. Otro llamado erróneo a la autoridad es asumir que debido a que alguien es poderoso de alguna manera ese poder le otorga a esa persona conocimientos o sabiduría especiales.
Ejemplo: Muchas sociedades a lo largo de la historia han tenido estructuras sociales y políticas jerárquicas, y quienes pasaban a estar en el nivel superior, como aristócratas y gobernantes, tenían autoridad sobre los que estaban debajo de ellos. De hecho, el término “nobleza” en Occidente había incrustado dentro de él la noción de que la aristocracia realmente era mejor —más ética, más inteligente, más merecedora de recompensa— que las más bajas en la escala social. Un estudio cuidadoso de la nobleza muestra, sin embargo, que algunos miembros eran tan capaces de inmoralidad y estupidez como los grupos sociales inferiores.
- Apelación a Consecuencias/Fuerza —el intento de manipular a alguien para que esté de acuerdo mediante amenazas implícitas o explícitas de consecuencias o fuerza (¡violencia!).
Ejemplo: “¡De acuerdo conmigo o serás despedido!” Sostener algo sobre la cabeza de otra persona no es una forma razonable de apoyar una discusión. El arguer evita dar cualquier tipo de lógica o evidencia a favor de una amenaza.
- Apelar a la riqueza —la suposición de que las personas adineradas tienen conocimientos o sabiduría especiales que derivan de su posición económica y que luego pueden aplicarse a cualquier área del conocimiento.
Ejemplo: “Hola, soy una actriz famosa, y aunque no soy psicóloga calificada, ¡lee mi nuevo libro de autoayuda para saber cómo tú también puedes evitar la depresión!” La fama y la fortuna por sí solas no convierten a alguien en un experto calificado. Apelar a la experiencia de una persona basada únicamente en la riqueza y la posición es, por lo tanto, lógicamente defectuoso.
- Apelación a la Pobreza —el espejo del llamado irrelevante anterior, que los pobres tienen conocimientos o sabiduría especiales debido a sus adversas circunstancias económicas. Esto puede funcionar de otra manera: que los pobres son particularmente deficientes en conocimiento o sabiduría porque son pobres. Sin embargo, ninguna suposición constituye un razonamiento sólido. Las condiciones de pobreza son demasiado complejas.
Ejemplo: “Ese hombre vive de prestaciones por desempleo, entonces, ¿por qué me importaría su opinión sobre algo?” El arguer en este escenario usa injustificadamente la pobreza de otro en su contra, al implicar que una persona pobre tendría ideas inútiles. Esta implicación ha incrustado dentro de ella la idea de que alguien solo es pobre debido a algún tipo de falta personal: inteligencia, moralidad, buen sentido, etc. Sin embargo, es bastante razonable que una persona pobre sea inteligente, ética y sabia. Asumir lo contrario es arriesgarse a cometer errores lógicos.
Falacias de la presunción
Llamar a alguien presuntuoso es acusar a esa persona de exagerar, hacer afirmaciones audaces sin razón adecuada o no seguir las reglas de comportamiento (pero presumir que está bien hacerlo). La versión lógica falacia de esto implica hacer un caso con pruebas inadecuadas o contaminadas, o incluso ninguna prueba alguna, o por tener razones injustificadas para hacer el caso en primer lugar.
Trabajar con evidencia defectuosa —Estas falacias ocurren cuando un autor usa evidencia que ha sido comprometida.
- Generalización apresurada: una generalización apresurada deriva su conclusión de muy poca información, evidencia o razón.
Un tipo de generalización apresurada es saltar a una conclusión a partir de una pequeña cantidad de evidencia.
Ejemplo: Tener una mala comida en un restaurante y luego concluir de inmediato que todas las comidas de ese restaurante serán igual de malas.
Otro tipo de generalización apresurada consiste en apoyarse en evidencia anecdótica para obtener apoyo. Como seres humanos, sobreestimamos el poder de la experiencia personal y las conexiones, para que puedan ahogar datos científicos que contradicen una experiencia individual o anecdótica. Adicionalmente, la evidencia anecdótica es persuasiva por el deseo humano de perfección. La perfección es un objetivo elevado, y en su mayoría inalcanzable, y cuando un producto o una persona o un programa no logran estar a la altura de la perfección, se vuelve más fácil de descartar, particularmente cuando se trata de una historia personal o dos de imperfección. Sin embargo, la información precisa proviene de una cantidad mucho mayor de datos, análisis de cientos o miles o incluso millones de ejemplos. Desafortunadamente, los datos pueden parecer impersonales y, por lo tanto, menos convincentes.
Ejemplo: “Me encanta mi nuevo portátil Banana tm. Las calificaciones de los productos para ello son muy altas”. “¡Oh, nadie debería comprar nunca una de sus computadoras! Mi hermano tenía uno, y estaba lleno de fallas”. Basar un juicio o un argumento en una o dos historias personales, como en este caso, no es lógico sino que puede ser increíblemente persuasivo. No obstante, si el 98% de las computadoras Banana tm funcionan perfectamente bien, y solo el 2% tiene fallas, es ilógico usar ese 2% para descartar este producto como universalmente terrible.
En la erudición, las generalizaciones apresuradas pueden ocurrir cuando las conclusiones derivan de una muestra no representativa. Los datos provenientes de un grupo que no representan la complejidad total del grupo no son representativos, y cualquier resultado obtenido de esos datos será defectuoso.
Ejemplo: Si los avances en la investigación del cáncer fueran solo, o en su mayoría, probados en hombres, eso sería poco representativo de la humanidad porque la mitad de la población humana —las mujeres— no estaría representada. ¿Y si los tratamientos del cáncer afectan a las mujeres de manera diferente
Otro tipo de generalización apresurada derivada de una mala investigación es la muestra sesgada. Esto proviene de un grupo que tiene un sesgo predispuesto a los conceptos que se están estudiando.
Ejemplo: Si un psicólogo estudiara cómo los estudiantes de secundaria manejaban los desafíos a sus puntos de vista religiosos, sería defectuoso estudiar solo a estudiantes en escuelas con afiliación religiosa ya que la mayoría de esos estudiantes pueden estar predispuestos a un solo tipo de visión religiosa.
- S Generalización llorando —la inversa de la generalización apresurada. En lugar de hacer una conclusión a partir de pocas pruebas, la generalización radical aplica una regla general a una situación específica sin aportar pruebas adecuadas, sin demostrar que la regla incluso se aplica, o sin prever excepciones. Los estereotipos son un tipo prominente de generalización radical; un estereotipo deriva de ideas generales sobre un grupo de personas sin tener en cuenta las excepciones o la precisión o que hay algún razonamiento sólido detrás del estereotipo.
- Sesgo de confirmación: falacia perniciosa que puede tropezar incluso a estudiosos cuidadosos. Ocurre cuando la escritora o investigadora está tan convencida por su punto de vista que sólo busca confirmarla y, así, ignora cualquier evidencia que la impugnara. Elegir solo datos que respalden una conclusión preformada se llama recolección de cerezas y es un boleto de ida para obtener resultados sesgados. Relacionada con esta falacia está otra —sesgos de desconfirmación— cuando la escritora o investigadora pone tanto valor en su lado del argumento que no aplica igual evaluación crítica a los argumentos y evidencias que sustentan al otro lado. En otras palabras, si bien acepta con demasiada facilidad y sin crítica lo que apoya su lado, es irrazonablemente crítica con argumentos y pruebas opuestas.
Ejemplo: A finales del siglo XIX, cuando la arqueología era un nuevo y emocionante campo de estudio, Heinrich Schliemann excavó la antigua ciudad de Troya, hecha famosa en el poema épico de Homero, La Ilíada. De hecho, Schliemann utilizó La Ilíada como guía, por lo que cuando excavó, buscó encontrar estructuras (como muros) y situaciones (prueba de batallas) en los restos arqueológicos. Si bien el trabajo de Schliemann todavía se considera innovador en muchos sentidos, su método fue defectuoso. Esto le permitió elegir sus resultados y ajustarlos a sus expectativas, es decir, que sus resultados encajarían con el mito. Cuando Schliemann buscó confirmar elementos de la historia de La Ilíada en el registro arqueológico, se arriesgó a malinterpretar sus datos. ¿Y si los datos contaran una historia diferente a la de La Ilíada? ¿Cómo podría saberlo con certeza hasta que dejó el libro y analizó las pruebas arqueológicas por sus propios méritos? Para más información sobre Schliemann y sus famosas excavaciones tempranas, consulte su entrada de la Enciclopedia Británica (https://tinyurl.com/y9tk4vou), o busque “Heinrich Schliemann” en la base de datos de la Biblioteca Virtual de Referencia de Gale.
- No True Scotsman —un falso reclamo de pureza para algo que es demasiado complejo para la pureza, como un grupo, una identidad o una organización. Quienes hacen reclamos de pureza suelen intentar declarar que no pertenece a quien no se ajuste a su definición “pura”. Por ejemplo, la identidad nacional es complicada y puede significar algo diferente para cada persona que reclama esa identidad; por lo tanto, es demasiado compleja para una definición única para todos y para que cualquier prueba de fuego única demuestre esa identidad.
Ejemplos: “¡Ningún escocés real pondría hielo en su escocés!” “¡Ningún hombre de verdad bebería cerveza lite!” “¡Ninguna feminista real votaría republicana!” Cada una de estas afirmaciones asume que todos tienen la misma definición para las identidades o grupos discutidos: escoceses, hombres y feministas. No obstante, los integrantes de cada grupo son ellos mismos diversos, por lo que es ilógico hacer tales declaraciones generales sobre ellos. En realidad, es bastante razonable que a una persona escocesa le guste el hielo en su escocés y siga reclamando una identidad escocesa o que un hombre tome cerveza lite sin renunciar a su hombría o que una feminista vote republicana mientras sigue trabajando por los derechos de las mujeres.
Trabajar sin evidencia —Estas falacias ocurren cuando la evidencia aseverada resulta no ser evidencia alguna.
- Carga de la prueba —Esta falacia lógica, bastante similar a la apelación a la ignorancia, ocurre cuando la autora olvida que ella es la responsable de apoyar sus argumentos y, en cambio, traslada la carga de la prueba a la audiencia.
Ejemplo: “Larry me robó la pintura”, exclamó Edith. “¡Demuéstrame que no lo hizo!” No: El que haga la reclamación deberá dar razones y pruebas de dicha pretensión antes de que alguien más esté obligado a refutarla. Si Edith no puede dar pruebas sólidas de la culpabilidad de Larry, el argumento debe ser rechazado.
- Argumentando desde el silencio o la ignorancia —Al igual que la falacia de la carga de la prueba, ésta ocurre cuando el autor, ya sea implícita o explícitamente, utiliza la falta de pruebas como tipo de prueba. Esta es la base de la mayoría de las tonterías de la teoría de la conspiración, como si la falta de pruebas fuera tan difícil de creer, la única razón para explicar por qué falta es un encubrimiento. Recuerde, es trabajo del escritor presentar pruebas positivas (evidencia que realmente existe y se puede ver literalmente) para apoyar cualquier argumento hecho. Si un escritor no puede encontrar pruebas, debe admitir que puede estar equivocado y luego, ¡encontrar un nuevo argumento!
Ejemplo: “No hay pruebas de que Joe el Político conspiró con los canadienses para amañar las elecciones”. “¡A-ja! ¡Que no haya nada que encontrar es prueba de que lo hizo! Debió haber dado sus frutos a todos los involucrados para enterrar las pruebas”. La falta de pruebas no puede ser —en sí misma— un tipo de prueba porque no tiene sustancia; es una nada. ¿Es posible que en el futuro puedan surgir pruebas? Sí, pero hasta que no lo haga, el argumento de que Joe y los canadienses amañaron una elección es ilegítimo. ¿Es posible que Joe amañara las elecciones y pagara a la gente para que la ocultara? Nuevamente, sí, pero hay dos problemas con este razonamiento: (1) La posibilidad, como la ausencia de pruebas, no es en sí misma un tipo de evidencia, y (2) la posibilidad no equivale a probabilidad. El hecho de que algo sea posible no significa que sea probable, y mucho menos probable o algo seguro. Quienes apoyan teorías de conspiración intentan convencer a otros de que la falta de pruebas es un tipo de prueba y que una posibilidad remota es en realidad una garantía. Ambos fallan en la prueba lógica.
- El razonamiento circular —también conocido como mendigar la pregunta, ocurre cuando, en lugar de aportar razones para una reclamación, el arguer simplemente reafirma la afirmación pero de una manera diferente. Un autor no puede esquivar razones y pruebas de un argumento simplemente repitiendo la afirmación una y otra vez.
Ejemplo: “La pena de muerte es pecaminosa porque es incorrecta e inmoral”. La conclusión (la pena de muerte es pecaminosa) parece que está respaldada por dos premisas (que está equivocada, que es inmoral). El problema es que las palabras “mal” e “inmoral” son demasiado cercanas en sentido a “pecaminoso”, por lo que no son razones reales; más bien, son solo otras formas de exponer la afirmación.
- Alegato Especial —Cualquier persona que haga un caso basado en circunstancias especiales sin aportar realmente ninguna prueba razonable de esas circunstancias es culpable de declararse especial.
Ejemplo: “¿Hay algún crédito extra que pueda hacer para recuperar mi trabajo faltante?” Muchos estudiantes han preguntado esto a sus profesores universitarios. Dentro de la pregunta está incrustada una falacia lógica, la insistencia de que el estudiante que la solicite debe recibir un trato especial y ser recompensado con crédito extra a pesar de que faltó a tareas anteriores. Si el alumno tiene razones lógicas (y preferiblemente documentadas) para faltar al trabajo del curso, entonces no se aplica la falacia de la súplica especial. Aquellos que esperan recibir un trato especial sin justificación razonable han cometido la falacia alegatoria especial.
- Mover los postes de portería: ocurre cuando uno sigue cambiando las reglas del juego a mitad de juego sin ninguna justificación razonable.
Ejemplo: Esta falacia ocurre bastante en el Congreso, donde las reglas para un compromiso se establecen de buena fe, pero una u otra parte decide cambiar esas reglas en el último minuto sin buena razón o evidencia para hacerlo.
- Wishful Thinking: implica reemplazar la evidencia y la razón reales por el deseo, es decir, el deseo de que algo sea verdad. Querer que una idea sea real o verdadera, por muy intensa que sea, no constituye un soporte racional. Esta falacia a menudo ocurre cuando las ideas y creencias estrechamente arraigadas son desafiadas, particularmente si están conectadas con la familia y la identidad o si sirven al interés propio.
Ejemplo: A la gente no le gusta ver a sus héroes personales empañados de ninguna manera. Si un héroe deportivo popular, por ejemplo, es acusado de un delito, muchos fanáticos se negarán a creerlo porque simplemente no quieren. Esto juega a la derecha en la falacia de ilusiones.
Trabajar con ideas falsas sobre evidencia o razonamiento —Estas falacias o bien (1) presumen que algo es una razón o evidencia de otra cosa cuando esa conexión no se ha establecido de manera adecuada o justa o (2) limitan injustamente las elecciones de posibles razones.
- Falso dilema/dicotomía —ocurre cuando uno presenta solo dos opciones en un argumento cuando hay, de hecho, muchas más opciones. Los argumentos tienen múltiples lados, no solo dos, por lo que cuando solo se presentan dos, los lectores se ven obligados a elegir entre ellos cuándo deberían poder dibujar de una gama de opciones más compleja. Otra forma de hablar de la falsa dicotomía es llamarla reduccionista porque el arguer ha reducido las opciones de muchas a sólo dos.
Ejemplo: “Entonces, ¿eres una persona canina o una persona de gatos? ¿Eres una persona Beatles o una persona de los Rolling Stones? ¡Solo puedes ser uno!” Ambos ejemplos proporcionan una falsa elección entre dos opciones cuando claramente hay otras para elegir. También se podría elegir razonablemente ambos o ninguno de los dos. Cuando un arguer solo brinda dos opciones, trata de manipular la respuesta y lograr que el respondedor solo funcione dentro del marco severamente limitado proporcionado. La vida es más complicada que eso, por lo que no es razonable limitar las opciones a sólo dos.
- Pregunta cargada —incrusta una premisa oculta en la pregunta, por lo que cualquiera que responda se ve obligado a aceptar esa premisa. Esto pone al respondedor en una desventaja injusta porque tiene que responder a la pregunta y, al hacerlo, aceptar la premisa, o desafiar la pregunta, que puede parecer que está esquivando el tema.
Ejemplo: “Entonces, ¿cuándo empezaste a practicar brujería?” La premisa oculta aquí es que el respondedor es una bruja, y cualquier respuesta es una admisión a eso como un hecho. Una pregunta abierta, que no engaña al respondedor para que admita la presunción de brujería, sería esta: “¿Eres bruja?”
Causa falsa: afirma causas que son más suposiciones que causas reales. Hay tres tipos de falacias de causa falsa:
- Post hoc ergo propter hoc —En latín, esta frase significa “después de esto, pues, por esto”, que afirma que cuando una cosa pasa antes que otra, la primera debió haber causado la segunda. Esta es una suposición falsa porque, aunque las dos cosas estén relacionadas entre sí, no necesariamente tienen una relación causal.
Ejemplo: Las supersticiones extraen poder de esta falacia lógica. Si un gato negro cruza el camino de Joe el Político, y al día siguiente Joe pierde la elección, ¿está justificado, lógicamente, en culpar al gato? No. El hecho de que el paseo del gato ocurriera antes de los resultados electorales no significa que el uno causó el otro.
- Pendiente resbaladiza —la versión causa/efecto de saltar a una conclusión. Un argumento de pendiente resbaladiza afirma que el primer eslabón de una cadena causal terminará inevitablemente en el resultado más desastroso posible, trabajando así para ahuyentar a la audiencia de la idea inicial por completo. Tenga en cuenta, se pueden argumentar cadenas causales legítimas y lógicas: donde una causa conduce a un efecto lógico, que luego conduce al siguiente efecto lógico, que luego conduce al siguiente efecto lógico, y así sucesivamente. Aquellos que utilizan la falacia de pendiente resbaladiza, sin embargo, no se molestan en establecer cuidadosamente una cadena lógica sino que saltan justo adelante a la peor conclusión posible.
Ejemplo: “¡Oh no, si repruebo esta prueba, toda mi vida está arruinada!” Este es un miedo común entre los estudiantes en pánico pero es un excelente ejemplo de la pendiente resbaladiza. El estudiante probablemente imagina este tipo de cadena lógica: una prueba fallida → clase fallida → quedarse atrás en la universidad → reprobar la universidad → todas las perspectivas laborales futuras cayendo a través de → desempleo total → pobreza abyecta → convertirse en un paria para familiares y amigos → una vida completamente arruinada. La preocupación es que fallar una prueba, en caso de que ocurra en absoluto, automáticamente resultará en el peor de los casos posibles: una vida totalmente fallida. Sin embargo, cuando se piensa con más calma y lógica, ojalá, el estudiante se dé cuenta de que muchos factores mitigantes se encuentran entre una prueba fallida y la ruina total y que el resultado de la ruina total en realidad es bastante improbable.
- Cum hoc ergo propter hoc —En latín, esta frase se traduce como “con esto, pues, por esto”, lo que sugiere que debido a que dos o más cosas suceden al mismo tiempo deben estar relacionadas. Esto, sin embargo, no da cuenta de otras posibilidades lógicas, incluida la coincidencia.
Ejemplo: “¡Gah! ¿Por qué suena siempre el teléfono mientras nos sentamos a cenar?” Esta pregunta implica que esos dos eventos tienen algo que ver entre sí cuando probablemente hay razones mucho más lógicas que no tienen.
Falacias de ambigüedad
Ser ambiguo es no estar claro; así, las falacias de ambigüedad son aquellas que, intencionalmente o no, confunden al lector por falta de claridad. Crean una niebla que dificulta ver cuáles son la conclusión o las partes razonables de un argumento, o la niebla impide una conclusión razonable en primer lugar.
- Citando fuera de contexto —ocurre cuando se cita a alguien sin proporcionar toda la información necesaria para entender el significado del autor. La falta de contexto significa que el significado de la cita original puede ser oscurecido o manipulado para significar algo que el autor original nunca pretendió. Por lo general ese contexto proviene del texto original de la que provino la cita que el prestatario no ha incluido o excluido deliberadamente.
Ejemplo: Declaración original: “Puede escribir a mano sus asignaciones pero sólo cuando se le indique en el horario de tareas”.
Cotización utilizada: “Puedes escribir tus tareas a mano”.
Claramente, la parte citada deja fuera alguna información crucial, calificando información que pone límites a la instrucción inicial. El escenario puede ser este: La declaración original provino del programa de estudios de un profesor, y el alumno citó solo la primera parte a un asesor, por ejemplo, mientras intentaba registrar una queja sobre una mala calificación para una tarea que escribió a mano pero que no se suponía que debía hacerlo. Cuando el alumno exclama: “¡Pero mi profesor me dijo que podía escribir mis tareas a mano!” es culpable de enturbiar la verdad citando fuera de contexto. Dejó fuera la parte que le indicaba verificar las instrucciones de asignación para ver si la escritura a mano era permisible o no.
- Straw Man —Crear un argumento del hombre de paja implica tomar un argumento potencialmente razonable y tergiversarlo, generalmente a través de tácticas de miedo o simplificación excesiva, es decir, creando un argumento que suena similar al original pero en realidad no lo es. El argumento del hombre paja está diseñado para ser indignante y perturbador, y así más fácil de derrotar o conseguir que otros rechacen. ¿Por qué tratar de desmantelar y refutar un argumento razonable cuando uno puede simplemente golpear la cabeza del sustituto del hombre de paja en su lugar?
Ejemplo: “Creo que necesitamos deshacernos de las pruebas estandarizadas en la secundaria y preparatoria, al menos en su forma actual”. “¡Eso es terrible! No puedo creer que no quieras ningún estándar para los estudiantes. ¡Solo quieres que la educación empeore aún más!” En este escenario, la segunda persona ha cometido la falacia del hombre de paja. Ella ha distorsionado el argumento de la primera persona —que se deben eliminar las pruebas estandarizadas en su forma actual —y reemplazarlo por otro mucho más objetable— de que se deben eliminar todos los estándares educativos. Debido a que hay más formas que solo probar para monitorear los estándares educativos, el argumento de la segunda persona es una tergiversación flagrante y una sobresimplificación.
- La equívoco ocurre cuando un autor utiliza términos abstractos o complejos y, por lo tanto, tienen múltiples significados o muchas capas para ellos, de una manera demasiado simple o engañosa o sin molestarse en definir el uso particular de ese término.
Ejemplo: “Creo en la libertad”. El problema con esta afirmación es que supone que todos entienden exactamente lo que quiere decir el hablante por la libertad. ¿Libertad de qué? ¿Libertad para hacer qué? ¿Libertad en sentido jurídico? ¿En un sentido intelectual? ¿En un sentido espiritual? El uso de un sentido vago de un concepto complejo como la libertad conduce a la falacia equívoca.
Falacias de inconsistencia
Esta categoría de falacias implica una falta de consistencia lógica dentro de las partes del argumento mismo o por parte del hablante.
- Inconsistencia Falacia —es una de las falacias más flagrantes porque el hablante suele ser bastante directo sobre su inconsistencia. Esta falacia implica hacer afirmaciones contradictorias pero intentar compensar la contradicción enmarcando una parte como descargo de responsabilidad y, así, implicando que el descargo de responsabilidad inocula a quien la hace de cualquier impugnación.
Ejemplo 1: “No soy racista sino...” Si lo que sigue es una declaración racista, el que dice esto es culpable de la falacia de inconsistencia y de hacer una declaración racista. Hacer una afirmación audaz contra el racismo no es un escudo.
Ejemplo 2: “No puedo ser sexista porque soy mujer”. El orador, al hacer este tipo de declaraciones y otras similares, asume que lógicamente no se le puede llamar por hacer una declaración sexista porque pasa a ser miembro de un grupo (mujeres) que son víctimas frecuentes del sexismo. Si las declaraciones que hace pueden llamarse objetivamente sexistas, entonces es culpable tanto del sexismo como de la falacia de inconsistencia.
- Falsa equivalencia —afirma que dos ideas o grupos o elementos o experiencias son de igual tipo, posición y calidad cuando no lo son.
Ejemplo: La creencia en el diseño inteligente y la teoría de la evolución a menudo se equiparan falsamente. El problema lógico no radica en el deseo de apoyar una u otra idea sino en la idea de que estos dos conceptos son del mismo tipo de concepto. No lo son. El diseño inteligente surge de la creencia, principalmente de la creencia religiosa, mientras que la evolución es una teoría científica sustentada en datos fácticos. Por lo tanto, estos dos conceptos no deben equipararse alegremente. Además, debido a que estos dos conceptos no son del mismo tipo, no necesitan estar en oposición. De hecho, hay quienes bien pueden creer en el diseño inteligente a la vez que se suscriben a la teoría de la evolución. En otras palabras, sus creencias religiosas no restringen la adhesión a la teoría evolutiva. Una creencia religiosa se basa en la fe y, por lo tanto, no se evalúa utilizando los mismos principios que sería una teoría científica.
- False Balance —se aplica principalmente a los periodistas que, por querer presentar una apariencia de equidad, afirman falsamente que dos argumentos opuestos son aproximadamente iguales entre sí cuando uno realmente le tiene mucho más peso —tanto de razonamiento como de evidencia.
Ejemplo: La mayoría de los científicos aceptan el cambio climático como lo establece la evidencia empírica, mientras que pocos no lo hacen; poner a un representante de cada uno en un programa de noticias, sin embargo, implica que representan a un número igual de personas, lo cual es claramente falso.
Puntos clave: Falacias lógicas
- Tanto las falacias formales como las informales son errores de razonamiento, y si los escritores se basan en tales falacias, incluso involuntariamente, socavan sus argumentos, particularmente sus apelaciones cruciales a los logotipos. Por ejemplo, si alguien define un término clave en un argumento de manera ambigua o si alguien no proporciona pruebas creíbles, o si alguien intenta distraer con ideas irrelevantes o inflamatorias, sus argumentos parecerán lógicamente débiles a un público crítico.
- Sin embargo, está en juego algo más que logotipos. Cuando los oyentes o lectores detectan razonamientos cuestionables o intentos injustos de manipulación de la audiencia, pueden concluir que la ética de un autor se ha visto comprometida. La credibilidad del autor (ethos) y quizás la capacidad de los lectores para conectarse con ese escritor a nivel de valores compartidos (pathos) bien pueden verse dañadas.