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5.3A: “¿Sale el Sol? Un estudio de metáforas en El sol también sale de Ernest Hemingway” (Día)

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    Bill Day English 1102 ¿Sale el sol? Un estudio de metáforas en El sol también se levanta de Ernest Hemingway Aunque la novela de Hemingway El sol también se levanta comienza con un epígrafe del libro bíblico de Eclesiastés que sugiere los ciclos en constante renovación de la tierra y de las generaciones humanas, el uso de metáforas por parte del autor en esta historia plantea la cuestión de si siempre podremos recuperarnos de nuestro propio comportamiento destructivo. Si es cierto que los humanos y la tierra son resilientes y que ninguna fuerza puede perturbar el ciclo de renacimiento y regeneración, la novela debería dejar a los lectores sintiéndose optimistas. No obstante, no termina en una nota positiva. En cambio, termina con la confirmación de que a pesar de que a Brett Ashley le gusta imaginar una vida feliz con el protagonista Jake Barnes, están demasiado dañados para tener una. La cínica respuesta de Jake a la fantasía de Brett nos recuerda este punto: “¿No es bonito pensarlo así?” La dificultad de Jake para hacer frente a su lesión, su tendencia a automedicarse con alcohol, su incapacidad para rezar y su incapacidad para mantener una relación íntima con otra persona ejemplifican la destrucción irreversible infligida por la Primera Guerra Mundial Específicamente a través de las metáforas de La herida de Jake y la fiesta contaminada de Pamplona, la novela transmite la posibilidad de que si no tenemos cuidado, podamos perturbar peligrosamente el ciclo de renovación. El servicio de Jake como soldado estadounidense en la Primera Guerra Mundial lo ha dejado con una herida inusual: recibió un golpe en la ingle y sus órganos sexuales resultaron dañados. Esta herida no sólo le afecta físicamente, impidiéndole poder tener relaciones sexuales y reproducirse, sino que también le afecta psicológicamente, robándole la confianza masculina y la oportunidad de tener una relación íntima con la mujer que ama, Brett Ashley. La respuesta de Jake a la lesión mientras se mira al espejo revela cuán poderosamente le afecta la cicatriz: “Me miré en el espejo del gran armario al lado de la cama... De todas las formas de ser herido. Supongo que fue gracioso” (38). A pesar de que Jake intenta reírse de la lesión, 107 Las verdades de la ficción sufre del esfuerzo constante por hacerle frente y los efectos generales de su experiencia bélica: “Me quedé despierto pensando y mi mente saltando por ahí. Entonces no pude mantenerme alejado de eso, y comencé a pensar en Brett y todo el resto se fue. Estaba pensando en Brett y mi mente dejó de saltar y comenzó a ir en una especie de olas suaves. Entonces de repente me puse a llorar” (39). La herida es un recordatorio constante para Jake de que ahora su vida es diferente. Sin embargo, también sirve como metáfora general de las heridas psicológicas a las que él y todos sus amigos están lidiando. Al igual que la cicatriz genital de Jake, el dolor de sus amigos se mantiene bien cubierto. Casi nunca hablan de la guerra. Cuando Robert Cohn le pregunta a Mike Campbell si estaba en la guerra, Mike responde: “¿No era yo?” Y luego el tema pasa a una divertida historia sobre el robo de medallas de Mike ganadas por otra persona para que Mike pudiera llevarlas a una cena formal. A pesar de que parece amante de la diversión, listo para reír y festejar con sus compañeros, Mike bebe y gasta dinero indiscriminadamente para hacer frente a su dolor. Vemos el comportamiento disfuncional de los personajes a lo largo de la novela mientras el grupo bebe constantemente y se involucra en distracciones para hacer frente a sus propias heridas psicológicas. Los peores efectos de estas lesiones son su incapacidad para encontrar esperanza en cualquier cosa, incluso en Dios, y para disfrutar de relaciones cercanas y saludables entre ellos. Otra metáfora empleada efectivamente en la novela para sugerir una destrucción irreversible son las corridas de toros arruinadas. Jake ha sido aficionado a las corridas de toros desde hace muchos años. Los considera casi sagrados. Comparte este sentimiento con su amigo Montoya, en cuyo hotel se hospeda cuando viene a Pamplona para la fiesta. “Había parado en el Montoya desde hacía varios años. Nunca platicamos mucho a la vez. Simplemente fue el placer de descubrir lo que cada uno de nosotros sentía”. (137). A pesar de que la mente de Jake deambula cuando va ahora a la iglesia, ha podido mantener esta experiencia especial de las corridas de toros. La forma en que describe este “arte” revela que ve algo puro en él, una oportunidad de enfrentar los miedos con dignidad, coraje y gracia y luego destruir esos miedos: “La lucha de toros de Romero dio verdadera emoción, porque mantuvo la absoluta pureza de línea en su 108 Escritura y Literatura: La composición como movimientos de indagación, aprendizaje, pensamiento y comunicación y siempre tranquila y tranquilamente dejar que los cuernos le pasen cerca cada vez” (171). Dado que los eventos se repingen cada año durante la fiesta, hay un sentido de renovación asociado a ella. No obstante, cuando Brett inicia a Romero en la virilidad a través de una breve relación sexual, no sólo compromete la inocencia y pureza de Romero como artista, sino que arruina la experiencia de fiesta para Jake. Montoya, su compañero aficionado culpa a Jake y a sus amigos por no respetar a Romero y la pelea de toros, y la pérdida de esta amistad lastima a Jake. Justo antes de que el grupo se vaya de la ciudad, Jake dice: “Almorzamos y pagamos la cuenta. Montoya no se nos acercó” (232). No es probable que se recupere el anterior respeto de Montoya por Jake, ya que la aficion, o pasión, que compartieron era muy rara, y el asunto ha estropeado su vínculo. Al igual que la fe de Jake y sus amigos en cualquier cosa que trascienda la vida ordinaria y mundana, la experiencia de Jake de la pelea de toros se ha visto contaminada ahora por las acciones disfuncionales de él y del resto del grupo. Esta metáfora sugiere que algunos tipos de destrucción son permanentes. Según concluye la novela, el lector quiere creer que Jake sobrevivirá y encontrará algún tipo de felicidad. Sin embargo, las metáforas de la herida de Jake y las corridas de toros contaminadas sugieren que algunos tipos de daño no se pueden deshacer. La novela implica que, como resultado de una de las guerras más destructivas de la historia de la humanidad, estos personajes simplemente tendrán que aprender a vivir con sus heridas y hacer frente a sus esperanzas perdidas. Su dificultad sirve como una advertencia de que los humanos deben pensar cuidadosamente antes de librar la guerra unos contra otros. Obra Citada Hemingway, Ernest. El Sol También Sale. Scribner, 1926.