8.1: Los impactos de las condiciones ambientales
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Durante la mayor parte de la historia humana, los agentes biológicos fueron el factor más significativo en la salud. Estos incluyeron organismos patógenos (causantes de enfermedades) como bacterias, virus, protozoos y parásitos internos. En los tiempos modernos, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y los accidentes son los principales asesinos en la mayor parte del mundo. Sin embargo, las enfermedades infecciosas aún causan alrededor de 22 millones de muertes al año, la mayoría en países no desarrollados. Estas enfermedades incluyen: tuberculosis, malaria, neumonía, influenza, tos ferina, disentería y Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). La mayoría de los afectados son niños. La desnutrición, el agua insalubre, las malas condiciones sanitarias y la falta de atención médica adecuada juegan un papel en estas muertes. A los problemas de las enfermedades infecciosas se suman factores como patógenos farmacorresistentes, portadores resistentes a insecticidas y sobrepoblación. El uso excesivo de antibióticos ha permitido que los patógenos desarrollen una resistencia a los medicamentos. Por ejemplo, la tuberculosis (TB) estuvo casi eliminada en la mayor parte del mundo, pero las cepas farmacorresistentes ahora han invertido esa tendencia. Otro ejemplo es el paludismo. El insecticida DDT (diclorodifeniltricloroetano) fue ampliamente utilizado para controlar las poblaciones de mosquitos portadores de malaria en regiones tropicales. Sin embargo, después de muchos años los mosquitos desarrollaron una resistencia natural al DDT y nuevamente propagaron ampliamente la enfermedad. También se recetaron medicamentos antipalúdicos, lo que permitió que el patógeno de la malaria se volviera resistente a los medicamentos.
Persistencia ambiental del DDT
El pesticida DDT fue ampliamente utilizado durante décadas. Fue visto como un pesticida ideal porque es económico y se descompone lentamente en el ambiente. Desafortunadamente, esta última característica le permite biomagnificarse a través de la cadena alimentaria. Las poblaciones de especies de aves en la parte superior de la cadena alimentaria, por ejemplo, águilas y pelícanos, se ven muy afectadas por el DDT en el medio ambiente. Cuando estas aves tienen niveles suficientes de DDT, las cáscaras de sus huevos son tan delgadas que se rompen, haciendo imposible la reproducción. Después de que el DDT fuera prohibido en Estados Unidos en 1972, las poblaciones de aves afectadas hicieron notables recuperaciones.
En nuestra sociedad industrializada, los agentes químicos también tienen efectos significativos en la salud humana. Los metales pesados tóxicos, las dioxinas, los pesticidas y los disruptores endocrinos son ejemplos de estos agentes químicos. Los metales pesados (mercurio, plomo, cadmio, bismuto, selenio, cromo, talio) se producen típicamente como subproductos de los procesos de minería y fabricación. Todos ellos biomagnifican (se concentran más en especies con aumento del nivel de la cadena alimentaria). El mercurio del agua contaminada puede acumularse en el pez espada hasta niveles tóxicos para los humanos. Cuando los metales pesados tóxicos ingresan al cuerpo, se acumulan en los tejidos y eventualmente pueden causar enfermedad o muerte. Los estudios muestran que las personas con niveles de plomo por encima del promedio en sus huesos tienen un mayor riesgo de desarrollar trastorno por déficit de atención y comportamiento agresivo. El plomo también puede dañar las células cerebrales y afectar la coordinación muscular.