2.4: Comparando la ética de la virtud de Oriente y Occidente
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Al final de esta sección, podrás:
- Comparar los orígenes y metas de la ética de la virtud en Oriente y Occidente
- Describir cómo cada uno de estos sistemas pretendía establecer un orden social para la familia y la empresa
- Identificar elementos potenciales de una ética empresarial universalmente aplicada
Aristóteles y Confucio construyeron cada uno un sistema ético basado en la virtud, siendo el objetivo final de Aristóteles la felicidad y el de Confucio siendo la armonía. Cada uno abordó un problema particular. Para Aristóteles, la felicidad consistía en la búsqueda de la verdad, la cual, a su vez, requería de un individuo centrado, estable que pudiera superar la desgracia o el carácter débil. Confucio buscó asentar el alma del pueblo chino creando un sistema que reflejara el orden celestial en la Tierra. Ambos sistemas se basan en medios razonados para lograr fines razonados.
Este se encuentra con el oeste
Dados los entornos culturales e históricos muy diferentes de la antigua Grecia y China, puede que se sorprenda al encontrar similitudes entre los sistemas aristotélico y confuciano de ética de la virtud. Sin embargo, no sólo hay similitudes sino que los dos sistemas comparten el tema del control. Para Aristóteles, el control se manifestó a través del proceso deliberativo de frónēsis, dando como resultado una vida virtuosa, armonía y felicidad. Esta aplicación de la sabiduría práctica se relacionó con el autocontrol, o templanza. En la ética de la virtud confuciana, el control era una función de autorregulación; los instintos primitivos se mantuvieron a raya y la persona ganó la capacidad y el coraje para actuar de manera más humana (Figura 2.6). Este logro de control benefició no sólo al individuo sino también a la familia y, por extensión, a la nación. La autorregulación era la manera de establecer el orden de Confucio.
En un contexto empresarial, el control se basa directamente en la ética gerencial, que es una forma de relacionarse con los propios, los empleados y la organización que equilibra la responsabilidad individual y colectiva, y en la que la gestión también incluye la planeación, organización y conducción para alcanzar metas organizacionales. 28 Un gerente autocontrolado y disciplinado es capaz de trabajar a través de capas de burocracia y las complejidades de la interacción humana para alcanzar metas de manera responsable y rentable y que potencie la misión y cultura de la organización. Estos objetivos se logran no a expensas de los grupos de interés sino de una manera justa para todos. Incluso podríamos decir que la justicia lleva a la justicia, que incluye la ganancia. Vimos antes que ni Aristóteles ni Confucio desaprobaban la ganancia siempre y cuando beneficiara de alguna manera a la humanidad. Ambos hombres tendrían una opinión muy definida sobre la optimización de la riqueza accionista.
A pesar de estas similitudes entre las dos tradiciones, hay diferencias, siendo la más notable el locus de la ética. Aristóteles colocó este locus en individuos, quienes fueron llamados a cumplir su propósito honorablemente, aceptando el destino con dignidad y aplomo. La base de esta aceptación fue la razón. Para Confucio, reflejando la difícil situación histórica de China, el locus era la familia, que imaginó como poner fin a la anarquía y poner a la nación en su propio rumbo al proporcionar el patrón básico de relaciones para la vida personal y profesional. Sin duda, la familia contaba para Aristóteles así como el individuo contaba para Confucio, pero el énfasis en cada sistema era diferente. Aristóteles reconoció que “un hombre solitario tiene una vida dura, porque no es fácil mantener una actividad continua por uno mismo; pero en compañía de los demás y en relación con los demás es más fácil”. 29
Independientemente de la fuente del comportamiento ético, quienes se dedicaban a los negocios debían actuar con responsabilidad y rendición de cuentas. Eran responsables ante los clientes y proveedores al entregar productos como higos, alfarería o aceite de oliva. Y tuvieron que comportarse responsablemente para mantener su reputación personal y profesional. Así, los negocios eran la expresión perfecta de la ética tanto en Oriente como en Occidente, porque proporcionaban un foro dentro del cual las virtudes se ponían a prueba de formas muy reales. Confucio exhortó a cada seguidor a ser una persona grande o humana, o ru, no pequeña. 30 Esto fue tan importante que la escuela establecida después de su muerte fue conocida como la Escuela Ru, y los principios que enseñó se llaman Ruismo. 31
Roles personales y profesionales
Otra característica importante de los sistemas orientales y occidentales de ética de virtud es la integración de la vida personal y profesional. Una persona no podía actuar de una manera en casa y de una manera completamente diferente en público, especialmente líderes cívicos, comerciantes, maestros y gobernantes. La tendencia moderna a compartimentar diversos aspectos de nosotros mismos para dar cabida a las circunstancias habría desconcertado a quienes vivían en la antigua Grecia o China. Un gerente minorista que contribuye generosamente para ayudar a proteger especies en peligro de extinción pero no piensa en trabajar al personal de ventas hasta el punto del agotamiento para lograr metas mensuales no ha integrado con éxito lo personal y lo profesional, por ejemplo, e incluso plantea obstáculos para la felicidad y la vida individual en la comunidad. Todos desean eficiencia en los negocios, pero compartimentar nuestros ideales personales y profesionales puede conducir a una “rendición de cuentas personal dispersa” en una organización y al tipo de crisis financiera que se produjo, a través de la codicia y el quebrantamiento de reglas, en las industrias de la vivienda y las finanzas y condujo a la recesión mundial de 2008. 32
¿Cómo podría ser la integración de la vida personal y profesional, y cómo podemos aplicarla dentro de las relaciones que son la base de los negocios? Para responder a esta pregunta, considere la esencia de la persona virtuosa que cada sistema ético se esforzó por crear. Para Aristóteles, la persona virtuosa veía la verdad en todo tipo de situaciones. Una vez reconocida y reconocida, no se puede negar la verdad sin comprometer el honor. De igual manera, Confucio enseñó que “Un caballero no se apartará, por el espacio de una comida, de la humanidad. En prisas y aluviones, se adhiere a ella; en otoño y tropiezo, se adhiere por ello”. 33
A pesar del énfasis que estos sistemas ponían en el carácter, sin embargo, el carácter no era en última instancia lo que definía al individuo virtuoso, familia, ciudad-estado o nación. En cambio, fue la transformación del individuo, a través de la educación, en un tipo diferente de ser que actuará virtuosamente aunque nadie esté mirando. Cuando la persona se concentra en los medios utilizados para lograr un fin, eventualmente los medios se convierten en una forma de vida aún más importante que el fin mismo. No es simplemente que los medios deben coincidir con el fin, sino que vienen a definir a la persona virtuosa.
La integración de la vida personal y profesional tiene dos efectos: el motivo y la conciencia. El motivo es la disposición a hacer lo correcto porque es lo correcto, aunque no haya beneficio percibido. Podría decirse que es aquí donde se revela la verdadera naturaleza del individuo. El otro efecto, la conciencia, es la capacidad de ver la dimensión ética en todos los eventos, elecciones, decisiones y acciones. Muchos escándalos empresariales podrían evitarse si más personas entendieran el valor del capital humano y la necesidad de ver el panorama más amplio; por decirlo de otra manera: la responsabilidad sobre la rentabilidad. O, como diría Confucio, es la persona quien puede ampliar el Camino, no el Camino lo que amplía a la persona. 34
¿Existe una Ética Universal?
Una cuestión fundamental en el estudio de la ética es si podemos identificar verdades morales universales y objetivas que atraviesan culturas, entornos geográficos y tiempo. En el nivel más fundacional, la respuesta podría ser sí. Como señaló Aristóteles, la ética no es una ciencia sino un arte. 35 Quizás la mejor manera de responder a la pregunta es considerar los métodos utilizados para la toma de decisiones morales. Esta estrategia estaría en línea con los modelos aristotélicos y confucianos si asumimos que una vez que alcancen la perspicacia, la mayoría de las personas seguirán su conciencia y actuarán de manera razonable y responsable. Entonces, los métodos de toma de decisiones podrían adaptarse a cualquier contexto o dilema. Pero, ¿qué constituye un método razonable y responsable, y quién puede elegirlo?
Es posible que se puedan crear estándares de conducta ética para guiar los asuntos empresariales de manera justa y justa. Dichos estándares ya existen en la mayoría de las industrias y profesiones. Los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (GAAP) dan dirección a quienes trabajan en contabilidad y finanzas en Estados Unidos. La Organización Internacional de Estándares ofrece pautas y protocolos para muchas industrias. Junto con la regulación gubernamental, éstas podrían servir de base para un comportamiento ético, tal vez incluso a nivel mundial. Por supuesto, esos lineamientos de conformación tendrían que ser sensibles a la autonomía individual y la soberanía nacional, especialmente cuando se trata de jurisdicción internacional, privacidad y derechos humanos. Por ejemplo, las Normas Internacionales de Información Financiera sirven como una especie de GAAP internacional para ayudar a las empresas a reportar resultados financieros en un lenguaje contable común a través de las fronteras nacionales.
A pesar de nuestros mejores esfuerzos, alguien que desee realizar negocios egoísta y poco éticamente siempre se sentirá atraído a hacerlo a menos que se le dé un incentivo convincente para no hacerlo. Es evidente por qué Aristóteles y Confucio destacaron la importancia de la escolaridad. Quizás lo que se necesita ahora, partiendo de estos dos enfoques antiguos, es la educación empresarial centrada en la transformación más que en la conformidad con las pautas. Esta propuesta toca el núcleo de las enseñanzas tanto aristotélicas como confucianas: la formación y la educación. La formación y la educación ayudan a interiorizar en nosotros prácticas empresariales más altruistas. También permiten una mayor integración entre nuestra comprensión personal y profesional de la forma en que debemos tratar a amigos, familiares, clientes y clientes. No importa el contexto, entonces se nos anima a tratar a los demás con honestidad y respeto, para que incluso alguien seguro de salirse con la suya con el esquema más escandaloso de corrupción o lavado de dinero no lo haga. ¿Por qué no? Porque hacerlo sería una traición a la conciencia e identidad de la persona. Una educación empresarial que sea verdaderamente efectiva, una para el siglo XXI, produciría un graduado que podría ponerse de pie y decir no a ese tipo de traición a sí mismo.
¿QUÉ HARÍAS?
Escenario con Aristóteles y Confucio
Imagínese un escenario en el que Aristóteles y Confucio se sientan a discutir Chiquita Brands International, un conglomerado mundial de productos que pagó dinero de “protección” a grupos guerrilleros derechistas y marxistas en Colombia entre 1997 y 2004 para asegurar que no habría violencia contra sus empleados, el banano plantaciones e instalaciones. El pago violó la Ley de Prácticas Corruptas Extranjeras de Estados Unidos (1977), que prohíbe sobornos y sobornos a funcionarios extranjeros. Chiquita aseguró que fue víctima de extorsión y no tuvo otra opción. No obstante, por sus acciones, finalmente pagó 25 millones de dólares en multas al gobierno de Estados Unidos. En 2007, un grupo de colombianos interpuso una demanda contra la empresa en virtud de la Ley de Reclamaciones por Agravios Extranjeros, alegando que, por sus pagos ilegales, Chiquita fue “cómplice de ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones forzadas y crímenes de lesa humanidad” perpetrados contra trabajadores de plantaciones por la guerrilla “escuadrones de la muerte”. 36 El caso fue a la Suprema Corte de Estados Unidos en 2015, pero la Corte declinó escucharlo.
Pensamiento Crítico
- ¿Qué supone que dirían Confucio y Aristóteles, maestros de la ética de la virtud, sobre el caso de los colombianos y cómo iban a evaluar la responsabilidad? ¿Qué identificarían como el delito cometido? ¿Pensarían que los ejecutivos de Chiquita habían actuado con prudencia, astucia o engaño?
- ¿Qué harías si te enfrentaras a este caso?
enlace al aprendizaje
El Centro de Recursos de Empresas y Derechos Humanos proporciona información útil y detallada sobre casos de ética y el papel de las empresas en la sociedad, incluyendo más información sobre la demanda de Chiquita y otros casos interesantes.