2.1: Introducción al capítulo
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Lo que pensamos, cómo pensamos y qué tipos de pensamiento valoramos dependen en gran medida de la naturaleza de la tecnología de la información que experimentamos. Los efectos de la tecnología de la información sobre la cognición humana son tan profundos que muchos desconocen el grado en que nos afecta, o incluso que nos afecta en absoluto. Los estudiosos se refieren a aspectos tan profundamente incrustados de las civilizaciones como medios paradigmáticos. Brad Mehlenbacher (2010), académico de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, observó: “Una vez que estos desarrollos están en su lugar, se vuelve sumamente difícil desenredarlos de las predicciones sobre el futuro” (p. 7), y continúa, ellos “forman el núcleo mismo de nuestros sistemas de comprensión, conceptualización y promulgar conocimiento” (p.7). Para los individuos cuya experiencia está inmersa en estos medios paradigmáticos, determinan lo que se espera de otras personas y qué comprenderá el entorno que perciben como natural.
Los humanos tienden a tomar conciencia de los efectos de los médiums paradigmáticos solo durante aquellos períodos en los que cambian de manera significativa o cuando son reemplazados. La generación actual de educadores está trabajando en el momento histórico cuando la información digital consumida en las pantallas está reemplazando la información impresa consumida en papel, y estamos observando cambios cognitivos y educativos similares a los observados a lo largo de la historia cuando los medios paradigmáticos cambiaron. Los objetivos estratégicos que enfocan la gestión eficaz de TI en las escuelas se basarán en medios de paradigma emergentes y pretenden permitir que los estudiantes participen en un mundo dominado por la información digital. En este capítulo, exploro la naturaleza de las influencias de las tecnologías de la información en la sociedad y sus escuelas. Comprender la naturaleza y el alcance de estas influencias preparará a los gerentes de TI de las escuelas para articular objetivos estratégicos y logísticos que reflejen con precisión la naturaleza rica en tecnología de la sociedad. El papel de las microcomputadoras en el plan de estudios y la instrucción se ha debatido desde que llegaron por primera vez a las escuelas; algunos educadores abogan por la rápida adopción de cada nueva herramienta mientras que otros abogan por evitar por completo la tecnología digital. Las percepciones dispares de las tecnologías de la información emergentes entre los educadores no es un fenómeno nuevo. En su libro de 2011 La información: una historia, una teoría, un diluvio, James Gleick señaló que Platón criticó a quienes buscaban enseñar a escribir cuando observó, “Has inventado un elixir no de memoria, sino de recordar; y ofreces a tus alumnos la apariencia de sabiduría, no sabiduría verdadera” (p 30). La sabiduría de Platón no requería de escritura. Gleick continúa citando a Thomas Hobbes, el filósofo del siglo XVII, quien comentó sobre las culturas preliteradas (las que carecen de escritura), “No había método: es decir, no sembrar el conocimiento por sí mismo, aparte de las malas hierbas y plantas comunes de error y conjeturas” (p. 49). Para Hobbes, no escribir significaba ninguna sabiduría. En el tiempo entre Platón y Hobbes, la escritura se expandió por toda la sociedad, interrumpió los patrones de uso de la información y redefinió lo que significaba ser “educado”. Platón percibió la escritura como una degradación de las habilidades humanas, por lo que rechazó la tecnología de la información emergente y recomendó que otros la rechazaran también. En esto, Platón perdió. Podemos predecir pérdidas similares para quienes abogan evitamos las tecnologías que emergen hoy en día.
Estamos en medio de una disrupción similar a la causada por la escritura, y las habilidades de alfabetización que han sido útiles durante generaciones ya no son suficientes. Mi abuelo se graduó de la Universidad de Vermont en 1939 y tengo algunos de sus libros de texto en mis estanterías junto con los libros de texto que usé cuando era estudiante de licenciatura en la misma institución 49 años después. El contenido de los libros de texto (ambos estudiamos biología) es muy diferente, pero las habilidades de alfabetización útiles para sus libros fueron igualmente útiles para los míos (incluyendo nuestro hábito compartido de escribir en nuestros libros de texto). Si bien las alternativas a los medios impresos siempre han jugado un papel minoritario en el plan de estudios, los medios digitales son cada vez más el modo de contenido, y están llegando a dominar en algunas áreas de contenido. En un reporte de 2014 en Radio Pública Nacional (Kestenbaum, 2014), se detalló la tendencia creciente de que las editoriales sustituyan los libros de texto impresos por versiones digitales. Los editores están motivados por la naturaleza de uso único de los textos digitales; cada estudiante que se inscriba en un curso debe adquirir acceso a libros de texto digitales, mientras que los estudiantes pueden reciclar libros impresos hasta que el profesor adopte uno nuevo.
La aparición de computadoras y otros dispositivos digitales, la información a la que se accede a través de ellos y la capacidad de manipular rápidamente la información usando ellos está desafiando creencias profundamente arraigadas sobre la cognición y el aprendizaje. Ya no es sostenible argumentar que la tecnología es marginal al plan de estudios, ni es sostenible utilizar computadoras y tecnologías asociadas como complemento al plan de estudios para ser utilizado con fines de enriquecimiento. Es solo a través del uso de tecnologías digitales para acceder, manipular, crear y difundir información que los estudiantes participan plenamente en la sociedad del siglo XXI. Debido a que este cambio de la información impresa a la digital aún está incompleto y las tecnologías siguen surgiendo, los objetivos estratégicos para las escuelas se renegociarán activamente para reflejar las tecnologías cambiantes y las expectativas sociales asociadas hacia el futuro.