Nuestro deseo de salvar a cualquier criatura limita nuestra visión y nos dificulta ver las conexiones y relaciones entre nosotros y la criatura que estamos tratando de “salvar”. El uso de la palabra “...Nuestro deseo de salvar a cualquier criatura limita nuestra visión y nos dificulta ver las conexiones y relaciones entre nosotros y la criatura que estamos tratando de “salvar”. El uso de la palabra “salvar” nos pone en una posición de “salvador”. Asumir el papel de “salvador” elimina nuestras acciones y comportamientos de la ecuación, dándonos plausible negabilidad de por qué las abejas melíferas necesitan ser salvadas en primer lugar.