Una guía para el buen razonamiento muestra con ingenio y cuidado filosófico cómo los estudiantes pueden llegar a ser buenos en el razonamiento cotidiano. Se inicia con la actitud —con el estado de ale...Una guía para el buen razonamiento muestra con ingenio y cuidado filosófico cómo los estudiantes pueden llegar a ser buenos en el razonamiento cotidiano. Se inicia con la actitud —con el estado de alerta ante la heurística crítica y con el cultivo de las virtudes intelectuales y desarrolla un sistema para aclarar y evaluar hábilmente los argumentos, según cuatro normas— si las premisas encajan con el mundo, si la conclusión se ajusta a las premisas, si el argumento se ajusta a la conversación, y