Cada imagen contaba una historia; misteriosa a menudo para mi comprensión subdesarrollada y sentimientos imperfectos, pero siempre profundamente interesante: tan interesantes como los cuentos que Bess...Cada imagen contaba una historia; misteriosa a menudo para mi comprensión subdesarrollada y sentimientos imperfectos, pero siempre profundamente interesante: tan interesantes como los cuentos que Bessie a veces narraba en las noches de invierno, cuando se veía de buen humor; y cuando, habiendo traído su mesa de hierro al hogar de la guardería, ella nos permitió sentarnos al respecto, y mientras se levantaba los volantes de encaje de la señora Reed, y engarzó sus bordes de copa, alimentó nuestra…