Y cuando esto suceda, y cuando permitimos que suene la libertad, cuando la dejemos sonar desde cada aldea y cada aldea, desde cada estado y cada ciudad, podremos acelerar ese día en que todos los hijo...Y cuando esto suceda, y cuando permitimos que suene la libertad, cuando la dejemos sonar desde cada aldea y cada aldea, desde cada estado y cada ciudad, podremos acelerar ese día en que todos los hijos de Dios, hombres negros y blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, puedan unir las manos y cantar en las palabras del viejo negro espiritual: