La inmunidad innata inmediata comienza 0-4 horas después de la exposición a un agente infeccioso e implica la acción de moléculas antimicrobianas preformadas solubles que circulan en la sangre, que se encuentran en los fluidos del tejido extracelular, y son secretadas por las células epiteliales. Estos incluyen: enzimas y péptidos antimicrobianos, y proteínas del sistema del complemento. Estas moléculas antimicrobianas preformadas están diseñadas para comenzar inmediatamente a eliminar los agentes infecciosos tan pronto como ingresan al cuerpo. Además de las moléculas antimicrobianas preformadas, las siguientes también juegan un papel en la inmunidad innata inmediata: barreras anatómicas a la infección, eliminación mecánica de microbios y antagonismo bacteriano por la microbiota normal del cuerpo
La inmunidad innata inmediata comienza 0-4 horas después de la exposición a un agente infeccioso e implica la acción de moléculas antimicrobianas preformadas solubles que circulan en la sangre y se encuentran en los fluidos del tejido extracelular. La lisozima, que se encuentra en lágrimas, mucosidad, saliva, plasma, líquido tisular, etc., descompone el peptidoglicano en bacterias causantes de lisis osmótica. La fosfolipasa A2 es una enzima que penetra en la pared celular bacteriana e hidroliza los fosfolípidos en la membrana citoplásmica bacteriana.
El sistema del complemento se refiere a una serie de más de 30 proteínas solubles preformadas que circulan en la sangre y bañan los fluidos que rodean los tejidos. Las proteínas circulan en forma inactiva, pero en respuesta al reconocimiento de componentes moleculares de microorganismos, se activan secuencialmente, trabajando en una cascada donde en la unión de una proteína promueve la unión de la siguiente proteína en la cascada.
Las barreras anatómicas como la piel, las membranas mucosas y los revestimientos óseos son barreras duras e intactas que impiden la entrada y colonización de muchos microbios. La eliminación mecánica es el proceso de eliminar físicamente los microbios del cuerpo. Los ejemplos incluyen moco y cilios, tos y estornudos, vómitos y diarrea, y la acción de rubor de los fluidos corporales. La microbiota normal mantiene bajo control los patógenos oportunistas potencialmente dañinos.