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20.1: Conclusión

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    Piensa en los ismos y una amplia comprensión de ellos de tres maneras: Los 'ismos' son malvados. Todos ¡Salve los 'Ismos'! 152 Primero, los ismos son ideologías y las teorías IR también están ideológicamente saturadas. Esto no es malo per se. Una vez que sepamos esto deberíamos poder tanto interrogar la coherencia interna de la ideología como comparar sus virtudes con otras.

    Segundo, las ideologías mismas dan forma a la sociedad en la que vivimos. Entonces, debemos ser capaces de entender mejor nuestra sociedad y nuestra política mundial explorando las formas en que las ideologías configuran y estructuran las formas en que las personas viven y actúan. En muchos aspectos, entonces, la teoría del IR refleja también estas formas de vivir y actuar. Así, podemos pensar en la teoría IR como en sí misma una reflexión ideológica del mundo que nos rodea. R. B. J. Walker (1993, 6) ha hecho la contenciosa sugerencia de que “las teorías de las relaciones internacionales son más interesantes como aspectos de la política mundial contemporánea que necesitan ser explicados que como explicaciones de la política mundial”. Puede que no quieras llegar tan lejos, pero no hay duda de que no hay nada política o ideológicamente neutral en la teoría de IR —y ubicar las teorías de IR en su contexto histórico e intelectual lo expone irreversiblemente.

    Tercero, las ideologías pueden estar equivocadas, sus valores reprensibles u odiosos, sus supuestos centrales despreciables. Esto se debe a que son utilizados por personas cuyas prácticas y políticas podríamos estar en desacuerdo. Para Robert Cox (1981, 128), la teoría no sólo es siempre 'para alguien y para algún propósito', sino que también refleja inevitablemente sesgos de clase. Tenemos que ser conscientes de esto y someter la teoría a una serie de críticas. Comprender el marxismo sería la condición previa indispensable de esto. Hacer esto sería imposible si negáramos que existen teorías como ideologías, o si pasamos por alto cuán profundamente implicados en las estructuras ideológicas están nuestra forma moderna de vivir y pensar.

    Nada se gana rechazando los ismos a menos que al principio entendamos la complejidad de lo que estamos rechazando. Los ismos pueden ser malos, pero debemos rendirles el debido homenaje para desarrollar la reflexión crítica que necesitamos para ir más allá de ellos.


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