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8.6: Síntomas somáticos y trastornos relacionados - Factores psicológicos que afectan a otras afecciones médicas

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    Objetivos de aprendizaje
    • Describir cómo se presentan los factores psicológicos que afectan a otras afecciones médicas.
    • Enumerar y describir los tipos más comunes de trastornos psicofisiológicos.
    • Describir las opciones de tratamiento para los factores psicológicos que afectan a otras afecciones médicas.

    Aunque anteriormente se conocían como trastornos psicosomáticos, el DSM-5-TR ha identificado enfermedades físicas que son causadas o exacerbadas por factores biopsicosociales como factores psicológicos que afectan a otros iones condit médicos. Este trastorno es diferente a todos los trastornos relacionados somáticos anteriormente mencionados ya que el foco principal del trastorno no es el trastorno mental, sino el trastorno físico. Los factores psicológicos o conductuales afectan adversamente la condición médica al, “... influir en su curso o tratamiento, al constituir un factor de riesgo adicional para la salud bien establecido, o al influir en la fisiopatología subyacente para precipitar o exacerbar los síntomas o para requerir atención médica” (APA, 2022, pg. 365). Se cree que la falta de estrategias de afrontamiento positivas, angustia psicológica o conductas de salud desadaptativas exacerban estos síntomas físicos (McGeary, Harzell, McGeary, & Gatchel, 2016).

    Trastornos Psicofisiológicos

    Los tipos más comunes de trastornos psicofisiológicos son los dolores de cabeza (migrañas y tensión), gastrointestinales (úlcera e intestino irritable), insomnio y trastornos cardiovasculares (cardiopatía coronaria e hipertensión). Repasaremos brevemente estos trastornos y discutiremos las características psicológicas asociadas que se cree que exacerban los síntomas.

    8.6.1.1. Dolores de cabeza. Entre los tipos más comunes de cefaleas se encuentran las migrañas y las cefaleas tensionales (Williamson, 1981). Las migrañas suelen ser más severas y se explican por un dolor punzante localizado en un lado de la cabeza, frecuentemente acompañado de náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y vértigo. Se cree que las migrañas son causadas por el estrechamiento de los vasos sanguíneos en el cerebro, reduciendo así el flujo sanguíneo a diversas partes del cerebro, seguido por los mismos vasos que posteriormente se expanden, cambiando así rápidamente el flujo sanguíneo. Se estima que solo en Estados Unidos 23 millones de personas sufren de migrañas (Williamson, Barker, Veron-Guidry, 1994).

    Las cefaleas tensionales a menudo se describen como un dolor sordo y constante localizado en una parte de la cabeza o el cuello; sin embargo, puede coocurrir en múltiples lugares a la vez. A diferencia de las migrañas, las náuseas, los vómitos y la sensibilidad a la luz no suelen ocurrir con dolores de cabeza tensionales. Se cree que las cefaleas tensionales, así como las migrañas, son causadas principalmente por el estrés ya que son en respuesta a una contracción muscular sostenida que a menudo es exhibida por quienes están bajo estrés o emoción extremos (Williamson, Barker, Veron-Guidry, 1994). En esfuerzos por reducir la frecuencia e intensidad tanto de las migrañas como de las cefaleas tensionales, los individuos han encontrado alivio en las técnicas de relajación, así como el uso del entrenamiento de biorretroalimentación para ayudar a fomentar la relajación de los músculos.

    8.6.1.2. Gastrointestinal. Entre los dos tipos más comunes de trastornos psicofisiológicos gastrointestinales se encuentran las úlceras y el síndrome del intestino irritable (SII). Las úlceras, o llagas dolorosas en el revestimiento del estómago, ocurren cuando se reduce la mucosidad de los jugos digestivos, permitiendo que los ácidos digestivos quemen un agujero en el revestimiento del estómago. Entre los tipos de úlceras más comunes se encuentran las úlceras pépticas, las cuales son causadas por la bacteria H. pylori (Sung, Kuipers, El-Serag, 2009). Si bien existe evidencia para apoyar la implicación del estrés en el desarrollo de síntomas dispépticos, la evidencia que vincula el estrés y las úlceras pépticas está creciendo lentamente. (Purdy, 2013). Los investigadores creen que si bien H. pylori debe estar presente para que se desarrolle una úlcera péptica, el aumento de los niveles de estrés puede afectar la cantidad de ácido digestivo presente en el revestimiento del estómago, aumentando así la frecuencia e intensidad de los síntomas (Sung, Kuipers, El-Serag, 2009).

    El SII es un trastorno funcional crónico del tracto gastrointestinal. Los síntomas comunes del SII incluyen dolor abdominal y hábitos intestinales extremos (diarrea o estreñimiento). Afecta hasta a una cuarta parte de la población y es responsable de casi la mitad de todas las derivaciones a gastroenterólogos (Sandler, 1990).

    Debido a que el SII es un trastorno funcional, no se conocen anomalías estructurales, químicas o fisiológicas responsables de los síntomas. Sin embargo, hay evidencia concluyente de que los síntomas del SII están relacionados con la angustia psicológica, particularmente en aquellos con ansiedad o depresión. Aunque se necesita más investigación para determinar el momento entre el inicio del SII y los trastornos psicológicos, la evidencia preliminar sugiere que la angustia psicológica está presente antes de los síntomas del SII. Por lo tanto, el SII puede explicarse mejor como una expresión somática de problemas psicológicos asociados (Sykes, Blanchard, Lackner, Keefer, & Krasner, 2003).

    8.6.1.3. Insomnio. El insomnio, la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, ocurre en más de un tercio de la población estadounidense, con aproximadamente el 10% de los pacientes reportando insomnio crónico (Perlis & Gehrman, 2013). Si bien las vías exactas del insomnio psicofisiológico crónico no están claras, existe evidencia de algunos factores biopsicosociales que pueden predisponer a un individuo a desarrollar insomnio como ansiedad, depresión y sistemas de excitación hiperactiva (Trauer et al., 2015). Parte de la dificultad con el insomnio es el hecho de que estos síntomas psicológicos pueden afectar la capacidad de uno para conciliar el sueño; sin embargo, también sabemos que la falta de sueño adecuado también predispone a los individuos a una mayor angustia psicológica. Debido a esta naturaleza cíclica de angustia psicológica e insomnio, la intervención tanto para los problemas del sueño como para los psicológicos es vital para controlar los síntomas.

    8.6.1.4. Cardiovascular. Las enfermedades cardíacas han sido la principal causa de muerte en Estados Unidos durante las últimas décadas. Los costos relacionados con la discapacidad, los procedimientos médicos y las cargas sociales se estiman en $444 mil millones al año (Purdy, 2013). Con esta gran carga financiera, se han realizado esfuerzos considerables para identificar factores de riesgo y protectores en la predicción de la mortalidad cardiovascular.

    Los investigadores han identificado que la depresión es un predictor de enfermedad coronaria de inicio temprano (Ketterer, Knysk, Khanal, & Hudson, 2006). Más específicamente, hay un aumento de cinco veces la depresión en aquellos con enfermedad coronaria que en la población general (Ketterer, Knysk, Khanal, & Hudson, 2006). Además, la ansiedad y la ira también se han identificado como un predictor temprano de eventos cardíacos, sugiriendo que intervenciones psicológicas dirigidas a reducir la ansiedad y establecer estrategias de afrontamiento positivas para el manejo de la ira pueden ser efectivas para reducir eventos cardíacos futuros (Ketterer, Knysk, Khanal, & Hudson, 2006).

    8.6.1.5. Hipertensión. También llamada o presión arterial crónicamente elevada, también se encuentra que se ve afectada por factores psicológicos. Más específicamente, se ha encontrado que el estrés constante, la ansiedad y la depresión impactan la probabilidad de un evento cardíaco debido a su impacto en la vasoconstricción (Purdy, 2013). Se han encontrado marcadores inflamatorios elevados como la proteína C reactiva, que es indicativa de inestabilidad de la placa, en individuos crónicamente deprimidos, predisponiéndolos así a posibles ataques cardíacos (Ketterer, Knysk, Khanal, & Hudson, 2006).

    Tratamientos para Factores Psicológicos que Afectan Otras Condiciones Médicas

    A medida que se descubre más información sobre los factores contribuyentes a los trastornos psicofisiológicos, se han desarrollado y aplicado más enfoques de tratamiento psicológico a estos problemas médicos. Los tipos de tratamientos más comunes incluyen entrenamiento de relajación, biorretroalimentación, hipnosis, tratamientos tradicionales de TCC, terapia de grupo, así como una combinación de los tratamientos anteriores.

    8.6.2.1. Entrenamiento de relajación. El entrenamiento de relajación esencialmente enseña a las personas cómo relajar sus músculos al mando. Si bien la relajación se usa en combinación con otras intervenciones psicológicas para reducir la ansiedad (como se ve en el TEPT y diversos trastornos de ansiedad), también se ha demostrado que es efectiva en el tratamiento de síntomas físicos como dolores de cabeza, dolor crónico, así como dolor relacionado con causas específicas (p. ej., sitios de inyección, efectos secundarios de los medicamentos; McKenna et al., 2015).

    8.6.2.2. Biorretroalimentación. La biorretroalimentación es un tratamiento psicológico único en el que un individuo está conectado a una máquina (generalmente una computadora) que permite el monitoreo continuo de reacciones fisiológicas involuntarias. Las mediciones que se pueden obtener son la frecuencia cardíaca, la respuesta galvánica de la piel, la respiración, la tensión muscular y la temperatura corporal, por nombrar algunas.

    Hay algunas formas diferentes en las que se puede administrar la biorretroalimentación. El primero es dirigido por un médico. El clínico guiará activamente al paciente a través de un monólogo de relajación, alentando al paciente a relajar los músculos asociados cerca de la región del dolor (o dentro de todo el cuerpo). Mientras pasa por el monólogo, el clínico recibe retroalimentación en tiempo real sobre la respuesta fisiológica del paciente. Los estudios de investigación han apoyado rutinariamente el uso de biorretroalimentación, particularmente para aquellos con dolor y dolores de cabeza que no han respondido a intervenciones farmacológicas (McKenna et al., 2015).

    Otra opción de biorretroalimentación es a través de programas informáticos desarrollados por psicólogos. El más común, un programa llamado Wild Devine (ahora Unyte) es un programa integrador de relajación que fomenta el uso de técnicas de respiración mientras mide simultáneamente las respuestas fisiológicas del paciente. Este tipo de programación es especialmente útil para los pacientes más jóvenes ya que hay varios “juegos” que el niño puede jugar que requieren la conciencia y el control de sus pensamientos, sentimientos y emociones.

    8.6.2.3. Hipnosis. La hipnosis, que algunos argumentan es solo una sensación extrema de relajación, ha sido efectiva para reducir el dolor y manejar los síntomas de ansiedad asociados con procedimientos médicos (Lang et al., 2000). A través de un entrenamiento extenso, un individuo puede aprender a involucrarse en la autohipnosis u obtener monólogos de hipnosis registrados para ayudar con el manejo de los síntomas fisiológicos fuera de las sesiones de hipnosis. Si bien aún se necesitan investigaciones adicionales dentro del campo de la hipnosis, los estudios han indicado que la hipnosis es efectiva no solo para tratar el dolor crónico, sino que también ayuda a reducir la ansiedad, mejorar el sueño y mejorar la calidad de vida general (Jensen et al., 2006).

    8.6.2.4. Terapia de Grupo. La terapia de grupo es otra opción de tratamiento efectiva para individuos con angustia psicológica relacionada con trastornos físicos. Estos grupos no sólo tienen como objetivo reducir las emociones negativas asociadas a enfermedades crónicas, sino que también brindan apoyo de otros integrantes del grupo que están experimentando los mismos síntomas físicos y psicológicos. Estos grupos suelen basarse en la TCC y utilizan estrategias cognitivas y conductuales en un entorno grupal para fomentar la aceptación de la enfermedad y al mismo tiempo abordar estrategias de afrontamiento desadaptativas.

    Principales conclusiones

    Debió haber aprendido lo siguiente en esta sección:

    • Los factores psicológicos que afectan a otras afecciones médicas tienen como foco principal el trastorno físico, y no el trastorno mental.
    • Los tipos más comunes de trastornos psicofisiológicos incluyen dolores de cabeza para incluir migrañas y tensión, gastrointestinales para incluir úlceras e IBS, insomnio, enfermedad coronaria e hipertensión.
    • Los tratamientos comunes para estas otras afecciones médicas incluyen entrenamiento de relajación, biorretroalimentación, hipnosis, tratamientos tradicionales de TCC y terapia de grupo.
    Preguntas de revisión
    1. ¿Cuáles son los tipos más comunes de trastornos psicofisiológicos?
    2. Discutir las diferencias entre los diferentes tipos de cefaleas.
    3. ¿Cuál es la diferencia entre úlceras y síndrome de intestino irritable?
    4. ¿Cuáles son los predictores identificados de enfermedad coronaria y otros eventos cardíacos?
    5. ¿Cuáles son las opciones de tratamiento más efectivas para los trastornos psicofisiológicos?

    Resumen del módulo

    En el Módulo 8 se discutieron los trastornos somáticos en términos de su presentación clínica, epidemiología, comorbilidad, etiología y opciones de tratamiento. Los trastornos somáticos incluyeron trastorno de síntomas somáticos, trastorno de ansiedad por enfermedad, trastorno de síntomas neurológicos funcionales (conversión) y trastorno facticio. También se discutieron los factores psicológicos que afectan a otras afecciones medicamentosas en relación con su presentación clínica, tipos comunes de trastornos psicofisiológicos y tratamiento.


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