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7.7: Representaciones internas

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    Una de las propiedades clave de la ciencia cognitiva clásica es su énfasis en el procesamiento sensethink-act. Los científicos cognitivos clásicos ven el propósito de la cognición como una acción de planificación a partir de información de entrada. Esta planeación suele implicar la creación y manipulación de modelos internos del mundo externo. ¿Es el sándwich clásico (Hurley, 2001) una marca de lo clásico?

    El procesamiento sentido-pensar-actuar no distingue los modelos clásicos de las redes conexionistas. Las representaciones distribuidas dentro de la mayoría de las redes modernas median todas las relaciones entre las unidades de entrada (detección) y las unidades de salida (respondiendo). Esto da como resultado lo que se ha descrito como el sándwich coneccionista (Calvo & Gomila, 2008). El procesamiento sentido-pensar-acto es una marca tanto de lo clásico como del coneccionista.

    Si bien el procesamiento sentido-pensar-acto no distingue la ciencia cognitiva clásica del conexionismo, muy bien puede diferenciarla de la ciencia cognitiva encarnada. Los científicos cognitivos encarnados han argumentado a favor del procesamiento de actos sensoriales que abandona usando modelos internos del mundo (Pfeifer & Scheier, 1999). El propósito de la cognición podría no ser planificar, sino controlar la acción en el mundo (Clark, 1997). Los robots basados en el comportamiento surgieron como una reacción anti-representacional a la investigación clásica en inteligencia artificial (Brooks, 1991). El vínculo directo entre percepción y acción, un vínculo que a menudo se describe como eludir la representación interna, que caracterizó el enfoque ecológico de la percepción (Gibson, 1979; Turvey et al., 1981) ha sido una piedra angular de la teoría encarnada (Chemero, 2009; Chemero & Turvey, 2007; Neisser, 1976; Noë, 2004; Winograd & Flores, 1987a).

    La distinción entre el procesamiento sentido-pensar-acto y el procesamiento de sentido-acto es un supuesto diferenciador entre enfoques clásicos y encarnados. No obstante, no es ni necesario ni suficiente. Esto se debe a que tanto en enfoques clásicos como encarnados, se pueden encontrar fácilmente mezclas de ambos tipos de procesamiento.

    Por ejemplo, anteriormente se demostró que la computadora del programa almacenado —una computadora digital diseñada explícitamente para manipular representaciones internas— surgió de la conveniencia técnica, y no surgió porque el procesamiento clásico de la información exigía representaciones internas. Las máquinas clásicas prototípicas, como la máquina Turing, pueden describirse fácilmente como procesadores puros de sentido (Wells, 1996). Además, las computadoras electromecánicas anteriores a menudo usaban memorias externas para procesar andamios debido a la baja velocidad de sus componentes.

    Además, las arquitecturas clásicas prototípicas en la ciencia cognitiva apelan a procesos que son centrales para el enfoque encarnado. Por ejemplo, los sistemas de producción modernos se han extendido para incluir la detección y la actuación, y han utilizado estas extensiones para modelar (o imponer) restricciones al comportamiento, como nuestra incapacidad de usar una mano para hacer dos tareas al mismo tiempo (Kieras & Meyer, 1997; Meyer et al., 2001; Meyer & Kieras, 1997a, 1997b, 1999; Meyer et al., 1995). También se ha formulado un sistema de producción para resolver el problema de las Torres de Hanoi que utiliza las torres y discos externos como representación externa del problema (Vera & Simon, 1993). Algunos han argumentado que el énfasis clásico en el pensamiento interno, a expensas de la actuación sensacional externa, simplemente refleja el desarrollo histórico del enfoque clásico y no refleja su naturaleza intrínseca (Newell, 1990).

    Al abordar este tema desde la dirección opuesta, muchos científicos cognitivos encarnados están abiertos a la posibilidad de que se requiera la postura representacional de la ciencia cognitiva clásica para proporcionar relatos de algunos fenómenos cognitivos. Por ejemplo, Winograd y Flores (1987a) hicieron fuertes argumentos a favor de relatos encarnados de la cognición. Proporcionaron argumentos detallados sobre cómo las visiones clásicas de la cognición dependen de la visión incorpórea de la mente que ha descendido de Descartes. Señalaron que “la contemplación desapegada puede ser iluminadora, pero también oscurece los fenómenos mismos aislándolos y categorizándolos” (pp. 32—33). No obstante, al hacer este tipo de observación, admitieron la existencia de una especie de razonamiento llamado contemplación desapegada. Su enfoque ofrece una alternativa a las teorías representacionales, pero no necesariamente abandona por completo la posibilidad de representaciones internas.

    Del mismo modo, los científicos cognitivos clásicos que apelan exclusivamente a las representaciones internas y los científicos cognitivos encarnados que niegan completamente las representaciones internas podrían estar replantando posiciones extremas y radicales para resaltar las diferencias entre sus enfoques (Norman, 1993). Algunos científicos cognitivos encarnados han argumentado en contra de esta polarización radical de la ciencia cognitiva, como Clark (1997):

    Tal radicalismo, creo, es a la vez injustificado y algo contraproducente. Invita a la competencia donde el progreso exige cooperación. En la mayoría de los casos, al menos, el énfasis emergente en los roles del cuerpo y del mundo puede verse como complementario a la búsqueda de entendimientos computacionales y representacionales. (Clark, 1997, p. 149)

    Clark (1997) adoptó esta postura porque se dio cuenta de que las representaciones pueden ser críticas para la cognición, siempre que las apelaciones a la representación no excluyan las apelaciones a otros elementos críticos, encarnados: “No debemos ser demasiado rápidos para rechazar los aparatos explicativos más tradicionales de cómputos y representación. Las mentes pueden estar esencialmente encarnadas e incrustadas y aún dependen crucialmente de cerebros que computan y representan” (p. 143).

    La razón por la que un científico cognitivo encarnado como Clark puede ser reacio a eliminar completamente las representaciones es porque uno puede considerar fácilmente situaciones en las que las representaciones internas realizan una función esencial. Clark (1997) sugirió que algunos problemas podrían tener hambre de representación, en el sentido de que la propia naturaleza de estos problemas requiere de sus soluciones para emplear representaciones internas. Un problema podría ser el hambre de representación porque involucra características que no están presentes de manera confiable en el entorno, como en el razonamiento sobre estados ausentes, o en el razonamiento contrafáctico. Un problema también podría ser hambriento de representación si implica razonar sobre clases de objetos que son extremadamente abstractas, porque hay una gran variedad de diferentes realizaciones físicas de instancias de clase (por ejemplo, ¡razonamiento sobre “computadoras”!).

    La existencia de problemas hambrientos de representación deja a Clark (1997) abierto a las teorías representacionales en la ciencia cognitiva, pero estas teorías deben colocarse en el contexto del cuerpo y del mundo. Clark no quería tirar ni a los bebés representativos ni encarnados con el agua del baño (Hayes, Ford, & Agnew, 1994). En cambio, vio un sistema cooperativo en el que se pueden usar representaciones internas cuando sea necesario, pero el cuerpo y el mundo también pueden usarse para reducir las demandas cognitivas internas explotando andamios externos. “No vamos a descubrir las historias computacionales y representacionales correctas a menos que demos la debida importancia al papel del cuerpo y el ambiente local, un papel que incluye tanto la definición del problema como, en ocasiones, la solución del problema” (Clark, 1997, p. 154).

    Parecería, entonces, que las representaciones internas no son una marca de lo clásico, y algunos científicos cognitivos están abiertos a la posibilidad de relatos híbridos de cognición. Es decir, los investigadores clásicos están extendiendo sus teorías representacionales al prestar más atención a las acciones en el mundo, mientras que los investigadores encarnados están abiertos a preservar al menos algunas representaciones internas en sus teorías. Un ejemplo de teoría híbrida que apela a representaciones, redes y acciones (Pylyshyn, 2003c, 2007) se presenta en detalle en el Capítulo 8.


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