11.01: Introducción
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Primero y ante todo, ¡usa tus ojos y tu cerebro!
La gemología es una ciencia de eliminación. A partir de la observación de las diversas propiedades de una gema, se eliminan las posibilidades de lo que podría ser hasta que te quedes con una sola posibilidad: la correcta identificación.
Algunas gemas se identifican fácilmente con algunas pruebas simples, como frotar una perla en los dientes para ver si se siente áspera o lisa. Pero antes de hacerlo, ya has eliminado inconscientemente todas las otras piedras preciosas distintas a la perla en base a las observaciones visuales que has realizado: color, forma, brillo, etc. Por supuesto, la “prueba dental” no te dirá si es cultivada o no, o en el caso de las perlas de colores, si ellas han sido irradiados o teñidos.
La mayoría de las piedras preciosas son considerablemente menos fáciles de identificar. Para aislar las diversas propiedades de una gema, la gemología requiere de algún equipo especializado.
Una palabra de precaución:
- Simplemente comprar el equipo necesario para la gemología no es suficiente. Se necesita una formación formal de un experto para aprender a aplicar técnicas para no adoptar malos hábitos de los que es difícil deshacerse.
- Se recomienda encarecidamente que tome la formación práctica de uno de los institutos señalados en "convertirse en gemólogo”.
Aprender las matemáticas no es lo mismo que poder aplicarla correctamente; eso es elemental, querida.