1.6: Excreción
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La excreción es la etapa final de una interacción medicamentosa dentro del cuerpo. El cuerpo ha absorbido, distribuido y metabolizado las moléculas del medicamento, ¿ahora qué hace con las sobras? Los medicamentos parentales y metabolitos restantes en el torrente sanguíneo a menudo son filtrados por el riñón, donde una porción se vuelve a absorber en el torrente sanguíneo, y el resto se excreta en la orina. El hígado también excreta subproductos y desechos en la bilis. Otra vía potencial de excreción son los pulmones. Por ejemplo, drogas como el alcohol y los gases anestésicos a menudo son eliminados por los pulmones. [1]
Al brindar atención a un paciente que tiene enfermedad renal crónica, ¿cómo afecta esta enfermedad a la excreción de medicamentos?
Nota: Las respuestas a las actividades de Pensamiento Crítico se pueden encontrar en las secciones “Clave de respuesta” al final del libro.
Vías de Excreción
Ahora vamos a discutir más a fondo las diversas vías de excreción del cuerpo.
Riñón
La vía de excreción más común es el riñón. A medida que los riñones filtran la sangre, la mayoría de los subproductos farmacológicos y los desechos se excretan en la orina. La tasa de excreción se puede estimar tomando en consideración varios factores: edad, peso, sexo biológico y función renal. La función renal se mide por valores de laboratorio como creatinina sérica, tasa de filtración glomerular (TFG) y aclaramiento de creatinina. Si la función renal de un paciente disminuye, entonces su capacidad para excretar medicamentos se ve afectada y las dosis del medicamento deben alterarse para una administración segura.
Hígado
A medida que el hígado filtra la sangre, algunos fármacos y sus metabolitos son transportados activamente por los hepatocitos (células hepáticas) a la bilis. La bilis se mueve a través de los conductos biliares hasta la vesícula biliar y luego hacia el intestino delgado. Durante este proceso, algunos medicamentos pueden ser parcialmente absorbidos por el intestino de regreso al torrente sanguíneo. Otros fármacos son biotransformados (metabolizados) por bacterias intestinales y reabsorbidos. Los fármacos no absorbidos y los subproductos/metabolitos se excretan a través de las heces. Si un paciente experimenta disminución de la función hepática, su capacidad para excretar medicamentos se ve afectada y las dosis del medicamento deben disminuir. Los estudios de laboratorio utilizados para estimar la función hepática se denominan pruebas de función hepática e incluyen la medición de las enzimas ALT y AST que el cuerpo libera en respuesta a daños o enfermedades.
Otras rutas a considerar
El sudor, las lágrimas, los fluidos reproductivos (como el líquido seminal) y la leche materna también pueden contener medicamentos y subproductos/metabolitos de las drogas. Esto puede representar una amenaza tóxica, como la exposición de un lactante a la leche materna que contiene medicamentos o subproductos de medicamentos ingeridos por la madre. Por lo tanto, es vital verificar todos los medicamentos con un proveedor de atención médica antes de administrarlos a una madre que está amamantando. [2]
Poniéndolo todo junto...
Prescribir y administrar medicamentos de manera segura a los pacientes es un desafío y requiere un esfuerzo de equipo por parte de farmacéuticos, proveedores de atención médica y enfermeras. Además de los factores descritos en este capítulo, existen muchas otras consideraciones para la administración segura de medicamentos que se explican con mayor detalle en el capítulo “Legal/Ético”.
Consideraciones de vida útil
Neonato y Pediatría: Los pacientes jóvenes presentan riñones inmaduros con disminución de la filtración glomerular, la resorción y la secreción tubular. Como resultado, no eliminan los medicamentos de manera tan eficiente del cuerpo. La dosificación de la mayoría de los medicamentos utilizados para tratar a bebés y pacientes pediátricos se basa comúnmente en el peso en kilogramos, y generalmente se prescribe una dosis más pequeña. Además, los pacientes pediátricos pueden tener niveles más altos de medicación en circulación libre de lo previsto y pueden volverse tóxicos rápidamente. Por lo tanto, la evaluación frecuente de lactantes y niños es vital para la identificación temprana de la toxicidad farmacológica. [3]
Adulto mayor: La función renal y hepática a menudo disminuye con la edad, lo que puede conducir a una disminución de la excreción de medicamentos. Posteriormente, la medicación puede tener una vida media prolongada con un mayor potencial de toxicidad debido a los elevados niveles circulantes de fármaco. A menudo se recomiendan dosis más pequeñas de medicamentos para pacientes mayores debido a estos factores, lo que comúnmente se conoce como “Comience bajo y vaya despacio”. [4]
Actividad interactiva
- This work is a derivative of Principles of Pharmacology by LibreTexts licensed under CC BY-NC-SA 4.0. ↵
- This work is a derivative of Principles of Pharmacology by LibreTexts licensed under CC BY-NC-SA 4.0. ↵
- Fernandez, E., Perez, R., Hernandez, A., Tejada, P., Arteta, M., & Ramos, J. T. (2011). Factors and mechanisms for pharmacokinetic differences between pediatric population and adults. Pharmaceutics, 3(1), 53–72. https://doi.org/10.3390/pharmaceutics3010053↵
- Fernandez, E., Perez, R., Hernandez, A., Tejada, P., Arteta, M., & Ramos, J. T. (2011). Factors and mechanisms for pharmacokinetic differences between pediatric population and adults. Pharmaceutics, 3(1), 53–72. https://doi.org/10.3390/pharmaceutics3010053↵