“La gente piensa que, siendo dueño de un spa, soy capaz de vivir este estilo de vida glamoroso”, se ríe. “Ser dueño de un spa no es como ir a uno, siempre me rompen las uñas por arreglar el equipo; mi...“La gente piensa que, siendo dueño de un spa, soy capaz de vivir este estilo de vida glamoroso”, se ríe. “Ser dueño de un spa no es como ir a uno, siempre me rompen las uñas por arreglar el equipo; mi espalda suele doler por estar sentada encorvada sobre una computadora tratando de calcular el presupuesto o nuestra próxima promoción de marketing”. Tessler es una verdadera emprendedora, encarnando el espíritu y el impulso necesarios para que su visión se haga realidad.