En definitiva, no fue un norteafricano, un sármata, o un tracio el que tomó alas, sino uno nacido en el corazón de Atenas. ¿No voy a rehuir las togas moradas de estos hombres? ¿Esta persona tendrá pri...En definitiva, no fue un norteafricano, un sármata, o un tracio el que tomó alas, sino uno nacido en el corazón de Atenas. ¿No voy a rehuir las togas moradas de estos hombres? ¿Esta persona tendrá prioridad para mí al firmar su nombre, y reclinarse acolchada en un sofá más honorable [12] que yo, aunque importada a Roma por el mismo viento que trajo las ciruelas y los higos? ¿No vale nada que en mi infancia inhalara el aire del Aventino, y me alimentara de bayas de Sabine? ¿Por qué agregar que e…