Algunos de sus conocidos no estaban acostumbrados a darle abundantes amonestaciones en cuanto a la inconveniencia de interferir en nombre de un animal angustiado, siendo tal interferencia “nada de su ...Algunos de sus conocidos no estaban acostumbrados a darle abundantes amonestaciones en cuanto a la inconveniencia de interferir en nombre de un animal angustiado, siendo tal interferencia “nada de su incumbencia”. Sólo una vez había puesto en práctica la doctrina de la no injerencia, cuando uno de sus exponentes más elocuentes había sido asediado durante casi tres horas en un pequeño y extremadamente incómodo may-tree por un jabalí enojado, mientras que Lady Carlotta, al otro lado de la barda, …