La existencia misma de los lanzallamas demuestra que en algún momento, en algún lugar, alguien se dijo a sí mismo: “Sabes, quiero prender fuego a esa gente de allá, pero no estoy lo suficientemente ce...La existencia misma de los lanzallamas demuestra que en algún momento, en algún lugar, alguien se dijo a sí mismo: “Sabes, quiero prender fuego a esa gente de allá, pero no estoy lo suficientemente cerca como para hacer el trabajo”. —George Carlin