Estas no me parecen razones válidas; un niño no es tan alto como un hombre, sino que lleva el mismo tipo de abrigo; no quiero que juegue con nuestras señales en una mesa de billar de tres pies de altu...Estas no me parecen razones válidas; un niño no es tan alto como un hombre, sino que lleva el mismo tipo de abrigo; no quiero que juegue con nuestras señales en una mesa de billar de tres pies de altura; no quiero que entre nuestros juegos golpee, ni que lleve una de nuestras raquetas en su manita; sino que juegue en una habitación cuyas ventanas han sido protegidas; en un principio que solo use pelotas suaves, que sus primeras raquetas sean de madera, luego de pergamino, y por último de tripa,…