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20.3: Presiones de selección y conductores

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    Un aspecto importante para comprender los rasgos de la historia de vida de las briófitas es comprender los desafíos de vivir en un ambiente terrestre.

    1. Exposición al sol. La luz solar proporciona el poder que impulsa nuestra biosfera, pero algunas longitudes de onda de la luz solar pueden dañar la estructura celular e incluso el ADN. Las longitudes de onda de alta frecuencia, como los rayos ultravioleta (UV), los rayos X y los rayos gamma, pueden penetrar las capas protectoras externas como la piel, a través de las membranas celulares y causar daño al ADN, las proteínas y otras biomoléculas. Afortunadamente para los organismos de la Tierra, casi todas estas longitudes de onda son filtradas por la atmósfera antes de que lleguen a nosotros, aunque algunos rayos UV aún la atraviesan. Estos últimos rayos UV se filtran para los organismos acuáticos, pero los organismos terrestres necesitan adaptaciones para protegerse contra la radiación UV. Los humanos tienen piel con pigmentos de melanina. Las plantas terrestres tienen epidermis y pigmentos carotenoides.
    2. Desecación. La transición de un ambiente completamente acuático a uno terrestre conlleva desafíos de desecación, también conocida como desecación. Las temperaturas son más extremas fuera del agua y la evaporación de los tejidos al aire relativamente seco es constante. Las plantas terrestres adaptaron rápidamente una cubierta cerosa en la epidermis, llamada cutícula. Esta cubierta hermética requirió la evolución de poros simples, y eventualmente estomas, para permitir el intercambio de gases con el ambiente exterior. Debido a que estas plantas carecen de tejido vascular, el agua solo puede ser transportada alrededor del organismo por ósmosis. Por lo tanto, estas plantas deben mantener todos los tejidos cerca del acceso al agua.
    3. Falta de un ambiente de suelo. Los primeros organismos que se trasladaron a tierra habrían encontrado un paisaje rocoso relativamente árido. Los suelos aún no existían. El sustrato rocoso experimentó meteorización física por la lluvia y el viento que ayudaría a descomponerlo. La meteorización química a través de la lluvia ácida o la interacción del agua con compuestos en la roca también podrían ayudar a la descomposición. No obstante, hasta este punto, las aportaciones de la materia orgánica serían mínimas. Las briófitas carecen de raíces verdaderas, en cambio producen estructuras llamadas rizoides cuya función es el anclaje. Hay genes presentes en las briófitas, así como algunas evidencias fósiles, que indican que las briófitas probablemente tuvieron relaciones micorrízicas con hongos que les ayudaron a adquirir nutrientes en este nuevo paisaje.

    Ver las briófitas en exhibición. Compara y contrasta la morfología general de las briofitas con las plantas que puedes ver afuera. ¿Por qué crees que todas las briófitas comparten una forma de crecimiento tan similar?

    Colaboradores y Atribuciones


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