13.4: La amenaza de la delincuencia transnacional
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La delincuencia transnacional ha sido convencionalmente vista como una amenaza para el Estado, amenazando su seguridad nacional y regional y su estado de derecho, obstaculizando su desarrollo político y económico, y limitando el desarrollo social y cultural de su sociedad. Los delincuentes transnacionales socavan las instituciones políticas y económicas del estado a través de la corrupción y el soborno de la policía, la inmigración, los funcionarios de aduanas y el poder judicial. Por ejemplo, tras la crisis financiera de Asia oriental (1997-1998) que provocó un aumento de la pobreza y el desempleo, algunos de los habitantes costeros de Indonesia recurrieron a la piratería marítima como medio de supervivencia. Las bajas tasas de remuneración entre la policía, la marina y otros funcionarios marítimos de Indonesia y los trabajadores portuarios los hacen susceptibles a la corrupción de piratas que ofrecen dinero a cambio de información sobre los movimientos de los barcos y sus cargas (Emmers, 2010).
La explotación ilegal de los recursos ambientales es posible, y a veces incluso organizada, por la complicidad y protección de elementos corruptos en la función pública, las fuerzas de seguridad y la legislatura (Elliot, 2007). A lo largo de un plazo más largo, la corrupción y el soborno destruyen la confianza que los ciudadanos tienen en el estado de derecho y las instituciones de gobierno. Esto es de particular preocupación en los países en desarrollo donde las mismas instituciones necesarias para enfrentar la delincuencia transnacional —política, burocrática y policial— ya están debilitadas, como se explica en el Capítulo 8.
La delincuencia transnacional también genera mucho daño económico para el estado y sus habitantes a través de la disminución de los ingresos tributarios para el Estado y menos empleo. El comercio de piezas falsificadas, por ejemplo, cuesta a los fabricantes y proveedores estadounidenses de automóviles alrededor de 12 mil millones de dólares en ingresos anuales, mientras que las empresas estadounidenses pierden hasta 9 mil millones de dólares en comercio debido a la piratería internacional de derechos de autor. Las estimaciones de la pérdida de empleos en Estados Unidos debido a la falsificación son tan altas como 750,000 (International Anti-Counterfeiting Coalition, 2011). Las ganancias laborales correspondientes en los países pobres siguen siendo desreguladas e inseguras. La delincuencia transnacional también puede dar lugar a la ruptura de las estructuras sociales y puede resultar muy costoso para el desarrollo social de un país. Los niños que pierden a un padre a causa de la trata a menudo deben abandonar la escuela y trabajar para ayudar a mantener a la familia. La pérdida de educación tiene enormes implicaciones para el niño, pero también para la sociedad en su conjunto en términos de su futuro desarrollo económico.