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9.4.1: Implicaturas y la frontera semántica/pragmática

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    En el Capítulo 1 definimos el contenido semántico de una expresión como el significado que se asocia a las propias palabras, independientemente del contexto. Definimos el significado pragmático como el significado que surge del contexto de la enunciación. Hemos asumido implícitamente que las condiciones de verdad de una oración dependen únicamente del “contenido semántico” o significado de la oración, y no del significado pragmático. Muchos autores han hecho la misma suposición, utilizando el término “significado condicional de la verdad” como sinónimo de “significado de oración”. Sin embargo, nuestra discusión de las explicaciones ha demostrado que esta visión es demasiado simplista. Los desafíos adicionales a esta visión simplista surgen de la investigación sobre implicaciones.

    Como ya se discutió en el Capítulo 8, las implicancias convencionales asociadas a palabras como pero o por lo tanto forman parte del significado convencional de estas palabras, y no dependientes del contexto; formarían parte de las definiciones relevantes del diccionario y deben aprenderse palabra por palabra base. Sin embargo, tanto Frege como Grice argumentaron que estas implicaciones convencionales no contribuyen a las condiciones de verdad de una sentencia. Por lo tanto, el significado convencional no siempre es condicional a la verdad. Discutiremos este tema con más detalle en el Capítulo 11.

    Se ha argumentado que se sostiene la situación opuesta en el caso de las implicaciones conversacionales generalizadas. En §9.2 anterior presentamos evidencia convincente que muestra que el uso secuencial “y luego” de y no se debe a la ambigüedad léxica (polisemia), sino que debe ser una inferencia pragmática. A menudo se cita como un ejemplo paradigmático de implicación conversacional generalizada. Sin embargo, como señaló Levinson (1995; 2000) entre otros, esta inferencia sí afecta las condiciones de verdad de la oración en ejemplos como (20—21). La oración (20a) podría ser juzgada como verdadera en el mismo contexto donde (20b) se juzga como falsa. Esta diferencia sólo puede ser debida a la interpretación secuencial de y; si y significa solo, entonces las dos oraciones son lógicamente equivalentes. Del mismo modo, si y significa solo, entonces (21) debería ser una contradicción; el hecho de que no sea sólo puede deberse a la interpretación secuencial de y.

    (20) a. si el viejo rey ha muerto de un infarto y se ha declarado una república, entonces Tom estará bastante contento. 15
    b. Si se ha declarado una república y el viejo rey ha muerto de un ataque al corazón, entonces Tom estará bastante contento. 16

    (21) Si tomaba tres cervezas y conducía a su casa, violaba la ley; pero si conducía a casa y tomaba tres cervezas, no violaba la ley.

    Tales ejemplos han sido ampliamente debatidos y se han propuesto diversos análisis. Por ejemplo, los defensores de la Teoría de la Relevancia argumentan que el uso secuencial “y luego” de y es una explicación: una inferencia pragmática que contribuye a las condiciones de la verdad. 17 Se propone un análisis similar para la mayoría, si no todas, de las inferencias que Grice y los “neo-griceanos” han identificado como implicaciones conversacionales generalizadas: dentro de la Teoría de la Relevancia generalmente se tratan como explicaciones.

    Esta polémica es demasiado compleja para abordarla aquí con algún detalle, pero podríamos hacer una observación de pasada. Al inicio del Capítulo 8 brindamos un ejemplo (la historia del capitán y su compañero) de cómo podemos usar una declaración verdadera para implicar algo falso. Ese ejemplo implicaba una implicación conversacional particularizada, pero también es posible hacer lo mismo con implicaciones conversacionales generalizadas. El siguiente ejemplo implica una implicación escalar. Se toma de una noticia sobre cómo el famoso mural de Picasso “Guernica” fue devuelto a España tras la muerte de Franco. La frase No todos ellos en este contexto implica no ninguno (es decir, 'tengo algunos de ellos') por la máxima de Cantidad, porque ninguno es un término más fuerte (más informativo) que no todos.

    (22) Para demostrar que el Gobierno español de hecho había pagado a Picasso para que pintara el mural en 1937 para la Exposición Internacional de París, el señor Fernández Quintanilla tuvo que asegurar documentos en los archivos del fallecido Luis Araquistain, embajador de España en Francia en ese momento. Pero el hijo de Araquistain, pobre y oportunista, exigió 2 millones de dólares para los archivos, lo que el señor Fernández Quintanilla rechazó por indignante. Logró, sin embargo, obtener del hijo fotocopias de los documentos pertinentes, que en 1979 presentó ante Roland Dumas [abogado de Picasso]...

    “Esto lo cambia todo”, dijo un sobresaltado señor Dumas al enviado español cuando le mostró las fotocopias de los documentos de Araquistain.

    “¿Por supuesto que tienes los originales?” el abogado preguntó casualmente. “No todos”, contestó el señor Fernández Quintanilla, no mintiendo pero tampoco diciendo la verdad, tampoco.

    [The New York Times, 2 de noviembre de 1981; citado en Horn (1992)]

    El señor Fernández Quintanilla no estaba mintiendo, porque el sentido literal de la frase de su declaración era cierto. Pero tampoco estaba diciendo exactamente la verdad, porque su declaración desencadenó (y claramente tenía la intención de desencadenar) una implicación que era falsa; de hecho no tenía ninguno de los originales.

    Tales ejemplos muestran que las implicancias conversacionales generalizadas pueden ser utilizadas para comunicar información falsa, aun cuando el significado literal de la oración sea verdadero. Sería difícil dar cuenta de este hecho si estas implicaturas conversacionales generalizadas se consideran explicaciones, porque las explicaciones no tienen un valor de verdad que sea independiente del valor de verdad del significado literal de la oración. Más bien, las explicaciones representan inferencias que son necesarias para determinar el valor de verdad de la oración.

    9.4.1 Por qué las palabras numéricas son especiales

    Las implicaciones escalares han recibido una enorme atención en la literatura pragmática reciente. Muchas discusiones tempranas sobre implicaciones escalares se basaron en gran medida en ejemplos que involucraban números cardinales, que parecen formar una escala natural (1, 2, 3,...). Sin embargo, diversos autores han señalado que los números se comportan de manera diferente a otros términos escalares.

    Horn (2004) utiliza ejemplos (23—25) para sacar a relucir esta diferencia. En la escala < ninguno, algunos, muchos, todos >, todos es un término más fuerte (más informativo) que muchos. Por lo tanto, por la máxima cantidad, el uso de A de muchos en (23) implica '(al menos) muchos' e implica 'no todos'. 18 La respuesta de B señala que la implicación no se sostiene de hecho en la situación actual; pero ello no hace falso el contenido proposicional de la sentencia. Por eso sería antinatural que B comenzara la respuesta con No, como en B1. La aceptabilidad de la respuesta B2 se deriva del hecho de que las implicaciones son derrotables.

    (23) A: ¿Se fueron muchos de los invitados?
    B1:? No, todos ellos.
    B2: Sí, (de hecho) todos ellos.

    Si los números se comportaran de la misma manera que otros escalares, esperaríamos que el uso de dos en (24) por parte de A implicara 'al menos dos' e implicara 'no más de dos'. No obstante, si B realmente tiene más de dos hijos, parece ser más natural aquí que B responda con No en lugar de . Esto indica que B está rechazando el contenido proposicional literal de la pregunta, no una implicación.

    (24) A: ¿Tienes dos hijos?
    B1: No, tres.
    B2:? Sí, (de hecho) tres.

    Tales ejemplos sugieren que números como dos permiten dos lecturas distintas: una lectura de 'al menos 2' vs. una lectura de 'exactamente 2', y que ninguna de estas se deriva como implicación de la otra. La pregunta de A en (24) se interpreta de manera más natural como que involucra la lectura “exactamente”. Sin embargo, existen ciertos contextos (como discutir un subsidio gubernamental que esté disponible para familias con dos o más hijos) en los que se preferiría la lectura 'al menos', y en tales contextos la respuesta B2 sería más natural.

    El ejemplo (25a) es aceptable bajo la lectura 'exactamente 3' del numeral, bajo la cual no se juzga que tres es cierto si el número real es más de tres o menos de tres. El hecho de que (25b) sea inaceptable demuestra que la palabra like no tiene una lectura de 'exactamente (o simplemente) me gusta'. Basado en la escala odio, < disgusto, neutral, me gusta, amor/adorar >, usar la palabra like implica 'al menos me gusta (=tener sentimientos positivos) 'e implica 'no más que como (no amor/adorar)'. La sentencia (25b) intenta negar tanto la vinculación como la implicación al mismo tiempo, y el resultado es inaceptable. 19

    (25) a. ninguno de nosotros tiene tres hijos —ella tiene dos y yo cuatro.
    b. # A ninguno de los dos nos gustó la película —ella la adoraba y yo la odiaba.

    Horn (1992) señala varias otras propiedades que distinguen a los números de otros términos escalares, y que demuestran las dos lecturas distintas para los números:

    1. Los enunciados matemáticos no permiten lecturas “al menos” (26a). Además, es más probable que los números redondos permitan lecturas “al menos” que los números muy precisos (26b—c).

    (26) a. * 2 + 2 = 3 (debería ser cierto bajo “al menos 3” lectura)
    b. tengo $200 en mi cuenta bancaria, si no más.
    c. tengo $201.37 en mi cuenta bancaria, #if no más.

    2. Las escalas numéricas son potencialmente reversibles dependiendo del contexto (27— 28); este tipo de inversión no es posible con otros términos escalares (29).

    (27) a. ese jugador de bolos es capaz de romper 100 (incluso podría anotar 150).
    b. Ese golfista es capaz de romper 100 (incluso podría anotar 90).

    (28) a. puedes sobrevivir con 2000 calorías diarias (o más).
    b. puedes bajar de peso con 2000 calorías diarias (o menos).

    (29) a. comió algunos de tus mangos, si no todos/*ninguno de ellos.
    b. Esta clase siempre es cálida, si no caliente/*fría.

    3. La interpretación “al menos” sólo es posible con la lectura distributiva de números, no con la lectura colectiva (30); no es así con otros cuantificadores escalares (31).

    (30) a. cuatro vendedores me han llamado hoy, si no más.
    b. cuatro estudiantes llevaron este sofá arriba para mí, #if no más.

    (31) a. la mayoría de los estudiantes tienen el pelo largo, quizás todos ellos.
    b. La mayoría de los estudiantes rodearon el estadio, quizás todos ellos.

    4. La interpretación “al menos” se ve desfavorecida cuando un numeral es el foco de una pregunta (32), pero este no es el caso con otros cuantificadores escalares (33):

    (32) P: ¿Tiene dos hijos?
    A1: No, tres.
    A2:? Sí, de hecho tres.

    (33) P: ¿Son muchos de tus amigos lingüistas?
    A1: No, todos ellos.
    A2: Sí, de hecho todos ellos.

    Es importante tener en cuenta que oraciones como (34) pueden tener diferentes valores de verdad dependiendo de qué lectura del numeral se elija:

    (34) Si la señora Smith tiene tres hijos, habrá suficientes cinturones de seguridad para que toda la familia pueda viajar juntos.

    Un posible análisis podría ser tratar la alternancia entre las lecturas 'al menos n 'y 'exactamente n' como una especie de polisemia sistemática. Sin embargo, parece que la mayoría de los pragmáticos prefieren tratar las palabras numéricas como subespecificadas o indeterminadas entre las dos, siendo la lectura pretendida en un contexto dado proporcionada por la explicación. 20


    15 Cohen (1971:58).

    16 Gazdar (1979:69).

    17 Carston (1988; 2004).

    18 Muchos se utilizan aquí en su sentido proporcional; véase el Capítulo 14 para discusión.

    19 Por supuesto, como se señaló al final del Capítulo 8, dado el contexto adecuado y usando una entonación marcada especial a veces es posible negar la implicación sola, como en: “Ella no líke la película —la adóred”.

    20 Véase por ejemplo Horn (1992) y Carston (1998).


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