Contraste los diferentes modos de integración social según Durkheim
Junto con Marx y Weber, el sociólogo francés Emile Durkheim es considerado uno de los fundadores de la sociología. Uno de los objetivos principales de Durkheim fue analizar cómo las sociedades modernas podían mantener la integración social después de que los lazos tradicionales de familia e iglesia fueran reemplazados por las relaciones económicas modernas.
Durkheim creía que la sociedad ejercía una fuerza poderosa sobre los individuos. Las normas, creencias y valores de las personas conforman una conciencia colectiva, o una forma compartida de entender y comportarse en el mundo. La conciencia colectiva une a los individuos y crea integración social. Para Durkheim, la conciencia colectiva fue crucial para explicar la existencia de la sociedad: produce la sociedad y la mantiene unida. Al mismo tiempo, la conciencia colectiva es producida por los individuos a través de sus acciones e interacciones. La sociedad es un producto social creado por las acciones de los individuos que luego ejerce una fuerza social coercitiva sobre esos individuos. A través de su conciencia colectiva, argumentó Durkheim, los seres humanos se toman conciencia unos de otros como seres sociales, no solo animales.
Formación de Conciencia Colectiva
Según Durkheim, la conciencia colectiva se forma a través de interacciones sociales. En particular, Durkheim pensó en las interacciones muy unidas entre familias y comunidades pequeñas, grupos de personas que comparten una religión común, que pueden comer juntos, trabajar juntos y pasar tiempo libre juntos. Sin embargo, a su alrededor, Durkheim observó evidencia de un rápido cambio social y el marchitamiento de estos grupos. Consideró el aumento de la densidad poblacional y el crecimiento poblacional como factores clave en la evolución de la sociedad y el advenimiento de la modernidad. A medida que aumenta el número de personas en un área determinada, postuló, también lo hace el número de interacciones, y la sociedad se vuelve más compleja. El crecimiento poblacional crea competencia e incentivos para el comercio y promueve la división del trabajo. Pero a medida que la gente realiza más actividad económica con vecinos o comerciantes lejanos, comienzan a aflojar los lazos tradicionales de familia, religión y solidaridad moral que antes habían asegurado la integración social. A Durkheim le preocupaba que la modernidad pudiera presagiar la desintegración de la sociedad.
Durkheim y la modernidad
Siguiendo un enfoque socioevolutivo que recuerda a Comte, Durkheim describió la evolución de la sociedad de la solidaridad mecánica a la solidaridad orgánica. Las sociedades más simples, argumentó, se basan en la solidaridad mecánica, en la que las personas autosuficientes están conectadas con los demás por estrechos lazos personales y tradiciones (por ejemplo, familia y religión). También, en tales sociedades, las personas tienen muchas menos opciones en la vida. Las sociedades modernas, en cambio, se basan en la solidaridad orgánica, en la que las personas están conectadas por su dependencia de los demás en la división del trabajo. La modernización, argumentó Durkheim, se basa primero en el crecimiento poblacional y en el aumento de la densidad poblacional, en segundo lugar en la creciente “densidad moral” (es decir, el desarrollo de interacciones sociales más complejas), y tercero, en la creciente especialización en el trabajo (es decir, la división del trabajo). Debido a que la sociedad moderna es compleja, y porque el trabajo que realizan los individuos es tan especializado, los individuos ya no pueden ser autosuficientes y deben confiar en los demás para sobrevivir. Así, aunque la sociedad moderna pueda socavar los lazos tradicionales de solidaridad mecánica, los reemplaza por los lazos de solidaridad orgánica.
Solidaridad Orgánica versus Mecánica
Además, argumentó Durkheim, la solidaridad orgánica de las sociedades modernas podría tener ventajas sobre la solidaridad mecánica tradicional. En las sociedades tradicionales, las personas son autosuficientes, por lo que la sociedad tiene poca necesidad de cooperación e interdependencia. Las instituciones que requieren cooperación y acuerdo deben recurrir a menudo a la fuerza y la represión para mantener unida a la sociedad. La solidaridad mecánica tradicional puede tender, por tanto, a ser autoritaria y coercitiva. En las sociedades modernas, bajo la solidaridad orgánica, las personas son necesariamente mucho más interdependientes. La especialización y la división del trabajo requieren cooperación. Así, la solidaridad y la integración social son necesarias para la supervivencia y no requieren del mismo tipo de coerción que bajo la solidaridad mecánica.
En la solidaridad orgánica, el individuo es considerado de vital importancia, incluso sagrado. En la solidaridad orgánica, el individuo, más que lo colectivo, se convierte en el foco de derechos y responsabilidades, centro de rituales públicos y privados que mantienen unida a la sociedad, una función que alguna vez desempeñó la religión. Para subrayar la importancia de este concepto, Durkheim habló del” culto al individuo”. Sin embargo, dejó claro que el culto al individuo es en sí mismo un hecho social, producido socialmente; la reverencia hacia el individuo no es un rasgo humano inherente, sino un hecho social que surge en ciertas sociedades en ciertas tiempos.
Teoría sociológica: Emile Durkhiem y Solidaridad Social: El profesor Dan Krier, de la Universidad Estatal de Iowa, explica las teorías de Durkheim sobre la solidaridad social y la modernidad.
Puntos Clave
Durkheim creía que la sociedad ejercía una fuerza poderosa sobre los individuos. Según Durkheim, las normas, creencias y valores de las personas conforman una conciencia colectiva, o una forma compartida de entender y comportarse en el mundo.
La conciencia colectiva une a los individuos y crea integración social.
Durkheim vio el aumento de la densidad de población como un factor clave en el advenimiento de la modernidad. A medida que aumenta el número de personas en un área determinada, también lo hace el número de interacciones, y la sociedad se vuelve más compleja.
A medida que las personas realizan más actividad económica con vecinos o comerciantes lejanos, comienzan a aflojar los lazos tradicionales de familia, religión y solidaridad moral que antes habían asegurado la integración social. A Durkheim le preocupaba que la modernidad pudiera presagiar la desintegración de la sociedad.
Las sociedades más simples se basan en la solidaridad mecánica, en la que las personas autosuficientes están conectadas con otras por estrechos lazos personales y tradiciones. Las sociedades modernas se basan en la solidaridad orgánica, en la que las personas están conectadas por su dependencia de los demás en la división del trabajo.
Si bien la sociedad moderna puede socavar los lazos tradicionales de solidaridad mecánica, los reemplaza por los lazos de solidaridad orgánica.
En las Formas Elementales de Vida Religiosa, Durkheim presentó una teoría de la función de la religión en las sociedades aborígenes y modernas y describió el fenómeno de la efervescencia colectiva y la conciencia colectiva.
Durkheim ha sido llamado funcionalista estructural porque sus teorías se centran en la función que ciertas instituciones (por ejemplo, la religión) desempeñan para mantener la solidaridad social o la estructura social.
Términos Clave
solidaridad orgánica: Es la cohesión social basada en la dependencia que los individuos tienen unos de otros en sociedades más avanzadas.
solidaridad mecánica: Normalmente opera en sociedades “tradicionales” y de pequeña escala. En sociedades más simples (por ejemplo, tribales), la solidaridad suele basarse en lazos de parentesco de redes familiares.
