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8.3: Gestión del Tiempo y Tiempo de Estudio

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    Introducción

    Todo el estudio no es lo mismo.

    En ocasiones, el simple hecho de leer un capítulo en un libro puede no ser la forma más efectiva de retener la información. Aprender no es un esfuerzo único para todos, y ayuda tener múltiples herramientas en su bolsa para que pueda encontrar los métodos de aprendizaje que mejor se adapten específicamente a usted.

    A menudo, la forma en que estudiamos está relacionada con lo que estudiamos. Lo que funciona bien para una clase de matemáticas podría no ser el mejor método para una clase de literatura. Entender los trucos de la vida para estudiar puede ayudarte a ser estratégico e intencional en la forma en que te preparas para la clase.

    La tecnología también afecta la forma en que estudiamos. En la sociedad actual, siempre conectada, no podemos pasar por alto cómo el tiempo de pantalla influye en nuestra vida diaria. ¿Te distraes con las redes sociales o los medios de transmisión? Exploraremos formas de determinar cuándo la tecnología se está convirtiendo en un obstáculo y cómo desconectarla.

    A través de esta lección, estarás mejor equipado para estudiar incluso cuando la vida te distraiga. Ya sea que esas distracciones provengan de su entorno o de sus seres queridos, aprenderá consejos sobre cómo aprovechar al máximo el tiempo de estudio para maximizar sus oportunidades de éxito.

    Aprovechar al máximo ahora

    Las siguientes estrategias están diseñadas para ayudarte a aprovechar al máximo el tiempo de estudio. No se sienta presionado para usar todos estos o para abordarlos en orden. Al leer, anote las sugerencias que crees que te serán útiles, pero elige una para usar ahora. Cuando esa estrategia se convierta en hábito, seleccione otra para practicar. Repite este ciclo, y disfruta de los resultados a medida que se desarrollan en tu vida.

    Estudie primero temas difíciles (o aburridos). Si tus problemas de química te ponen a dormir, entonces ve a ellos primero, mientras estés fresco. Tendemos a dar máxima prioridad a lo que disfrutamos estudiando, sin embargo, los cursos que más nos resultan difíciles suelen requerir la energía más creativa. Guarda tus temas favoritos para más tarde. Si te encuentras evitando un tema en particular, levántate una hora antes para estudiarlo antes del desayuno. Con esa tarea fuera del camino, el resto del día puede ser muy fácil.

    Sé consciente de tu mejor momento del día. Mucha gente aprende mejor en horas de luz. Si esto es cierto para ti, entonces programa el tiempo de estudio para tus temas más difíciles (o tiempo de cara a cara para las personas más difíciles) antes del anochecer.

    Usa el tiempo de espera. Cinco minutos esperando un metro, 20 minutos esperando al dentista, 10 minutos entre clases. Los tiempos de espera se suman rápido. Tenga listas para realizar tareas de estudio cortas durante estos períodos y tenga a mano sus materiales de estudio. Por ejemplo, lleve tarjetas de 3×5 con hechos, fórmulas o definiciones y sáquelas en cualquier lugar. Un celular con una grabadora de audio puede ayudarte a aprovechar el tiempo de viaje para tu ventaja. Haz una grabación de ti mismo leyendo tus notas. Reproducir durante su viaje en coche o autobús o metro.

    Estudia dos horas por cada hora que estés en clase. Se aconseja regularmente a los estudiantes de educación superior que permitan dos horas de estudio por cada hora que pasen en clase. Si estás tomando 15 horas de crédito, entonces planea pasar 30 horas a la semana estudiando. Eso suma 45 horas semanales para la escuela, más que un trabajo de tiempo completo. Los beneficios de pensar en estos términos serán evidentes a la hora del examen.

    Tenga en cuenta que la regla de 2 horas por 1 no distingue entre el tiempo enfocado y el tiempo desenfocado. En un bloque de 4 horas de tiempo de estudio, es posible agotar dos de esas horas con mensajes de texto, descansos, soñar despierto o garabatear. Con el tiempo de estudio, la calidad cuenta tanto como la cantidad.

    Establecer límites en el tiempo de pantalla

    Descubre cuánto tiempo pasas en línea. Para obtener una imagen precisa de su participación en las redes sociales y otras actividades en línea, monitoree el tiempo que pasa en línea durante un corto período (por ejemplo, una semana o dos). Luego, toma decisiones conscientes sobre cuánto tiempo quieres pasar en línea y en tu teléfono o tableta. No dejes que las actividades de pantalla te distraigan de alcanzar metas personales y académicas.

    Desconectarse para enviar el mensaje de que otras personas importan. Es difícil prestar atención a la persona frente a ti cuando estás martillando mensajes de texto o actualizando tu Twitter o Snapchat. También puedes saber cuándo alguien más está haciendo estas cosas y solo te escucha a medias. ¿Qué tan comprometida en tu conversación crees que está esa persona?

    Una alternativa es ignorar tus dispositivos y estar aquí ahora. Cuando estés comiendo, ignora tu teléfono. Observe cómo sabe la comida. Cuando estés con un amigo, cierra tu laptop. Escucha cada palabra que dice. Redescubre dónde ocurre realmente la vida, en el momento presente.

    Cuando cuenta, tu presencia es tu mayor regalo.

    Baja el teléfono. El celular es el interruptor definitivo. La gente que no pensaría en distraerte en persona podría llamarte o enviarte mensajes de texto en los peores momentos porque no pueden ver que estás estudiando. No tienes que ser víctima de tu teléfono. Si un simple no puedo hablar; estoy estudiando no funciona, usa el silencio muerto. Es un asesino de conversaciones. O cortocircuite todo el problema apagando tu teléfono.

    Utilice un área de estudio regular. Tu cuerpo y tu mente saben dónde estás. Usar el mismo lugar para estudiar, día tras día, ayuda a entrenar tus respuestas. Cuando llegues a ese lugar en particular, podrás enfocar tu atención más rápidamente.

    Las sillas fáciles y los sofás son lugares peligrosos para estudiar. El aprendizaje requiere energía. Dale a tu cuerpo un mensaje de que se necesita energía. Ponte en una postura que apoye este mensaje.

    Llegar a un acuerdo con las personas que te rodean sobre tu tiempo de estudio. Estas personas incluyen compañeros de cuarto, cónyuges o parejas, padres, hermanos o hijos. Deje claras las reglas sobre el tiempo de estudio y asegúrese de seguirlas usted mismo. Los acuerdos explícitos, incluso los contratos escritos, funcionan bien. Un estudiante siempre lleva un sombrero colorido cuando quiere estudiar. Cuando su esposa e hijos ven el sombrero, respetan su deseo de quedarse solo.

    Aprende a decir que no. Decir no es un ahorro de tiempo y una valiosa habilidad para la vida de todos. Algunas personas sienten que es grosero rechazar una solicitud. Pero se puede decir que no de manera efectiva y cortés. Otros quieren que tengas éxito como estudiante. Cuando les dices que no puedes hacer lo que te piden porque estás ocupado educándote, la mayoría de la gente va a entender.

    Prepárate la noche anterior. Completar algunas tareas simples justo antes de ir a la cama puede ayudarle a ponerse en marcha al día siguiente. Si necesitas hacer algunas llamadas a primera hora de la mañana, entonces busca esos números y anotarlos o anotarlos en tu celular. Si necesita conducir a una nueva ubicación, busque la dirección, mapee en línea o ingrese la ubicación en su GPS. Si planeas pasar la tarde siguiente escribiendo un papel, reúne tus materiales: notas, esquema, libro de texto, papel y bolígrafo, o computadora portátil, lo que necesites. Empaque su almuerzo o ponga gasolina en el auto. Organiza la bolsa de pañales del bebé y tu maletín o mochila.

    Pregúntate, ¿Podría encontrar el tiempo si realmente quisiera? La próxima vez que te sientas tentado a decir, simplemente no tengo tiempo, haz una pausa por un minuto. Cuestionar la verdad de esta afirmación. ¿Podrías encontrar cuatro horas más esta semana para estudiar?

    Supongamos que alguien se ofreció a pagarte 10 mil dólares para encontrar esas cuatro horas. Supongamos, también, que solo te pagarán si no pierdes el sueño, llamas enfermo para trabajar, o sacrificas algo importante para ti. ¿Podrías encontrar el tiempo si se involucraban grandes sumas de dinero? Cuando se trata de la escuela, de hecho están involucradas grandes sumas de dinero.

    Pregúntate, ¿estoy dispuesto a prometerlo? Esta idea de gestión del tiempo podría ser la más poderosa de todas: si quieres encontrar tiempo para una tarea, prométete a ti mismo y a los demás, que lo harás. Desata una de las cualidades clave de los estudiantes de maestría y asume la responsabilidad de producir un resultado.

    Encontrar tiempo para leer

    Si te sientes abrumado por tu carga de trabajo, hacer un plan sobre cómo (y cuándo) abordar el trabajo puede ayudarte a tranquilizarte. Planear disipa el pánico (¡tengo 300 páginas para leer antes de mañana por la mañana!) y te ayuda a terminar toda tu carga de lectura por un término.

    Crear un plan de lectura es relativamente sencillo si usas los siguientes pasos:

    Paso 1: Estima el número total de páginas que leerás. Para llegar a esta cifra, consulta el temario del curso para cada clase que estés tomando. Busque listas de tareas de lectura. Con base en lo que encuentres, estima el número total de páginas que leerás para todas tus clases.

    Paso 2: Estima cuántas páginas puedes leer en una hora. Recuerda que tu velocidad de lectura será diferente para diversos materiales. Depende de todo, desde el diseño de las páginas hasta la dificultad del texto. Para darle cierta credibilidad a tu estimación, basalo en la experiencia real. Durante tu tarea de primera lectura en cada curso, realiza un seguimiento de cuántas páginas lees por hora.

    Paso 3: Estima tu número total de horas de lectura. Divida el número total de páginas del Paso 1 por sus páginas por hora del Paso 2. Por ejemplo, mira este cálculo:

    600 (número total de páginas para todos los cursos de este trimestre) ÷ 10 (páginas leídas por hora) = 60 (total de horas de lectura necesarias para el término

    El resultado es el número total de horas que necesitarás para completar tus tareas de lectura en este periodo. Recuerda darte un poco de margen de maniobra. Permita horas adicionales para relectura y eventos no planificados. Considera tomar tu número inicial de horas proyectadas y duplicarlo. Siempre se puede retroceder de ahí a una estimación que parezca más razonable.

    Paso 4: Programar el tiempo de lectura. Toma el número total de horas del Paso 3 y divídalo por el número de semanas en tu término actual. Eso te dará el número de horas a programar para leer cada semana.

    60 (total de horas de lectura necesarias para el término) ÷ 16 (semanas en el plazo) = 3.75 (horas por semana para programar para la lectura

    Ahora, acude a tu calendario o planificador a largo plazo y reflexiona sobre él durante unos minutos. Busca formas de bloquear esos horarios la próxima semana.

    Paso 5: Refina tu plan de lectura. Programar tu lectura lleva tiempo. Los beneficios potenciales están fuera de cálculo. Con un plan, puedes estar más seguro de que realmente harás tu lectura. Incluso si tus estimaciones están apagadas, seguirás yendo más allá de las adivinanzas ciegas o dejando todo al azar. Tu lectura importa demasiado para eso.

    Cómo lidiar con las interrupciones

    A veces, las personas con las que vives y te preocupas más (amigo, compañero de cuarto, padre, cónyuge o pareja, o hijo) pueden convertirse en un obstáculo temporal para leer o estudiar. Esto sucede cuando nuestro tiempo se dedica a atender las necesidades de los demás, incluso a expensas de nuestras propias prioridades.

    Las siguientes estrategias pueden ayudarte a mantenerte enfocado en tu lectura o estudio:

    Atender primero a las personas. Cuando vuelvas a casa por primera vez de la escuela, mantén tus libros fuera de la vista. Pase algún tiempo con sus compañeros de cuarto o familiares antes de instalarse para estudiar. Haz una pequeña charla y pregúntales sobre su día. Dale a las personas importantes en tu vida un corto período de atención plena y enfocada en lugar de un largo período de atención parcial. Entonces, explica que tienes algo de trabajo que hacer. Establece algunas reglas básicas para la cantidad de tiempo que necesitas para concentrarte en estudiar. Podrías ser recompensado con minutos adicionales u horas de tiempo tranquilo.

    Plan de interrupciones. Es posible que te interrumpan incluso si estableces pautas para tu tiempo de estudio con anticipación. Si es así, programe el tipo de estudio que se pueda interrumpir. Por ejemplo, podrías escribir o revisar tarjetas flash con términos y definiciones clave. Guarde las tareas que requieran atención sostenida para tiempos más tranquilos.

    Usa “bolsillos” de tiempo. Ve si puedes concertar una hora de estudio en un lugar tranquilo de la escuela antes de llegar a casa. Si llegas a la escuela 15 minutos antes y te quedas 15 minutos después, puedes exprimir media hora extra de lectura ese día. También busca oportunidades para estudiar en el campus entre clases.

    Leer con niños bajo los pies. Es posible tener tanto un tiempo de lectura efectivo como un tiempo de calidad con tus hijos. Las siguientes sugerencias provienen principalmente de estudiantes que también son padres de familia. Las estrategias específicas que uses dependerán de tu horario y de las edades de tus hijos.

    Encuentra un compañero de juegos regular para tu hijo. Algunos niños pueden emparejarse con amigos cercanos y retirarse de manera segura a sus habitaciones para horas de juego privado. Puedes revisarlos de vez en cuando y aún así hacer mucha lectura.

    Crea un espacio especial para tu hijo. Reserve una habitación o área de su hogar como espacio de juego. A prueba de niños este espacio. El objetivo es crear un lugar donde los niños puedan deambular libremente y jugar con la mínima supervisión. Considera permitir que tu hijo esté en esta área solo cuando estudies. Su tiempo de tarea se convierte entonces en la recompensa de su hijo. Si tiene poco espacio, simplemente reserve algunos juguetes especiales para que su hijo juegue durante su tiempo de estudio.

    Usa la TV de manera responsable. Siempre que sea posible, seleccione programas educativos que mantengan la mente de su hijo activa y comprometida. También vea si su hijo puede usar auriculares mientras ve la televisión. De esa manera, la casa se queda tranquila mientras lees o estudias.

    Programe tiempo para estar con tus hijos cuando hayas terminado de estudiar. Deja entrar a tus hijos en el plan: Terminaré de leer a las 7:30. Eso nos da una hora entera para jugar antes de ir a la cama.

    Pide ayuda a otros adultos. Obtener ayuda puede ser tan simple como pedirle a tu cónyuge, pareja, vecino o a un compañero de estudios que cuide a los niños mientras estudias. Ofrecer intercambiar cuidado infantil con un vecino: Llevarás a sus hijos y a los tuyos por dos horas la noche del jueves, por ejemplo, si los tomará dos horas la mañana del sábado.

    Encuentra actividades y servicios comunitarios. Pregunta si tu escuela brinda un servicio de guardería. En algunos casos, estos servicios están disponibles para los estudiantes a un costo reducido.


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