8.1: Introducción

“Sé sincero; sé breve; sé sentado”.

(Franklin Delano Roosevelt)

Franklin Roosevelt era un ex presidente de Estados Unidos, y aconsejó ser breve y sincero a la hora de comunicarse. Al aconsejar sentarse, estaba siendo algo más indirecto; tal vez estaba sugiriendo que la conversación y el diálogo se mejorarían al reducir las diferencias de poder entre los individuos. Si es así, estaba dando buenos consejos, aunque quizás también fue un poco engañoso en su simplicidad. Como maestros, enfrentamos pláticas casi continuas en la escuela, complementadas con amplias cantidades de comunicación no verbal: gestos, expresiones faciales y otro “lenguaje corporal”. A menudo la plática involucra a muchas personas a la vez, o incluso a toda una clase, y los individuos tienen que turnarse para hablar mientras escuchan a otros que tienen sus turnos, o a veces ignorando a los demás si una conversación no les preocupa. Como maestro, por lo tanto, te encuentras desempeñando una variedad de roles a la hora de comunicarte en las aulas: Maestro de Ceremonias, árbitro— y por supuesto fuente de nuevos conocimientos. Tu reto es ordenar los roles para que estés jugando los correctos en las combinaciones correctas en los momentos adecuados. A medida que aprendas a hacer esto, curiosamente, gran parte de tu comunicación con los alumnos de hecho adquirirá las cualidades recomendadas por Franklin Roosevelt. A menudo, de hecho serás más sincero y breve, y encontrarás que minimizar las diferencias de poder entre tú y los estudiantes es una buena idea.

En este capítulo nos fijamos en cómo podrías comenzar a avanzar hacia estos objetivos. Describimos brevemente varias características principales de la comunicación en el aula que la distinguen de la comunicación en otras situaciones familiares. Luego explicamos varias técnicas, tanto verbales como no verbales, que contribuyen a una comunicación efectiva, y describimos cómo éstas se manifiestan en varios escenarios de actividad comunes, a los que llamamos estructuras de participación. Como verás, cómo se organiza una actividad —su estructura de participación— tiene un efecto importante en la forma en que los alumnos se comunican entre sí y con el profesor.