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5.6: Umwelten, Asedanzas y Percepción Enactiva

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    La situación de un agente no es meramente percepción; la naturaleza del aparato perceptivo de un agente es un componente crítico de la situatividad. Claramente, los agentes solo pueden experimentar el mundo de formas particulares debido a los límites, o especializaciones, en su aparato sensorial (Uexküll, 2001). El etólogo Jakob von Uexküll acuñó el término umwelt para denotar la “isla de los sentidos” producida por la manera única en que un organismo se involucra perceptualmente con su mundo. Uexküll se dio cuenta de que debido a que diferentes organismos experimentan el mundo de diferentes maneras, pueden vivir en el mismo mundo pero al mismo tiempo existir en diferentes umwelten. De igual manera, la teoría ecológica de la percepción (Gibson, 1966, 1979) reconoció que no se podían separar las características de un organismo de las características de su entorno. “A menudo se descuida que las palabras animal y ambiente hacen una pareja inseparable” (Gibson, 1979, p. 8).

    La inseparabilidad del animal y el medio ambiente a veces incluso puede enraizarse en la estructura del cuerpo de un agente. Por ejemplo, los murciélagos proporcionan un ejemplo prototípico de un sistema de detección activa (MacIver, 2008) porque emiten un sonido de alta frecuencia y detectan la ubicación de los objetivos procesando el eco. La posición horizontal de un objetivo (por ejemplo, un insecto presa) está determinada únicamente por la diferencia de tiempo entre la llegada del eco a las orejas izquierda y derecha. Sin embargo, esta información no es suficiente para especificar la posición vertical del objetivo. La naturaleza física de las orejas de murciélago resuelve este problema. La estructura externa visible (el pabellón auricular y el trago) de la oreja del murciélago tiene una forma extremadamente intrincada. Como resultado, los ecos que regresan golpean la oreja en diferentes ángulos de entrada. Esto proporciona señales auditivas adicionales que varían sistemáticamente con la posición vertical del objetivo (Wotton, Haresign, & Simmons, 1995; Wotton & Simmons, 2000). En otras palabras, el cuerpo del murciélago —en particular, la forma de sus orejas— es fundamental para su umwelt.

    Las características pasivas y activas del cuerpo de un agente son fundamentales para las teorías de percepción que son más consistentes con la ciencia cognitiva encarnada (Gibson, 1966, 1979; Noë, 2004). Esto se debe a que la ciencia cognitiva encarnada ha surgido como parte de una reacción contra la visión cartesiana de la mente que inspiró la ciencia cognitiva clásica. En particular, la ciencia cognitiva clásica heredó la noción de Descartes (Descartes, 1960, 1996) de la mente desencarnada que había descendido de la afirmación de Descartes sobre Cogito ergo sum. Los científicos cognitivos encarnados han sido fuertemente influenciados por posiciones filosóficas que surgieron como reacciones contra Descartes, como Ser y tiempo de Martin Heidegger (Heidegger, 1962), publicado originalmente en 1927. Heidegger criticó a Descartes por adoptar muchos de los términos de filosofías más antiguas pero no reconocer un elemento crítico, su relación interactiva con el mundo: “La antigua forma de interpretar el Ser de las entidades está orientada hacia el 'mundo' o 'Naturaleza' en el sentido más amplio” (Heidegger, 1962, p. 47). Heidegger argumentó en cambio a favor de ser en el mundo como un modo primario de existencia. Ser en el mundo no es solo estar ubicado espacialmente en un entorno, sino que es un modo de existencia en el que un agente se involucra activamente con entidades del mundo.

    Dawson, Dupuis y Wilson (2010) utilizaron un andador dinámico pasivo para ilustrar esta inseparabilidad del agente y el ambiente. Un andador dinámico pasivo es un agente que camina sin requerir control activo: su marcha al caminar se debe completamente a la gravedad y la inercia (McGeer, 1990). Su simplicidad y bajos requerimientos energéticos los han convertido en modelos muy importantes para el desarrollo de robots ambulantes (Alexander, 2005; Collins et al., 2005; Kurz et al., 2008; Ohta, Yamakita, & Furuta, 2001; Safa, Saadat, & Naraghi, 2007; Wisse, Schwab, & van der Helm, 2004). Dawson, Dupuis y Wilson construyeron una versión del andador original de McGeer (1990) de LEGO. El andador en sí era esencialmente una bisagra de patas rectas que bajaría por una rampa inclinada. Sin embargo, la rampa tenía que ser de una pendiente particular y tenía que tener plataformas adecuadamente espaciadas con espacios intermedios para permitir que las piernas del agente se balancearan. Así la bisagra LEGO que construyeron Dawson, Dupuis y Wilson (2010) tenía la disposición de caminar, pero requería de un ambiente especializado para que esta disposición se realizara. El andador dinámico pasivo LEGO es sólo un andador cuando interactúa con las propiedades especiales de su rampa. El caminar dinámico pasivo no es una característica de un dispositivo, sino que es una característica de que un dispositivo está en un mundo en particular.

    Ser en el mundo está relacionado con el concepto de asequibilidad desarrollado por el psicólogo James J. Gibson (Gibson, 1979). En términos generales, las posibilidades de un objeto son las posibilidades de acción que un objeto en particular permite a un agente en particular. “Las prestaciones del medio ambiente son lo que ofrece al animal, lo que proporciona o suministra, ya sea para bien o para mal” (p. 127). Una vez más, las posibilidades emergen de una relación integral entre las propiedades de un objeto y la capacidad de actuar de un agente.

    Tenga en cuenta que las cuatro propiedades listadas (horizontal, plana, extendida y rígida) serían propiedades físicas de una superficie si se midieran con las escalas y unidades estándar utilizadas en física. Como un costo de soporte para una especie de animal, sin embargo, tienen que medirse en relación con el animal. Son únicos para ese animal. No son solo propiedades físicas abstractas. (pág. 127)

    Dado que las prestaciones se definen en términos de las acciones potenciales de un organismo, no es sorprendente que la acción sea central en el enfoque ecológico de Gibson (1966, 1979) de la percepción. Gibson (1966, p. 49) señaló que “cuando los 'sentidos' son considerados como sistemas activos se clasifican por modos de actividad no por modos de calidad consciente”. El énfasis de Gibson en la acción y el mundo provocó que su teoría fuera criticada por la ciencia cognitiva clásica (Fodor & Pylyshyn, 1981). Quizás no sea sorprendente que la reacción encarnada a la ciencia cognitiva clásica haya estado acompañada de una teoría moderna de la percepción que ha descendido de la obra de Gibson: el enfoque enactivo de la percepción (Noë, 2004).

    La percepción activa reacciona contra la visión tradicional de que la percepción está construyendo representaciones internas del mundo externo. La percepción enactiva sostiene en cambio que el papel de la percepción es acceder a la información en el mundo cuando es necesaria. Es decir, la percepción no es un proceso de representación, sino una habilidad sensoriomotora (Noë, 2004). “Percibir es una forma de actuar. La percepción no es algo que nos pasa a nosotros, o en nosotros. Es algo que hacemos” (p. 1).

    La acción juega múltiples papeles centrales en la teoría de la percepción enactiva (Noë, 2004). Primero, el propósito de la percepción no se ve como construir representaciones internas del mundo, sino como una acción controladora sobre el mundo. Segundo, y relacionado con la importancia de controlar la acción, nuestra comprensión perceptual de los objetos es sensoriomotora, al igual que la noción de asequibilidad de Gibson (1979). Es decir, obtenemos una comprensión del mundo externo que está relacionada con sus cambios de apariencia que resultarían cambiando nuestra posición, actuando sobre un objeto, o moviéndonos a una nueva posición. Tercero, la percepción es ser un proceso intrínsecamente exploratorio. En consecuencia, no construimos representaciones visuales completas del mundo. En cambio, los objetos perceptuales son virtuales: tenemos acceso a propiedades en el mundo cuando es necesario, y solo a través de la acción.

    Nuestro sentido de la presencia perceptual del gato en su conjunto ahora no requiere que estemos comprometidos con la idea de que representamos a todo el gato en conciencia a la vez. Lo que requiere, más bien, es que nos llevemos a tener acceso, ahora, a todo el gato. El gato, el tomate, la botella, la escena detallada, todos están presentes perceptualmente en el sentido de que son perceptualmente accesibles para nosotros. (Noë, 2004, p. 63)

    El apoyo empírico a la presencia virtual de objetos es proporcionado por el fenómeno de la ceguera al cambio. El cambio ceguera ocurre cuando ocurre un cambio visual a plena vista de un espectador, pero el espectador no nota el cambio. Por ejemplo, en un experimento (O'Regan et al., 2000), los sujetos inspeccionan una imagen de una escena callejera de París. Durante esta inspección, el color de un automóvil en primer plano de la imagen cambia, ¡pero un sujeto no nota este cambio! La ceguera al cambio apoya la visión de que las representaciones del mundo no se construyen. “El resultado de esto es que todo detalle está presente en la experiencia no como se representa, sino más bien como accesible” (Noë, 2004, p. 193). La accesibilidad depende de la acción, y la acción también depende de la encarnación. “Para percibir como nosotros, sigue, debes tener un cuerpo como el nuestro” (p. 25).


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