12.6: Narcolepsia
- Última actualización
- Guardar como PDF
- Page ID
- 134890
A diferencia de los otros trastornos del sueño descritos en esta sección, una persona con narcolepsia no puede resistirse a conciliar el sueño en momentos inoportunos. Estos episodios de sueño suelen estar asociados con la cataplejía, que es una falta de tono muscular o debilidad muscular, y en algunos casos implica la parálisis completa de los músculos voluntarios. Esto es similar al tipo de parálisis que experimentan los individuos sanos durante el sueño REM (Burgess & Scammell, 2012; Hishikawa & Shimizu, 1995; Luppi et al., 2011). Los episodios narcolépticos toman otras características del sueño REM. Por ejemplo, alrededor de un tercio de los individuos diagnosticados con narcolepsia experimentan alucinaciones vívidas y de ensueño durante los ataques narcolépticos (Chokroverty, 2010).
Sorprendentemente, los episodios narcolépticos a menudo son desencadenados por estados de excitación o estrés intensificados. El episodio típico puede durar de un minuto o dos a media hora. Una vez despertados de un ataque narcoléptico, la gente informa que se siente refrescada (Chokroverty, 2010). Obviamente, los episodios narcolépticos regulares podrían interferir con la capacidad de realizar el trabajo o completar el trabajo escolar, y en algunas situaciones, la narcolepsia puede resultar en daños y lesiones importantes (por ejemplo, conducir un automóvil u operar maquinaria u otro equipo potencialmente peligroso).
Generalmente, la narcolepsia se trata con fármacos estimulantes psicomotores, como las anfetaminas (Mignot, 2012). Estos fármacos promueven un aumento de los niveles de actividad neural. La narcolepsia se asocia con niveles reducidos de la molécula de señalización hipocretina en algunas áreas del cerebro (De la Herrán-Arita & Druck- ER-Colín, 2012; Han, 2012), y los estimulantes tradicionales no tienen efectos directos sobre este sistema. Por lo tanto, es muy probable que los nuevos medicamentos que se desarrollan para tratar la narcolepsia sean diseñados para apuntar al sistema de hipocretina.
Existe una tremenda variabilidad entre los pacientes, tanto en cuanto a cómo se manifiestan los síntomas de la narcolepsia como a la efectividad de las opciones de tratamiento actualmente disponibles. Esto lo ilustra el estudio de caso de McCarty (2010) de una mujer de 50 años que buscó ayuda para la somnolencia excesiva durante las horas normales de vigilia que había experimentado durante varios años. Indicó que se había quedado dormida en momentos inapropiados o peligrosos, incluso mientras comía, mientras socializaba con amigos, y mientras conducía su automóvil. Durante periodos de excitación emocional, la mujer se quejó de que sentía cierta debilidad en el lado derecho de su cuerpo. A pesar de que no experimentó alucinaciones oníricas, fue diagnosticada con narcolepsia como resultado de las pruebas del sueño. En su caso, el hecho de que su cataplejía estuviera confinada al lado derecho de su cuerpo era bastante inusual. Los primeros intentos de tratar su afección solo con una droga estimulante no tuvieron éxito. Como- nunca, cuando se usaba un medicamento estimulante junto con un antidepresivo popular, su condición mejoró dramáticamente.
REFERENCIAS
Arnulf, I. (2012). Trastorno de conducta del sueño REM: Manifestaciones motoras y fisiopatología. Trastornos del Movimiento, 27, 677—689. doi. org/10.1002/mds.24957
Berkowitz, C. D. (2012). Síndrome de muerte súbita infantil, muerte súbita inesperada del lactante y eventos aparentes que ponen en peligro Avances en Pediatría, 59, 183—208. https://doi.org/10.1016/j.yapd.2012.04.011
Berry, R. B., Kryger, M. H., & Massie, C. A. (2011). Un nuevo dispositivo de presión respiratoria positiva espiratoria nasal (EPAP) para el tratamiento de la apnea obstructiva del sueño: un ensayo controlado aleatorizado. Dormir, 34, 479—485. https://doi.org/10.1093/sleep/34.4.479
Bixler, E. O., Kales, A., Soldatos, C. R., Kales, J. D., & Healey, S. (1979). Prevalencia de trastornos del sueño en el área metropolitana de Los Ángeles. Revista Americana de Psiquiatría, 136, 1257—1262.
Broughton, R., Billings, R., Cartwright, R., Doucette, D., Edmeads, J., Edwardh, M., Ervin, F., Orchard, B., Hill, R., & Turrell, G. (1994). Sonambulismo homicida: Reporte de un caso. Dormir, 17, 253—264. https://doi.org/10.1093/sueño/17.3.253
Burgess, C. R., & Scammell, T. E. (2012). Narcolepsia: Mecanismos neuronales de somnolencia y cataplejía. Revista de Neurociencia, 32, 12305— 12311. https://doi.org/10.1523/JNEUROSCI.2630-12.2012
Cartwright, R. (2004). Violencia de sonambulismo: un trastorno del sueño, un dilema legal y un desafío psicológico. Revista Americana de Psiquiatría, 161, 1149—1158. https://doi.org/10.1176/appi.ajp.161.7.1149
Chokroverty, S. (2010). Visión general de los trastornos del sueño y del sueño. Revista India de Investigación Médica, 131, 126—140.
CNN. (1999, 25 de junio). 'Sonámbulo' condenado por asesinato. www. cnn.com/us/9906/25/Sleepwalker.01/
De la Herrán-Arita, A. K., & Drucker-Colín, R. (2012). Modelos para narcolepsia con descubrimiento de fármacos cataplejía. Opinión Pericial sobre Descubrimiento de Drogas, 7, 155—164. https://doi.org/10.1517/17460441.2012.651454
Ferini-Strambi, L. (2011). ¿Existe realmente el trastorno idiopático de la conducta del sueño REM (IRBD)? ¿Cuáles son los posibles marcadores de neurodegeneración en IRBD? Medicina del Sueño, 12 (2 Supl.), S43—S49. https://doi.org/10.1016/j.sleep.2011.10.010
Guilleminault, C., Kirisoglu, C., Bao, G., Arias, V., Chan, A., & Li, K. K. (2005). Sonambulismo crónico en adultos y su tratamiento basado en polisomnografía. Cerebro, 128, 1062—1069. doi.org/10.1093/ cerebro/awh481
Han, F. (2012). Somnolencia que no se puede superar: Narcolepsia y cataplejía. Respirología, 17, 1157—1165. doi. org/10.1111/j.1440-1843.2012.02178.x
Henry, D., & Rosenthal, L. (2013). “Escuchando su aliento:” La importancia del reporte de género y pareja sobre el diagnóstico, manejo y tratamiento de la apnea obstructiva del sueño. Ciencias sociales y medicina, 79, 48—56. https://doi.org/10.1016/j.socscimed.2012.05.021
Hishikawa, Y., & Shimizu, T. (1995). Fisiología del sueño REM, cataplejía y parálisis del sueño. Avances en Neurología, 67, 245—271.
Hossain, J. L., & Shapiro, C. M. (2002). Prevalencia, implicaciones de costos y manejo de los trastornos del sueño: Una visión general. Sueño y Respiración, 6, 85—102. https://doi.org/10.1055/s-2002-32322
Luppi, P.-H., Clément, O., Sapin, E., Gervasoni, D., Peyron, C., Léger, L., Salvert, D., & Fort, P. (2011). La red neuronal responsable del sueño paradójico y sus disfunciones causando narcolepsia y trastorno del comportamiento de movimiento ocular rápido (REM). Reseñas de Medicina del Sueño, 15, 153—163. https://doi.org/10.1016/j.smrv.2010.08.002
Mago, D. T., & Donner, M. (2006). Resistencia femenina a la hipoxia: ¿Explica la diferencia de sexo en las tasas de mortalidad? Revista de Salud de la Mujer, 15, 786—794. https://doi.org/10.1089/jwh.2006.15.786
Mahowald, M. W., & Schenck, C. H. (2000). Diagnóstico y manejo de parasomnias. Piedra angular clínica, 2, 48—54. doi. org/10.1016/S1098-3597 (00) 90040-1
Mahowald, M. W., Schenck, C. H., & Cramer Bornemann, M. A. (2005). Violencia relacionada con el sueño. Informes Actuales de Neurología y Neurociencia, 5, 153—158. https://doi.org/10.1007/s11910-005-0014-3
Clínica Mayo. (n.d.). Terrores del sueño (terrores nocturnos): Diagnóstico y tratamiento. www.Mayoclinic.org/enfermedades-c... errores/básicos/ tratamiento/con-20032552
McCarty, D. E. (2010). Un caso de narcolepsia con cataplejía estrictamente unilateral. Revista de Medicina Clínica del Sueño, 15, 75—76. doi. org/10.5664/jcsm.27714
McDaid, C., Durée, K. H., Griffin, S. C., Weatherly, H. L. A., Stradling, J. R., Davies, R. J. O., Sculpher, M. J., & Westwood, M. E. (2009). Revisión sistemática de la presión positiva continua de la vía aérea para el síndrome de apnoea-hipopnea obstructiva del sueño. Reseñas de Medicina del Sueño, 13, 427—436. https://doi.org/10.1016/j.smrv.2009.02.004
Mignot, E. J. M. (2012). Una guía práctica para la terapia de los síndromes de narcolepsia e hipersomnia. Neuroterapéutica, 9, 739—752. doi. org/10.1007/s13311-012-0150-9
Mitchell, E. A. (2009). PEID: Pasado, presente y futuro. Acta Pediatrica, 98, 1712—1719. doi.org/10.1111/j.1651-2227.2009.01503.x
Ohayon, M. M. (1997). Prevalencia de criterios diagnósticos DSM-IV de insomnio: Distinguir insomnio relacionado con trastornos mentales de trastornos del sueño. Revista de Investigación Psiquiátrica, 31, 333—346. https://doi.org/10.1016/S0022-3956(97)00002-2
Ohayon, M. M. (2002). Epidemiología del insomnio: Lo que sabemos y lo que aún nos falta aprender. Reseñas de Medicina del Sueño, 6, 97—111. https://doi.org/10.1053/smrv.2002.0186
Ohayon, M. M., & Roth, T. (2002). Prevalencia de síndrome de piernas inquietas y trastorno periódico del movimiento de las extremidades en la población general. Revista de Investigación Psicosomática, 53, 547—554. doi. org/10.1016/S0022-3999 (02) 00443-9
Pressman, M. R. (2007). Trastornos de la excitación por sueño y comportamiento violento: El papel del contacto físico y la proximidad. Dormir, 30, 1039—1047. https://doi.org/10.1093/sleep/30.8.1039
Provini, F., Tinuper, P., Bisulli, F., & Lugaresi, E. (2011). Trastornos de la excitación. Medicina del sueño, 12 (2 Supl.), S22—S26. doi.org/10.1016/j. sleep.2011.10.007
Fundación Síndrome de Piernas Inquietas. (n.d.). Síndrome de piernas inquietas: Causas, diagnóstico y tratamiento del paciente que vive con síndrome de piernas inquietas (RSL) [Brochure]. www.rls.org/ comprensión-rls
Roth, T. (2007). Insomnio: Definición, prevalencia, etiología y consecuencias. Revista de Medicina Clínica del Sueño, 3 (5 Supl.), S7—S10. https://doi.org/10.5664/jcsm.26929
Sánchez-de-la-Torre, M., Campos-Rodríguez, F., & Barbé, F. (2012). Apnea obstructiva del sueño y enfermedad cardiovascular. La Lanceta Medicina Respiratoria, 1, 31—72. doi.org/10.1016/ S2213-2600 (12) 70051-6
Savard, J., Simard, S., Ivers, H., & Morin, C. M. (2005). Estudio aleatorizado sobre la eficacia de la terapia cognitivo-conductual para el insomnio secundario a cáncer de mama, parte I: Sueño y efectos psicológicos. Revista de Oncología Clínica, 23, 6083—6096. doi.org/10.1200/ JCO.2005.09.548
Grupo de Trabajo sobre el Síndrome de Muerte Súbita Infantil. (2011). SIDS y otras muertes infantiles relacionadas con el sueño: Ampliación de recomendaciones para un ambiente seguro para dormir infantil. Pediatría, 128, 1030—1039. https://doi.org/10.1542/peds.2011-2285
Thach, B. T. (2005). El papel de los trastornos de control respiratorio en el SIDS. Fisiología Respiratoria y Neurobiología, 149, 343—353. doi. org/10.1016/j.resp.2005.06.011
Blanco, D. P. (2005). Patogenia de la apnea obstructiva y central del sueño. American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, 172, 1363—1370. https://doi.org/10.1164/rccm.200412-1631SO
Williams, J., Roth, A., Vatthauer, K., & McCrae, C. S. (2013). Tratamiento cognitivo conductual del insomnio. Pecho, 143, 554—565. doi. org/10.1378/pecho.12-0731
Zanigni, S., Calandra-Buonaura, G., Grimaldi, D., & Cortelli, P. (2011). Trastorno de conducta REM y enfermedades neurodegenerativas. Medicina del Sueño, 12 (2 Supl.), S54—S58. https://doi.org/10.1016/j.sleep.2011.10.012