3.1: Una brecha amplia y preocupante
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Más que nada, los hallazgos de este estudio identifican una amplia brecha entre estudiantes y profesores, ya que los algoritmos, puestos a buen y mal uso, están cambiando el panorama de la información en línea de formas opacas y desconocidas. En un hallazgo importante que surgió de este estudio, los estudiantes estaban mucho más ansiosos que su facultad por contraatacar de manera práctica contra el control algorítmico con estrategias que aprendieron de amigos y compañeros, pero no en clase. Se dan cuenta de que se necesita leer a través de diferentes productores de contenido para obtener la historia completa, y que esto requiere tiempo y esfuerzo. Saben que la “elección” es un prospecto complicado con las noticias en línea, por lo que algunos han descubierto cómo usar los sitios de redes sociales, como Twitter y Reddit, como sus “editores de noticias” para ayudarlos a ejercer un poco de control y salir de burbujas de filtro.
Si bien la disposición de los estudiantes para impugnar el funcionamiento de estos gigantes de internet es alentadora, nuestros hallazgos sugieren que la era de los algoritmos exige que las estrategias de enseñanza sean reconsideradas a medida que redefinimos la alfabetización informacional. Los estudiantes no deben tener que aprender estas habilidades críticas de información por su cuenta. Tampoco se debe suponer que todas sus estrategias son necesariamente efectivas.
En nuestros grupos focales y entrevistas, encontramos una tendencia preocupante alineada con lo que ya sabemos sobre los estudiantes y sus prácticas de información a partir de una década de estudios de investigación PIL. Es decir, el trabajo crítico de entender el torrente de información que fluye a través de una variedad de canales, desde las redes sociales hasta los motores de búsqueda comerciales, rara vez se considera en tareas y discusiones en el aula.
Fue sorprendente descubrir cuán raramente se discutieron en el aula los sistemas de información actuales, y las condiciones sociales y económicas que configuran e influyen en su diseño. La persistencia de este enfoque estático de la información, que no reconoce cómo ha cambiado el mundo en los 20 años transcurridos desde que Google comenzó a capturar y explotar los senderos digitales de los individuos, tiene poderosas consecuencias. Si bien nuestra muestra de estudio exploratorio fue pequeña y los métodos cualitativos, estos hallazgos justifican una mayor investigación por parte de futuros investigadores.
No obstante, hay que reconocer que el ambiente informativo que habitan nuestros alumnos no es un claustro de conocimiento académico. Se parece más a una jungla cubierta de maleza donde cada recurso debe ser probado para detectar toxicidad, y donde los estudiantes son acechados implacablemente, sus datos cosechados como forraje para usos incognoscibles.
Hacemos un mal servicio a nuestros estudiantes y a la sociedad al limitar las tareas de investigación y los esfuerzos de instrucción de alfabetización informacional al jardín amurallado de becas revisadas por pares, donde la verdad se extrae de fuentes bien podadas y cuidadosamente empaquetada para instructores siguiendo instrucciones explícitas. Cuando los estudiantes reciben un rango de exploración tan limitado que se gradúan sintiéndose mal equipados para hacer sus propias preguntas, la educación superior les ha fallado.