En Estados Unidos, la ley y el gobierno son interdependientes. La Constitución de Estados Unidos establece el marco básico del gobierno federal e impone ciertas limitaciones a los poderes de gobierno. A su vez, los diversos poderes de gobierno están íntimamente involucrados en hacer, hacer cumplir e interpretar la ley. La mayor parte de la ley proviene del Congreso y de las legislaturas estatales. Los tribunales interpretan las leyes y las aplican a los casos.
Las leyes carecen de sentido si no se hacen cumplir. Las empresas tienen que tomar muchas decisiones a diario, desde el desarrollo de productos hasta la comercialización y el mantenimiento del crecimiento. Estas decisiones se basan en consideraciones financieras y requisitos legales. Si una empresa viola una ley, a menudo se le hace responsable a través de litigios en los tribunales.
Rincón del Consejero En virtud de la decisión Ciudadanos Unidos de la Suprema Corte, las entidades empresariales gozan del mismo derecho que las personas físicas para influir en el proceso político a través de contribuciones. Debido a que los jueces federales son nombrados de por vida, las empresas no pueden influir directamente en las acciones del Poder Judicial. No obstante, pueden hacerlo indirectamente cabildeando al Congreso sobre las leyes que considere y cabildeando al mandatario en cuanto a las prioridades de aplicación. Si bien todos los estados tienen un sistema comparable de tres ramas, en algunos estados (no en Colorado), los jueces obtienen el cargo a través de elecciones partidistas. En tales estados, las empresas pueden buscar influir en el poder judicial a través de jueces de apoyo cuya filosofía favorece a los negocios en general o a una industria en particular. Por estas razones, al elegir si litigar en un tribunal estatal o federal, las empresas deben considerar que los jueces federales pueden tener más probabilidades de tomar acciones políticamente impopulares. ~ John W., juez
