4.5: Músculo cardíaco
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El tejido del músculo cardíaco solo se encuentra en el corazón, específicamente en el miocardio. Las contracciones altamente coordinadas del músculo cardíaco bombean sangre hacia los vasos del sistema circulatorio como la aorta y la arteria pulmonar. El músculo cardíaco está estriado y organizado en sarcómeros, poseyendo la misma organización de miofilamentos que el músculo esquelético. Sin embargo, las fibras del músculo cardíaco son más cortas que las fibras del músculo esquelético y generalmente contienen solo un núcleo, que se localiza en la región central de la célula. Las fibras del músculo cardíaco también contienen muchas mitocondrias. Esto es necesario ya que las células requieren grandes cantidades de ATP y esto se produce principalmente a través del metabolismo aeróbico.
Las células de las fibras del músculo cardíaco también están extensamente ramificadas y están conectadas entre sí en sus extremos por discos intercalados. Un disco intercalado permite que las células del músculo cardíaco se contraigan de manera coordinada para que el corazón pueda funcionar como una bomba. Los discos intercalados forman parte del sarcolema y contienen dos estructuras importantes en la contracción del músculo cardíaco: uniones gap y desmosomas. La unión por brecha forma canales entre las fibras musculares cardíacas adyacentes que permiten que el potencial de acción despolarizante se mueva entre una célula del músculo cardíaco a la siguiente. Permite la rápida transmisión de potenciales de acción y la contracción coordinada de todo el corazón. El resto del disco intercalado está compuesto por desmosomas que se discutieron en el capítulo epitelial. Los desmosomas anclan los extremos de las fibras del músculo cardíaco juntos para que las células no se separen durante la contracción individual de la fibra.
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https://ohiostate.pressbooks.pub/vethisto/?p=307