12.3A: Recolección de especímenes
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El diagnóstico de laboratorio de enfermedades comienza con la recolección de un espécimen clínico para su examen o procesamiento en el laboratorio.
Objetivos de aprendizaje
- Describir cómo el diagnóstico de laboratorio de la enfermedad comienza con la recolección de un espécimen clínico para su examen y procesamiento
Puntos Clave
- La recolección de especímenes requiere extraer sangre, líquido cefalorraquídeo, recolectar orina o hisopos de las superficies mucosas.
- La recolección de especímenes se realiza mediante técnicas asépticas para asegurar la esterilidad de la muestra y evitar la contaminación por bacterias u otros fluidos corporales.
- Los tipos de muestras biológicas aceptadas en la mayoría de los laboratorios clínicos son: muestras de suero, muestras de hisopo de virología, tejido de biopsia y necropsia, líquido cefalorraquídeo, sangre completa para PCR y muestras de orina. Estos se recolectan en contenedores específicos para su procesamiento exitoso en el laboratorio.
Términos Clave
- PCR: reacción en cadena de la polimerasa
- necropsia: La disección patológica de un cadáver; particularmente para determinar la causa de muerte. Aplicable al examen de cualquier forma de vida.
- biopsia: Extracción y examen de una muestra de tejido de un cuerpo vivo con fines diagnósticos.
El diagnóstico de laboratorio de una enfermedad infecciosa comienza con la recolección de un espécimen clínico para su examen o procesamiento en el laboratorio.
El laboratorio, con la ayuda de técnicas y métodos bien escogidos para un rápido aislamiento e identificación, confirma el diagnóstico.
Se ha observado que el factor más importante y frecuente que afecta a los análisis de laboratorio, incluso en un laboratorio que funcione bien, no es la propia investigación de laboratorio sino la preparación de especímenes y los errores en la identificación o etiquetado. La recolección adecuada de un espécimen clínico apropiado es, de ahí, el primer paso para obtener un diagnóstico preciso de laboratorio de una enfermedad infecciosa.
Aplicar los propios conocimientos de microbiología e inmunología para la recolección, transporte y almacenamiento de especímenes es tan importante como lo es en el laboratorio. Para empezar, la interpretación de la observación puede ser engañosa si el espécimen es inadecuado.
Existen varios tipos de especímenes recomendados para el diagnóstico de enfermedades inmunológicas, incluyendo: muestras de suero, muestras de hisopo de virología, tejido de biopsia y necropsia, líquido cefalorraquídeo, sangre completa para PCR y muestras de orina.
El suero es la fuente de especímenes preferida para las pruebas serológicas. Los especímenes de sangre se obtienen asépticamente utilizando técnicas de venopunción aprobadas por personal calificado. Los especímenes se dejan coagular a temperatura ambiente y luego se centrifugan. El suero se transfiere a tubos de plástico herméticamente cerrados y se almacena a 2 — 8 °C antes del envío, lo que siempre debe ser rápido. El suero agudo se debe recolectar al inicio de los síntomas. Los especímenes convalecientes deben seguir dos a cuatro semanas después. Los sueros emparejados se prueban juntos.
También se recolecta plasma para un número muy limitado de pruebas. Los sueros lipémicos, hemolizados o contaminados pueden causar resultados erróneos y deben evitarse al igual que los ciclos repetidos de congelamiento-descongelación.
Otro tipo de muestra utilizado para el diagnóstico de enfermedades es el líquido cefalorraquídeo (LCR). Este debe transportarse en tubos de plástico que se cierran herméticamente. El LCR refrigerado es aceptable para un número limitado de pruebas serológicas; sin embargo, si se va a realizar PCR para los paneles virales, el espécimen debe congelarse y enviarse en hielo seco. Los especímenes de LCR deben estar libres de cualquier contaminación visible o sangre. Se realiza una punción lumbar (o LP, y coloquialmente conocida como punción espinal) para colectar LCR. Esta consiste en la inserción de una aguja hueca debajo de la membrana aracnoidea de la médula espinal en la región lumbar para extraer líquido cefalorraquídeo con fines diagnósticos o para administrar medicamentos.