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9.5: Analizar y compartir éticamente el conocimiento cogenerado

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    Objetivos de aprendizaje

    Al final de esta sección, podrás:

    • Evaluar críticamente el poder epistémico asociado a la producción de conocimiento
    • Considerar las implicaciones éticas asociadas con la publicación de la investigación

    Dadas las diferencias en la forma en que los académicos cualitativos y cuantitativos tienden a abordar la investigación política, lo que constituye la práctica ética puede parecer funcionar de manera diferente también. Por ejemplo, debido a la dependencia de la estadística, muchos estudiantes de ciencias políticas pueden creer erróneamente que el método cuantitativo es siempre transparente, objetivo y, por tanto, ético a diferencia del método cualitativo donde se piensa la dependencia de las comunicaciones e interacciones humanas ser siempre subjetivo. La cuantificación de datos políticos involucra procesos humanos donde hay muchas oportunidades para que el producto (es decir, el conjunto de datos) sea sesgado, especialmente cuando dicho proceso no es transparente. Por el contrario, se puede realizar una serie de entrevistas con fines de recolección de datos para académicos cualitativos de tal manera que se reduzcan los sesgos potenciales en los procesos. Estas afirmaciones sobre si los enfoques cualitativos o cualitativos son más adecuados para minimizar los sesgos y mantener el estándar de objetividad pueden enraizarse en la idea de que el propósito primario, y para algunos, único, de la investigación política es hacer inferencias sobre el mundo político.

    Smith (Smith y Renwick Monroe 2005) señala que parte de la razón por la que existe este tipo de disputas metodológicas es porque los politólogos no han coincidido en lo que hace una buena investigación en ciencias políticas. Argumenta que si bien las pruebas de inferencia son esenciales para la investigación en ciencias políticas, tal esfuerzo requiere preguntas e hipótesis sustantivamente interesantes sobre el mundo político. Como tal, la ciencia política, como disciplina, necesita reconsiderar la noción de que tanto los enfoques cualitativos como los cuantitativos son esenciales, ya que la formación de hipótesis y preguntas sustantivamente interesantes y el mejoramiento de nuestra técnica analítica son ambos críticos en el avance del campo. Debido a las diferencias en la naturaleza de ambos enfoques, es esencial abordar también la discusión sobre el estándar de práctica ética en consecuencia. En otras palabras, algunos estándares éticos pueden ser más o menos relevantes para cada enfoque debido a las diferencias en la forma en que se recopilan y analizan los datos.

    Como se señaló en el capítulo anterior, los hallazgos de la investigación en ciencias políticas a menudo se convierten en una base para cambios políticos y sociales que tienen serias implicaciones en la vida real. A menos que los practicantes de la investigación política, sean cualitativa o cuantitativamente orientados, realicen su investigación de manera ética, la integridad de la disciplina así como las políticas que se producen a partir de nuestra investigación, por ejemplo, podrían enfrentar serios desafíos. Debido a que se piensa que los politólogos son expertos en problemas políticos y sociales hasta cierto punto, tenemos cierta autoridad percibida en estos temas. En consecuencia, cuando hacemos algunas afirmaciones sobre temas políticos y sociales en la esfera pública, puede tener cierto peso que la opinión de un individuo, por ejemplo, sobre diversos temas políticos.

    Los académicos tienen y reproducen lo que Audie Klutz y Cecelia Lynch (Klotz y Lynch 2007) refieren como “poder epistémico”, a través del conocimiento que generamos como investigaciones y difundimos a través de la escritura y conferencias. En consecuencia, nunca podremos ser totalmente neutrales en el valor ni eliminar nuestros sesgos personales mientras replicamos o desafiamos los supuestos de nuestra disciplina a través de nuestra erudición y nuestras elecciones metodológicas individuales (Klotz y Lynch 2007). Desde el uso de traductores en el campo hasta el empleo de servicios profesionales para transcribir entrevistas, debemos esforzarnos mucho para considerar la posibilidad de que el sesgo se filtre en nuestro análisis, para no tergiversar a los participantes de nuestro estudio y considerar siempre su bienestar.

    Por lo tanto, cuando uno comienza a analizar lo que ha aprendido en el campo y se prepara para compartir sus hallazgos, es importante ofrecer reflexiones sobre instancias en las que el trabajo de campo resultó en disonancia con su marco teórico inicial y donde nuestros entrevistados desafiaron y/o enriquecieron la inicial línea de indagación (Yanow y Schwartz-Shea 2011). Por ejemplo, el enfoque reflexivo mencionado en el apartado anterior también resulta útil cuando el investigador está analizando sus datos. Esto incluye estrategias como “verificación de miembros”, en las que se discuten los hallazgos con los estudiados en el campo. Esto no niega ni menoscaba el papel epistemológico del investigador, sino que actúa como una estrategia para abordar las dinámicas asociadas a las subjetividades de un investigador (es decir, sesgo de confirmación). En última instancia, este es su estudio, y sería imprudente dejar que sus participantes editorialicen sus hallazgos. No obstante, si una cita o algo similar pudiera hacerlos incómodos, tergiversar su significado, o peor, debemos tomarlo bajo consideración.

    Por último, cuando se trata de publicación, se argumenta que los investigadores cualitativos en particular tienen una razonabilidad ética para considerar cómo se utilizará esta investigación, dada la confianza, intimidad y potencial de impacto humano que este capítulo ha abordado (Gibbs 2008). En esta etapa final de investigación, es éticamente importante reflexionar sobre cómo esta información puede impactar en aquellos que hicieron posible el estudio del investigador en primer lugar. En efecto, muchas agendas de investigación relacionadas con temas delicados que podrían poner en peligro al investigador y/o a sus participantes. Por lo tanto, muchas entrevistas y encuestas no solo deben realizarse sobre la base del anonimato, los datos originales almacenados en un lugar seguro, sino que también deben evaluarse ahora que todas las piezas del rompecabezas se han unido y están casi listas para su publicación.

    Por ejemplo, publicar y compartir los hallazgos de uno puede implicar información y/o citas para las cuales la investigación es éticamente incapaz de proporcionar citas completas basadas en entrevistas confidenciales, observaciones de campo y participantes. Como los investigadores posteriores pueden ser incapaces de replicar nuestros hallazgos, el uso efectivo de citas y relatos de sujetos anónimos a menudo depende de que dichos datos sean compartidos por más de una persona o fuentes. Otra forma de reforzar la credibilidad de fuentes anónimas es triangulando sus relatos y vinculándolos en los análisis con información contextual (por ejemplo, “según varios soldados involucrados en el conflicto”). Una vez más, ser transparente como sea posible conlleva un delicado equilibrio entre proteger a nuestros sujetos humanos y la integridad de nuestra investigación.

    ¡Enhorabuena, se publica tu estudio y los compañeros que citan tu trabajo siguen creciendo en número! Sin embargo, es poco probable que los participantes del estudio que hicieron posibles sus elogios se suscriban al American Journal of Political Science. En efecto, los investigadores son criticados rutinariamente por no devolver los hallazgos del estudio a los individuos/comunidad bajo investigación, si no proporcionarlos de tal manera que puedan entender, usar o verificar. Éticamente, debemos evitar ser parasitarios con nuestro trabajo y esforzarnos por devolver algo de valor a la comunidad y/o a las personas que hicieron posible su estudio. Esto puede parecer un último paso oneroso con poca recompensa instrumental, pero como este capítulo como se ha esforzado por señalar, cuando realizas y reportas tu investigación éticamente, “te unes a una comunidad en busca de algún bien común... descubres que la investigación enfocada al mejor interés de los demás también es tuya” ( Booth, Colomb, y Williams 2008).