18.1: Introducción
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Una característica central y definitoria de las relaciones internacionales es la condición de anarquía, término que significa la falta de gobierno mundial. Sin una fuerza supranacional global para limitar el comportamiento de los estados y los individuos, el sistema anárquico es inherentemente propenso a conflictos. Dado que es muy poco probable reordenar el sistema internacional en un esfuerzo por evitar la anarquía, los estados promueven el orden y la claridad en la política mundial mediante el desarrollo y mantenimiento de reglas de comportamiento. Se han desarrollado leyes internacionales en prácticamente todas las áreas de las relaciones internacionales, desde el comercio hasta la inmunidad diplomática, el espacio aéreo y el derecho del mar. Un área de constante preocupación y de suma importancia para los países es la guerra. En consecuencia, se ha dedicado una cantidad significativa de tiempo y energía a la elaboración de leyes internacionales que regulen los conflictos armados. Este capítulo busca explicar los esfuerzos de la comunidad internacional para eliminar, mitigar o reducir el comportamiento destructivo de los Estados entre sí y hacia sus propios ciudadanos a través de la adopción y aplicación del derecho internacional. La atención se divide en tres áreas principales: las leyes que regulan el uso de la fuerza, las leyes de derechos humanos que protegen a las personas del trato represivo, y las instituciones que se utilizan para hacer cumplir estas normas. Los desarrollos contemporáneos, incluyendo el concepto de Responsabilidad de Proteger (R2P) y la Corte Penal Internacional (CPI), se consideran pasos útiles.