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2.2: Imperialismo europeo

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    No obstante, España, Portugal y los Países Bajos fueron dejados de lado por los británicos y los franceses. Durante la década de 1700, Gran Bretaña y Francia se industrializaron, emergieron como las potencias mundiales más fuertes y pasaron los siguientes 100 años luchando por el dominio. Las ventajas de Francia fueron su ubicación central en Europa, su gran población y su rica agricultura. Las ventajas de Gran Bretaña fueron su ubicación en la isla (no ha sido invadida con éxito en los tiempos modernos), un desarrollo industrial más fuerte y una armada fuerte.

    La mejora de la productividad agrícola en los años 1600 y 1700 aumentó el suministro de alimentos y las poblaciones europeas, y las revoluciones industriales y científicas aumentaron su liderazgo en la tecnología militar, lo que llevó a batallas desequilibradas entre armas pequeñas y artillería europeas de rápida mejora frente a la tecnología tradicional de baja tecnología armas en todo el mundo. La revolución industrial también aumentó la competencia europea por los territorios de ultramar, las materias primas, los mercados cautivos y la mano de obra barata. El resultado fue la absoluta toma de posesión o dominación en los 1700 y 1800 de prácticamente todo el mundo. La llamada 'lucha por África' a finales del siglo XIX fue particularmente flagrante, con las potencias europeas dibujando líneas fronterizas rectas en mapas con total ignorancia y desprecio por los que vivían los pueblos donde y a veces sin siquiera conocer la ubicación real de los hitos. Las fronteras artificiales resultantes dividieron a las poblaciones y colocaron enemigos tradicionales en un mismo país, mientras que el comercio cautivo de sistemas económicos mercantilistas distorsionó las economías locales en favor de los cultivos de exportación y minerales. Esas decisiones siguen afectando hoy a estas naciones en forma de conflicto étnico y dependencia de las exportaciones de la era colonial.

    Las guerras en este periodo estuvieron limitadas en tiempo y alcance por el lento transporte y los recursos materiales y humanos restringidos, la falta de motivación de los ejércitos mercenarios y la falta de voluntad de los gobernantes para entablar una guerra total contra otros monarcas que a veces eran parientes. Había varias grandes potencias (es decir, aquellas con grandes poblaciones y territorio, una fuerte economía militar y fuerte) compitiendo en este ambiente multipolar. Se dedicaron a alianzas en constante cambio y guerras constantes. Gran Bretaña ganó la Guerra de los Siete Años contra Francia y sus otros rivales en 1763. Los franceses devolvieron el golpe al ayudar a las colonias americanas británicas a independizarse en la década de 1780 Sin embargo, tras la sangrienta Revolución Francesa y el ascenso de Napoleón, conquistas internacionales y eventual derrota a principios del siglo XIX, Gran Bretaña volvió a emerger como la potencia mundial más fuerte.

    El músculo manufacturero, financiero y naval de Gran Bretaña resultó en que ganara la mayor parte de colonias y comercio en todo el mundo, con Francia en segundo lugar y otros con acciones más pequeñas. Para 1900, Gran Bretaña controlaba una cuarta parte del mundo. En Asia, sostuvieron lo que hoy son India, Pakistán, Bangla Desh, Sri Lanka, Myanmar, Malasia, Hong Kong y Singapur, además de derechos especiales en partes de China. En Oriente Medio, controlaban Egipto y el crucial Canal de Suez. Ellos sostuvieron a Canadá y Australia. En África, sostuvieron Nigeria, Sudán, Tanzania, Zimbabue, Kenia, Botsuana y Sudáfrica. (“El sol nunca se pone en el imperio británico”.)

    Francia celebró gran parte del norte de África (Argelia, Túnez, Marruecos), gran parte de África Central (hoy Costa de Marfil, Níger, Burkina Faso, Mauritania, República Centroafricana, Chad, Malí, Senegal, etc.), Madagascar y lo que hoy es Laos, Vietnam y Camboya. En menor escala, los holandeses tenían Indonesia y los portugueses tenían Angola, Mozambique y algunos puertos pequeños. En tanto, a principios del siglo XIX los españoles perdieron sus colonias en América Latina a causa de revoluciones locales.


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