2.2: Crecimiento en el Peso Corporal
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Visión general del crecimiento en el peso corporal
El recién nacido promedio pesa aproximadamente 7.5 libras, aunque un peso saludable al nacer para un bebé a término se considera entre 5 libras, 8 onzas (2,500 gramos) y 8 libras, 13 onzas (4,000 gramos). Durante los primeros días de vida, los bebés suelen perder alrededor del 5 por ciento de su peso corporal a medida que eliminan los desechos y se acostumbran a alimentarse. Esta pérdida de peso es temporal, y va seguida de un rápido periodo de crecimiento. Para cuando los bebés tienen 4 meses de edad, su peso al nacer generalmente se ha duplicado, y en un año su peso se ha triplicado. A los dos años, su peso se ha cuadruplicado. La figura\(\PageIndex{1}\) muestra este rápido crecimiento en peso para las hembras desde el nacimiento hasta los 24 meses de edad
Bajo peso al nacer
Los pesos al nacer varían, pero un peso al nacer demasiado bajo puede afectar negativamente el desarrollo del niño. El bajo peso al nacer (LBW) se define como un peso al nacer inferior a 2,500 gramos o 5 libras, 8 onzas independientemente de la edad gestacional. El peso muy bajo al nacer (VLBW) es inferior a 1,500 gramos o 3 libras, 5 onzas y el peso al nacer extremadamente bajo (ELBW) es inferior a 1,000 gramos o 2 libras, 3 onzas (Organización Mundial de la Salud, 2004). El LBW es un tema crítico, ya que el porcentaje de niños con un LBW varía mucho entre países y entre grupos raciales/étnicos dentro del mismo país, y está relacionado con posibles desafíos de desarrollo a largo plazo.
En Estados Unidos el porcentaje de bebés nacidos con un LBW fue de 8.31% para 2019, un incremento no significativo con respecto a 2018 (8.28%) con mujeres negras (14.15%) e hispanas/latinas (7.55%) con mayor probabilidad de tener hijos con un LBW en comparación con las mujeres blancas (6.89%) (Martin et al., 2021). A nivel mundial, se estima que entre el 14 y el 20% de todos los nacimientos, o más de 20 millones de recién nacidos anualmente, son LBW. La figura\(\PageIndex{1}\) muestra estimaciones nacionales y regionales de la prevalencia de bajo peso al nacer en 2015. El estudio específico de estos datos se deriva de la prevalencia global estimada de LBW en 14.6% (Blencowe et al, 2019). Los datos de este estudio también encuentran diferencias importantes entre países. Se estima que 5.4% de los bebés nacen con BPN en Asia Oriental, 14% en África Subsahariana y hasta 26% en el sur de Asia. Los países de ingresos bajos y medios representan un número desproporcionado de recién nacidos con BPN, ya que más del 95% de los recién nacidos con BPN del mundo nacen en países de ingresos bajos y medios. La figura\(\PageIndex{2}\) muestra el porcentaje de cambio en el LBW de 2000 a 2015. A nivel mundial y en diferentes regiones, el porcentaje de LBW tiene una tendencia a la baja. Por ejemplo, en el sur de Asia, el porcentaje de infantes LBW en 2000 fue de 32.3%, pero bajó a 26.4% en 2015. [2]
Si bien existe una tendencia global a la baja para los bebés que nacen con un LBW, algunos países han experimentado un aumento. México es un país de la parte sur de América del Norte que está conformado por 32 estados. La incidencia de LBW en México, a nivel nacional, aumentó de 6.2% en 2008 a 7.1% en 2017. Como\(\PageIndex{4}\) muestra la Figura, a nivel estatal, la Ciudad de México reportó la mayor incidencia seguida por los estados del sureste y centro (Estado de México, Aguascalientes y Yucatán); sin embargo, los estados con mayor incremento se localizan en el norte del país (Baja California Sur, Nuevo León y Zacatecas) . [5]
El LBW es un desafío sustancial de salud pública en todos los países, asociado a una variedad de desafíos potenciales de desarrollo (Evensen et al., 2020; Longo et al., 2021; Van de Pol & Allegaert, 2020). Más del 80% de las muertes neonatales son en recién nacidos LBW (Blencowe et al., 2012; Katz et al., 2013; Lee et al., 2013). Los recién nacidos LBW también tienen un mayor riesgo de retraso en el crecimiento en la infancia y desafíos de desarrollo y salud física a largo plazo (Blencowe et al., 2013; Christian et al., 2013). Aproximadamente 5— 10% de todos los bebés VLBW presentan grandes desafíos motores, mientras que 25-50% tienen desafíos cognitivos, conductuales y/o de atención. Adicionalmente, el LBW, especialmente el ELBW, se asocia con dificultades cognitivas, lingüísticas, funcionales ejecutivas y de aprendizaje a largo plazo (Aarnoudse-Moens et al., 2009; Barre et al., 2011; Blasco et al., 2020; Grunau, Whitfield & Davis, 2002; Marchman et al., 2019; Squarza et al., 2016; Zerbeto, Cortelo & Filho, 2015). [7] [8]
El LBW es un tema crítico para que los cuidadores de bebés y niños pequeños estén al tanto porque las experiencias que tienen los niños con LBW durante los primeros tres años pueden reducir potencialmente la gravedad de los desafíos del desarrollo. Por ejemplo, cuando los bebés LBW experimentan altos niveles de cuidado sensible, mejoran sus habilidades de función ejecutiva más rápido y alcanzan a compañeros que no son LBW en habilidades de función ejecutiva a los cinco años de edad (Camerota et al., 2015). En contraste, cuando los infantes LBW experimentan un cuidado sensible inferior al promedio, continúan mostrando habilidades de función ejecutiva inferiores a lo largo de los primeros cinco años. La sensibilidad del cuidador se refiere al momento de la respuesta del cuidador a un niño y la capacidad de responder adecuadamente a las necesidades del niño. Además de la sensibilidad, la capacidad de respuesta también es una característica importante. El cuidado receptivo, o las interacciones en las que los cuidadores dan respuestas adecuadas a las señales de un niño, conducen a habilidades lingüísticas más fuertes en los niños pequeños con bajo peso (Madigan et al., 2015). El desarrollo del lenguaje en bebés LBW se mejora cuando los cuidadores responden y son sensibles en su cuidado y son elaborados en su comunicación (Loi et al., 2017; Spencer-Smith et al., 2019). [9]
[1] “Crecimiento y desarrollo físico en recién nacidos y niños pequeños” por: Tera Jones de Lumen Learning.
[2] Cutland et al., (2017). Bajo peso al nacer: Definición de casos y pautas para la recolección de datos, análisis y presentación de datos de seguridad de inmunización materna. Vacuna, 35 (48Parte A), 6492.
[3] Imagen de Blencowe et al., (2019). Estimaciones nacionales, regionales y mundiales de bajo peso al nacer en 2015, con tendencias a partir del año 2000: Un análisis sistemático. La Lancet Salud Global, 7 (7), e849-e860. CC por 4.0
[4] Imagen de Blencowe et al., (2019). Estimaciones nacionales, regionales y mundiales de bajo peso al nacer en 2015, con tendencias a partir del año 2000: Un análisis sistemático. La Lancet Salud Global, 7 (7), e849-e860. CC por 4.0
[5] Ancira-Moreno et al., (2021). Incidencia de bajo peso al nacer en México: Estudio descriptivo retrospectivo 2008-2017. Plos uno, 16 (9), e0256518. CC por 4.0
[6] Imagen de Ancira-Moreno et al., (2021). Incidencia de bajo peso al nacer en México: Estudio descriptivo retrospectivo 2008-2017. Plos uno, 16 (9), e0256518. CC por 4.0
[7] Blencowe et al., (2019). Estimaciones nacionales, regionales y mundiales de bajo peso al nacer en 2015, con tendencias a partir del año 2000: Un análisis sistemático. La Lancet Salud Global, 7 (7), e849-e860. CC por 4.0
[8] Longo, et al., (2021). Resultado neuroevolutivo de recién nacidos prematuros de muy bajo peso al nacer ingresados en un centro terciario italiano durante un periodo de 11 años. Informes Científicos, 11 (1), 1-10.
[9] Scherer et al., (2019). La relación entre el cuidado receptivo y los resultados del niño: evidencia a partir de observaciones directas de díadas madre-hijo en Pakistán. BMC Salud Pública, 19 (1), 1-10. CC por 4.0