La memoria es un término único que refleja una serie de habilidades diferentes: retener información brevemente mientras se trabaja con ella (memoria de trabajo), recordar episodios de la propia vida y nuestro conocimiento general de hechos del mundo entre otros tipos. La memoria implica tres procesos:
- Codificar información: atender la información y relacionarla con aprendizajes pasados
- Almacenamiento — mantener la información a lo largo del tiempo
- Recuperar: acceder a la información cuando la necesite
El modelo de procesamiento de información de la memoria es una manera útil de representar cómo la información del mundo se integra con las redes de conocimiento de la información que ya existen en nuestra mente.
La memoria sensorial es la parte del sistema de memoria en la que la información se traduce de la energía física a señales neuronales. Esto es parte del proceso de codificación. Recibimos información de nuestro entorno y debemos percibirla y atenderla antes de que pueda pasar a nuestra memoria de trabajo.
La memoria a corto plazo (memoria de trabajo) es la parte del sistema de memoria en la que la información puede almacenarse temporalmente en el estado actual de conciencia. Este tipo de memoria está limitada a 7 elementos de capacidad y de 7 a 30 segundos de duración en promedio.
La memoria a largo plazo es la parte del sistema de memoria en la que la información puede almacenarse permanentemente durante un período prolongado de tiempo. Tiene una capacidad grande a ilimitada y una duración que puede durar de minutos a toda la vida.
La memoria semántica es el tipo de memoria a largo plazo sobre hechos, ideas o conceptos generales que no están asociados con las emociones y la experiencia personal.
La memoria episódica es un tipo de memoria a largo plazo sobre eventos que tienen lugar en un momento y lugar específicos de la vida de una persona. Esta memoria se contextualiza (es decir, dónde, quién, cuándo, por qué) en relación con los acontecimientos y lo que significan emocionalmente para un individuo.
Las fallas de memoria pueden ocurrir en cualquier etapa, llevando al olvido o a tener recuerdos falsos. La clave para mejorar la memoria es mejorar los procesos de codificación y utilizar técnicas que garanticen una recuperación efectiva. Las buenas técnicas de codificación incluyen relacionar nueva información con lo que ya se sabe, formar imágenes mentales y crear asociaciones entre información que necesita ser recordada. La clave para una buena recuperación es desarrollar señales efectivas que lleven a la persona de regreso a la información codificada. Los sistemas mnemotécnicos clásicos pueden mejorar en gran medida las habilidades de memoria.
Memoria y Cultura
Debería ser obvio, después de enterarse de la memoria episódica que muchos de nuestros recuerdos son personales y únicos para nosotros pero los psicólogos e investigadores culturales han descubierto que la edad promedio de los primeros recuerdos varía hasta dos años entre diferentes culturas. Los investigadores creen que la enculturación y los valores culturales influyen en los recuerdos infantiles. Por ejemplo, la forma en que los padres y otros adultos discuten, o no discuten, los eventos en la vida de los niños influye en la forma en que los niños luego recordarán esos eventos.
Mullen (1994) encontró que los recuerdos de los estudiantes universitarios asiáticos y asiático-americanos, en promedio, ocurrieron seis meses después que los recuerdos de los estudiantes caucásicos. Estos resultados se repitieron en una muestra de participantes nativos coreanos, solo que esta vez las diferencias fueron aún mayores. La diferencia entre los participantes caucásicos y los participantes nativos coreanos fue de casi 16 meses. Hayne (2000) también encontró que los primeros recuerdos de los adultos asiáticos fueron posteriores a los de los caucásicos, pero los recuerdos de los adultos maoríes (población nativa de Nueva Zelanda) llegaron incluso más atrás a alrededor de los tres años. Estos resultados no significan que los caucásicos o los maoríes tengan mejores recuerdos que los asiáticos, sino que las personas tengan los tipos de recuerdos que necesitan para llevarse bien en el mundo en el que habitan; los recuerdos existen dentro del contexto cultural. Por ejemplo, la cultura maorí se centra en la historia personal y las historias en mayor grado que la cultura estadounidense y la cultura asiática. Las diferencias en la memoria también podrían explicarse por los valores de las culturas individualistas y colectivistas. Las culturas individualistas tienden a orientarse de manera independiente con énfasis en destacar y ser únicas. La armonía interpersonal y hacer que el grupo funcione es el énfasis de las culturas colectivistas y la forma en que las personas se conectan entre sí es con menos frecuencia a través del intercambio de recuerdos de eventos personales. En algunas culturas, la memoria personal no es tan importante como lo es para las personas de culturas individualistas.
