6.10: Reducir el sesgo y la desigualdad de género
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La desigualdad de género basada en el sesgo de género se encuentra en diversos grados en la mayoría de las sociedades alrededor del mundo, y Estados Unidos no es la excepción. Como cultura individualista, los norteamericanos creen que las personas deben ser libres de perseguir cualquier responsabilidad familiar y profesional que deseen, pero la inculturación y los estereotipos se combinan para limitar la capacidad de niñas y niños y mujeres y hombres por igual para imaginar posibilidades menos tradicionales.
Como aprendimos en capítulos anteriores, las atribuciones sesgadas conducen a estereotipos negativos y discriminación pero ser consciente de tus prejuicios personales, así como situaciones o contextos en los que experimentas sesgo ayuda a reducir la cultura. Es importante recordar que los sesgos no son permanentes y pueden moldearse y cambiarse para limitar su impacto en nuestros pensamientos y comportamientos (Dasgupta, 2013). Además de la autoconciencia, demostrar empatía (comprender y compartir los sentimientos de otra persona) y tomar una perspectiva culturalmente relativista es otra forma de reducir el sesgo de género. Cuando consideramos las experiencias de personas que son diferentes a nosotros, es menos probable que hagamos juicios negativos y precipitados. Desafiar y corregir los estereotipos de género en las actividades cotidianas es otra manera de reducir el sesgo de género como individuos.
Para reducir aún más la desigualdad de género a nivel sistémico o global, las culturas deben trabajar para reducir la mortalidad infantil y materna, cerrar las brechas en la atención de la salud y la educación entre las niñas e incrementar las oportunidades de empleo y salarios dignos para hombres y mujeres (Foro Económico Mundial, 2019). Una mayor aplicación de las leyes existentes contra la discriminación laboral basada en el género y contra el acoso sexual también reducirá la desigualdad de género y sexualidad en el lugar de trabajo. La globalización y la transmisión cultural han facilitado mejoras en la desigualdad de género, pero se puede hacer más para desafiar las posibilidades tradicionales y aumentar las oportunidades tanto para mujeres como para hombres.