Algunos de los principios morales más importantes y fundamentales parecen estar universalmente sostenidos por todas las personas en todas las culturas y no cambian con el tiempo. Se ha encontrado que a partir de aproximadamente los 10 años, los niños en la mayoría de las culturas llegan a creer sobre la moral basada en el daño, que dañar a otros, ya sea físicamente o violando sus derechos, es incorrecto (Helwig & Turiel, 2002). Algunas investigaciones sugieren que el desarrollo de la moral comienza mucho antes en el desarrollo humano. Hamlin y sus colegas utilizaron un juego de moralidad de títeres en un experimento con bebés y niños pequeños que encontró que los niños preferían a las personas que ayudan a otros a alcanzar una meta (comportamientos prosociales) y evitaban a las personas que eran dañinas, o que se interponen en el camino de que otros alcancen una meta. Ya a los 3 meses de edad, los humanos están evaluando los comportamientos de otros y asignando un valor positivo a comportamientos cooperativos útiles (Hamlin et al., 2007; Hamlin & Wynn, 2011) y valores negativos a comportamientos dañinos o egoístas. Estos principios fundamentales y universales de moralidad incluyen los derechos individuales, la libertad, la igualdad, la autonomía y la cooperación.
La teoría que tiene el apoyo empírico más intercultural es Stages of Moral Development de Kohlberg, una teoría del desarrollo cognitivo inspirada en la obra de Piaget. El desarrollo moral se refiere a los cambios en las creencias morales a medida que una persona envejece y gana madurez.
Según la teoría de Kohlberg, la moralidad se basa en el concepto de igualdad y reciprocidad de ayuda que se puede predecir a ciertas edades. Para desarrollar esta teoría, Kohlberg planteó dilemas morales a personas de todas las edades; sin embargo, todos eran blancos, varones de Estados Unidos. Uno de los dilemas morales más conocidos de Kohlberg se conoce comúnmente como el dilema de Heinz y se les pidió a los participantes que decidieran qué debía hacer Heinz.
En Europa, una mujer estaba cerca de morir por un tipo especial de cáncer. Había una droga que el médico pensó que podría salvarla. Era una forma de radio que un farmacéutico de la misma localidad había descubierto recientemente. El medicamento era caro de fabricar, pero el farmacéutico estaba cobrando diez veces lo que costaba hacer el medicamento. Pagó 200 dólares por el radio y cobró 2000 dólares por una pequeña dosis del medicamento. El marido de la mujer enferma, Heinz, acudió a todos los que conocía a pedir prestado el dinero, pero sólo pudo reunirse unos 1000 dólares, que es la mitad de lo que costaba. Le dijo al farmacéutico que su esposa se estaba muriendo y le pidió que lo viera más barato o que le dejara pagar más tarde. El farmacéutico dijo: “No, descubrí la droga y voy a ganar dinero con ella”. Entonces, Heinz se desesperó e irrumpió en la tienda del hombre para robarle la droga a su esposa. ¿Debería haber hecho eso el marido? (Kohlberg, 1969, p. 379).
Después de presentar este y otros dilemas morales, Kohlberg revisó las respuestas de las personas. A Kohlberg no le interesaba si los participantes respondían sí o no al dilema sino que le interesaba el razonamiento detrás de su respuesta. Dependiendo de la justificación, Kohlberg colocó a las personas en diferentes etapas de razonamiento moral. Kohlberg identificó tres niveles principales de razonamiento moral:
- Preconvencional
- Convencional
- Post-convencional
Cada nivel está asociado con etapas cada vez más complejas de desarrollo moral y cognitivo. Según Kohlberg, un individuo avanza de la capacidad de moralidad preconvencional (antes de los 9 años) a la capacidad de moralidad convencional (adolescencia temprana), y hacia la consecución de la moralidad posconvencional (una vez que se alcanza el pensamiento operativo formal), que solo unos pocos logran plenamente. Kohlberg colocó respuestas que reflejaban el razonamiento de que Heinz debería robar la droga porque la vida de su esposa es más importante que el farmacéutico ganando dinero en la etapa más alta. El valor de una vida humana anula la codicia del farmacéutico. Es importante darse cuenta de que incluso aquellas personas que tienen las razones más sofisticadas y post-convencionales para algunas elecciones pueden tomar otras decisiones para evitar meterse en problemas (por ejemplo, razones preconvencionales).
