12.S: Resumen del Capítulo

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Revisión de Puntos Clave

Erikson nunca supo quién era su padre, y su relación con su madre nunca fue segura. Este desafío a su propia identidad lo llevó a enfocar gran parte de su carrera en el desarrollo de la identidad.
La teoría de Erikson era epigenética, en el sentido de que creía que las personas progresaban por una serie predecible de etapas psicológicas.
En cada etapa, hay una crisis psicosocial única y crítica.
El juego es el camino real para comprender el ego del niño pequeño, según Erikson.
Antes de desarrollar completamente su teoría, Erikson confirmó muchas de sus observaciones en distintas culturas, entre ellas dos tribus nativas americanas (sioux y yurok).
Erikson describió ocho etapas de desarrollo: confianza vs. desconfianza; autonomía vs vergüenza/duda; iniciativa vs. culpa; industria vs. inferioridad; identidad vs. difusión/confusión de roles; intimidad vs aislamiento; generatividad vs. estancamiento/autoabsorción; e integridad vs. desesperación.
Cada una de las ocho etapas se asocia con una fuerza particular: esperanza, voluntad, propósito, competencia, fidelidad, amor, cuidado, sabiduría.
En ocasiones, los adultos jóvenes tomarán una moratoria durante su búsqueda de una identidad.
Joan Erikson propuso una novena etapa de desarrollo cuando la muerte es inminente: la desesperación vs. la gerotrascendencia.
La identidad se desarrolla en relación con el entorno y la cultura propios. Por lo tanto, implica la relatividad psicosocial.
Los individuos que pierden el sentido de la similitud personal y la continuidad histórica pueden enfrentar una crisis de identidad.
Tanto la proporción de donde uno cae en cada continuo de una crisis psicosocial como la posibilidad de adoptar una identidad negativa son desafíos para la formación sana de la identidad.
Erikson creía que los importantes desafíos a los que se enfrentaban los jóvenes negros que intentaban encontrar una identidad en Estados Unidos, su desconexión tanto de su herencia africana como de la mayoría blanca en Estados Unidos, los llevaron a adoptar una identidad negativa. Se puede encontrar evidencia en el movimiento de algunos jóvenes negros hacia la Nación del Islam y las Panteras Negras durante la década de 1960.
La familia es una institución social integral en todas las culturas. Así, la psicología familiar puede desempeñar un papel importante para ayudar a los individuos a recuperarse de las crisis de identidad.
La edad adulta es un tiempo de continuo desarrollo psicológico, con sus propias crisis psicosociales únicas. La forma de estas crisis, sin embargo, varía drásticamente de una cultura a otra.
En todas las culturas, las actividades primarias de la edad adulta, alrededor de las cuales giran las crisis psicosociales, son el trabajo y el amor.
Los individuos muy viejos aún pueden ser productivos y creativos. La vejez también es un momento importante para que los abuelos comuniquen un sentido de continuidad, un vínculo generacional, a sus nietos.
Kubler-Ross describió cinco etapas que ocurren durante el proceso de muerte: negación y aislamiento, ira, negociación, depresión y aceptación. Desafortunadamente, muchas personas nunca llegan a la etapa de aceptación.
Ante la muerte misma, quienes han logrado la aceptación pueden trascender la vida, y morir en paz. Muchas culturas no occidentales tienen actitudes diferentes con respecto a la muerte, y son capaces de facilitar la aceptación mucho más fácilmente.