13.1: Preludio a Carl Jung

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Jung siempre ha sido polémico y confuso. Su mezcla de psicología y religión, así como su apertura a diferentes filosofías religiosas y espirituales, no fue fácil de aceptar para muchos psiquiatras y psicólogos que intentaban perseguir una explicación puramente científica de la personalidad y la enfermedad mental. Quizás nadie estaba más molesto que Freud, cuya actitud hacia Jung cambió drásticamente en tan solo unos años. En 1907, Freud escribió una carta a Jung en la que Freud ofrecía grandes elogios:

... ya reconocí... sobre todo que tu persona me ha llenado de confianza en el futuro, que ahora sé que soy prescindible como todos los demás, y que no deseo que nadie más ni mejor que tú continúe y complete mi trabajo. (página 136; citada en Wehr, 1989)

En 1910, esperando que otros también apoyaran a Jung, Freud le escribió a Oskar Pfister:

Espero que apoyen lealmente a Jung, quiero que adquiera la autoridad que le dará derecho a liderar todo el movimiento. (página 136; citada en Wehr, 1989)

Sin embargo, en un cambio dramático apenas tres años después, Freud le escribió a Jung:

Te sugiero que renunciemos por completo a nuestra relación privada. Por esto no pierdo nada, ya que desde hace mucho tiempo he estado atado a ti emocionalmente solo por el delgado hilo de decepciones previamente experimentadas.... Ahorrame los supuestos “deberes de la amistad”. (página 136; citada en Wehr, 1989)

Posteriormente, en 1922, Freud agradeció a Oskar Pfister su ayuda para tratar de eliminar la influencia de Jung en la comunidad psicoanalítica:

Con su despido cada vez más minucioso y cada vez más claramente demostrado de Jung y Adler, desde hace mucho tiempo me ha dado una gran satisfacción. (página 136; citada en Wehr, 1989)

¿Quién fue este hombre que inspiró una confianza tan profunda de Sigmund Freud, solo para luego inspirar tal desprecio? ¿Y sus teorías eran tan difíciles de aceptar para la comunidad psicodinámica, o la psicología en general? Ojalá, este capítulo comience a responder esas preguntas. Como evidencia de su carácter, y a diferencia de Freud, Jung no le dio la espalda a su ex mentor. Después de la muerte de Freud en 1939, y más tarde en 1957, Jung escribió lo siguiente:

[La obra de Freud fue]... seguramente el intento más audaz jamás realizado sobre la base aparentemente sólida del empirismo de dominar el enigma de la psique inconsciente. Para nosotros, los jóvenes psiquiatras, fue fuente de iluminación... (pg. 29; citado en Wehr, 1989)

... A pesar de la rotunda censura que sufrí a manos de Freud, no puedo, ni siquiera a pesar de mi resentimiento hacia él, dejar de reconocer su importancia como analista crítico de la cultura y como pionero en el campo de la psicología. (página 39; citada en Wehr, 1989)