8.2: Resumen y Autotest- Autismo

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Resumen

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del desarrollo que suele surgir dentro de los primeros tres años y persiste a lo largo de la vida del individuo. Hay tres categorías generales de síntomas de TEA: presencia de profundas dificultades en las interacciones sociales y comunicación, combinadas con la presencia de intereses repetitivos o restringidos, cogniciones y comportamientos. Existe una amplia variedad de combinaciones de síntomas que pueden estar presentes para las personas con TEA.

Anteriormente, el DSM-IV-TR incluía el autismo bajo una categoría diagnóstica más amplia llamada Trastornos generalizados del desarrollo. Sin embargo, con base en la investigación y la experiencia clínica, los trastornos separados se colapsaron en un solo diagnóstico para DSM-5 (TEA).

En Canadá, 1 de cada 66 niños y jóvenes (5-17 años) son diagnosticados con TEA, lo que lo convierte en uno de los trastornos del desarrollo más comunes. Los varones tienen cuatro veces más probabilidades de recibir un diagnóstico de TEA.

La percepción social básica es un bloque de construcción importante para comportamientos sociales más sofisticados, como pensar en las emociones y motivaciones de los demás. Debido a las dificultades sociales que caracterizan a los TEA, el funcionamiento del cerebro social es de gran interés para los investigadores del autismo.

A la fecha, las áreas más investigadas del cerebro social en TEA son el surco temporal superior (STS), que subyace a la percepción e integración del movimiento biológico, y la circunvolución fusiforme (FG), que sustenta la percepción facial. Muy temprano en la vida, los niños con TEA muestran una menor sensibilidad al movimiento biológico y carecen de la atención a los rostros humanos que poseen los bebés no TEA.

Debido a las muchas posibles combinaciones de síntomas de TEA, la identificación de distintos subgrupos (neurológicos) dentro del espectro autista permitiría una exploración más precisa y detallada de las diferencias individuales entre los tipos de TEA.

Es particularmente importante diagnosticar y tratar el TEA temprano en la vida. La falta de predictores confiables durante el primer año de vida es un impedimento para esta intervención temprana. El tratamiento a menudo se retrasa por 2 o más años.