¿Qué es la ciencia? Para algunos, la ciencia se refiere a cursos difíciles de nivel secundario o universitario como física, química y biología pensados solo para los estudiantes más brillantes. Para otros, la ciencia es un oficio practicado por científicos en batas blancas utilizando equipos especializados en sus laboratorios. Etimológicamente, la palabra “ciencia” se deriva del vocablo latino scientia que significa conocimiento. La ciencia se refiere a un cuerpo de conocimiento sistemático y organizado en cualquier área de investigación que se adquiere utilizando “el método científico” (el método científico se describe más adelante). La ciencia puede agruparse en dos amplias categorías: ciencias naturales y ciencias sociales. La ciencia natural es la ciencia de los objetos o fenómenos naturales, como la luz, los objetos, la materia, la tierra, los cuerpos celestes o el cuerpo humano. Las ciencias naturales se pueden clasificar aún más en ciencias físicas, ciencias de la tierra, ciencias de la vida y otras. Las ciencias físicas consisten en disciplinas como la física (la ciencia de los objetos físicos), la química (la ciencia de la materia) y la astronomía (la ciencia de los objetos celestes). Las ciencias de la tierra consisten en disciplinas como la geología (la ciencia de la tierra). Las ciencias de la vida incluyen disciplinas como la biología (la ciencia de los cuerpos humanos) y la botánica (la ciencia de las plantas). En contraste, la ciencia social es la ciencia de las personas o colecciones de personas, como grupos, empresas, sociedades o economías, y sus comportamientos individuales o colectivos. Las ciencias sociales pueden clasificarse en disciplinas como la psicología (la ciencia de los comportamientos humanos), la sociología (la ciencia de los grupos sociales) y la economía (la ciencia de las empresas, los mercados y las economías).
Las ciencias naturales son diferentes de las ciencias sociales en varios aspectos. Las ciencias naturales son muy precisas, precisas, deterministas e independientes de la persona que realiza las observaciones científicas. Por ejemplo, un experimento científico en física, como medir la velocidad del sonido a través de un determinado medio o el índice de refracción del agua, siempre debe producir exactamente los mismos resultados, independientemente del momento o lugar del experimento, o de la persona que realice el experimento. Si dos estudiantes que realizan el mismo experimento de física obtienen dos valores diferentes de estas propiedades físicas, entonces generalmente significa que uno o ambos de esos estudiantes deben estar en error. Sin embargo, no puede decirse lo mismo de las ciencias sociales, que tienden a ser menos precisas, deterministas o inequívocas. Por ejemplo, si mides la felicidad de una persona usando un instrumento hipotético, puedes encontrar que la misma persona está más feliz o menos feliz (o triste) en días diferentes y a veces, en diferentes momentos del mismo día. La felicidad de uno puede variar dependiendo de las noticias que esa persona recibió ese día o de los eventos que ocurrieron antes durante ese día. Además, no hay un solo instrumento o métrica que pueda medir con precisión la felicidad de una persona. De ahí que un instrumento pueda calibrar a una persona como “más feliz”, mientras que un segundo instrumento puede encontrar que la misma persona es “menos feliz” en el mismo instante en el tiempo. Es decir, hay un alto grado de error de medición en las ciencias sociales y hay una incertidumbre considerable y poca concordancia en las decisiones de política de ciencias sociales. Por ejemplo, no encontrarás muchos desacuerdos entre los científicos naturales sobre la velocidad de la luz o la velocidad de la tierra alrededor del sol, pero encontrarás numerosos desacuerdos entre los científicos sociales sobre cómo resolver un problema social como reducir el terrorismo global o rescatar una economía de una recesión. Cualquier estudiante que estudie las ciencias sociales debe ser consciente y cómodo manejando mayores niveles de ambigüedad, incertidumbre y error que vienen con tales ciencias, lo que simplemente refleja la alta variabilidad de los objetos sociales.
Las ciencias también pueden clasificarse en función de su propósito. Las ciencias básicas, también llamadas ciencias puras, son aquellas que explican los objetos y fuerzas más básicos, las relaciones entre ellos y las leyes que los rigen. Los ejemplos incluyen la física, las matemáticas y la biología. Las ciencias aplicadas, también llamadas ciencias prácticas, son ciencias que aplican el conocimiento científico a partir de las ciencias básicas en un entorno físico. Por ejemplo, la ingeniería es una ciencia aplicada que aplica las leyes de la física y la química para aplicaciones prácticas como construir puentes más fuertes o motores de combustión eficientes en combustible, mientras que la medicina es una ciencia aplicada que aplica las leyes de la biología para resolver dolencias humanas. Tanto las ciencias básicas como las aplicadas son necesarias para el desarrollo humano. Sin embargo, las ciencias aplicadas no pueden valerse por derecho propio, sino que dependen de las ciencias básicas para su progreso. Por supuesto, la industria y las empresas privadas tienden a enfocarse más en las ciencias aplicadas dado su valor práctico, mientras que las universidades estudian tanto las ciencias básicas como las aplicadas.
