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1.2: ¿Cómo llegan los filósofos a la verdad?

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    Objetivos de aprendizaje

    Al final de esta sección, podrás:

    • Identificar métodos filosóficos de indagación.
    • Explicar el papel de las consecuencias lógicas en la valoración de una posición filosófica.
    • Definir el análisis conceptual, la coherencia, el argumento, la intuición y la filosofía experimental.
    • Explicar la importancia de las compensaciones en el establecimiento de una posición filosófica.

    Hemos visto algunos ejemplos de cómo surgió la filosofía en la antigüedad, su relación con la filosofía natural y la ciencia moderna, y un objetivo de la filosofía, específicamente, proporcionar una historia coherente de cómo el mundo tal como nos parece se puede explicar de una manera que también tenga sentido de lo que nos dicen las ciencias. En esta sección, describimos con mayor detalle las estrategias y herramientas específicas que utilizan los filósofos para llegar a la verdad.

    Fuentes de Evidencia

    A pesar de que la filosofía no es una ciencia empírica, las afirmaciones filosóficas requieren evidencia, y los filósofos deben tener razones para las afirmaciones que hacen. Hay muchos tipos diferentes de evidencia filosófica, algunas de las cuales siguen.

    Historia

    Una fuente básica pero subestimada de evidencia en la filosofía es la historia de la filosofía. Como ya hemos visto, el pensamiento filosófico tiene sus orígenes en todo el mundo, desde el inicio de la historia registrada. Los filósofos históricos, los sabios, los filósofos naturales y los pensadores religiosos suelen ser una fuente de perspicacia, inspiración y argumento que puede ayudarnos a comprender las cuestiones filosóficas contemporáneas. Por ejemplo, los griegos reconocieron desde el principio que existe una diferencia entre la forma en que usamos el lenguaje para hablar de las cosas, con términos genéricos que se aplican a muchas cosas diferentes al mismo tiempo (como gato, árbol o casa), y las cosas tal como realmente existen, es decir, como seres u objetos específicos, individuales. Los filósofos preguntan, ¿cuál es la relación entre los términos generales que utilizamos y las cosas específicas que existen en el mundo? Este tipo de preguntas es una cuestión filosófica perenne. Los filósofos de hoy tienen su propia respuesta a este tipo de preguntas, y sus respuestas a menudo responden y son informadas por el tratamiento histórico de estos temas.

    Un grabado impreso muestra un retrato de una persona vistiendo una peluca empolvada y un abrigo y chaleco con muchos botones. El retrato aparece en un marco ovalado sobre un pedestal que dice Jean Jacques Rousseau, Né à Gêneve en 1708.
    Figura 1.6 El filósofo europeo Jean-Jacques Rousseau influyó en el encuadre de la Constitución de los Estados Unidos. (crédito: “Jean Jacques Rousseau. Né en Genêve en 1708” de Maurice Quentin de La Tour/Biblioteca Pública de Nueva York)

    Si bien es posible esperar que las preguntas sobre el mundo natural cambien con el tiempo (y ciertamente han cambiado debido al progreso científico), las cuestiones de moralidad y organización social no cambian tanto. ¿Qué constituye la buena vida? ¿Cómo deben organizarse las comunidades para beneficiar a todos los miembros de esa comunidad? Este tipo de preguntas permanecen con nosotros a lo largo del tiempo. En Estados Unidos, es común que los líderes políticos apelen a los “padres fundadores” de la Constitución de Estados Unidos. Personas como Thomas Jefferson, Benjamin Franklin y George Washington fueron fuertemente influenciados por los primeros filósofos europeos modernos como John Locke, Jean-Jacques Rousseau y Thomas Hobbes. De manera similar, al actual líder chino, Xi Jinping, le gusta leer y citar al filósofo fundacional Confucio. La mayoría de los discursos de Xi incluyen citas de Confucio, y Xi enfatiza la importancia de leer filósofos clásicos chinos (Zhang 2015). Para los líderes políticos chinos, Confucio brinda un importante recordatorio del papel de la virtud y el sentido de pertenencia entre el pueblo chino. Existe una creencia generalizada entre la clase política china de que su herencia intelectual es un factor importante en su éxito político contemporáneo, de la misma manera que los líderes políticos estadounidenses rastrean su éxito hasta los padres fundadores. Dada la influencia de la filosofía en la historia del mundo, vale la pena comprometerse con los escritos de filósofos pasados para informar nuestra comprensión de las cuestiones filosóficas apremiantes de la actualidad.

    Intuición

    Una de las señas de identidad del pensamiento filosófico es la apelación a la intuición. Lo que los filósofos quieren decir hoy por intuición se remonta mejor a Platón, para quien la intuición (nous) implicaba una especie de comprensión de la naturaleza misma de las cosas. Esta noción ha tenido connotaciones religiosas, como si el conocimiento adquirido a través de la intuición fuera como vislumbrar la luz divina. Pero la intuición no tiene que implicar la fe. René Descartes definió la intuición de la siguiente manera: “Por intuición [quiero decir]. la concepción de una mente clara y atenta, que es tan fácil y distinta que no puede haber lugar a dudas sobre lo que estamos entendiendo” (Descartes 1985, 14). Este concepto de intuición es más claro en los ejemplos matemáticos. Es importante destacar que es bastante diferente de la forma en que muchas personas usan la palabra intuición hoy en día para significar algo como “instinto” o “presentimiento”. Cuando los filósofos hablan de intuición, significan algo mucho más definido. Considera la ecuación 2 + 2 = 4. Examina la ecuación en tu mente. ¿Podría ser falso? En tanto operemos bajo el supuesto de que estos números representan números de conteo, parece imposible que esta ecuación pueda ser falsa. Más que eso, hay una especie de claridad y certeza sobre la ecuación. No es sólo que hayas aprendido 2 + 2 = 4 por hábito. Podrías realizar fácilmente la operación de conteo en tu cabeza y verificar que la respuesta sea correcta. La verdad de esta oración matemática es tan clara que si resultara estar equivocada, tendrías que renunciar a las creencias centrales sobre la naturaleza de los números, la suma y la igualdad. Este tipo de claridad es un paradigma de intuición.

    La intuición opera en otros ámbitos además de las matemáticas, como en el uso del lenguaje. Por ejemplo, es obvio que un taburete de tres patas tiene tres patas o que el edificio más alto es más alto que cualquier otro edificio. Estas afirmaciones son verdaderas de una manera obvia que es similar a la oración matemática anterior. Podemos ramificarnos más, para decir, por ejemplo, que un camello es un mamífero. Podríamos saber intuitivamente que esta afirmación es cierta, pero también podemos reconocer que estamos en un terreno un poco menos seguro. Después de todo, si un camello es un mamífero se basa en cierta comprensión de la anatomía de un camello así como del sistema de clasificación biológica que asigna animales a diferentes clases. Por lo que la definición de camello como “mamífero” no es lo mismo que “un taburete de tres patas tiene tres patas”. Aquí, podemos ver que algunas afirmaciones son intuitivamente ciertas en virtud de su definición. Otros son intuitivamente ciertos en virtud de alguna operación mental que podemos realizar con mucha facilidad. Aún otros son intuitivamente ciertos en el sentido de que se basan en un cuerpo de conocimiento que es comúnmente aceptado y fundamental para nuestra comprensión del mundo.

    Hay muchos otros lugares fuera del análisis lingüístico puro y las matemáticas donde las intuiciones son útiles. Considera la moralidad: la proposición de que “es mejor ser bueno que ser malo” puede parecer similar a la afirmación de que “un taburete de tres patas tiene tres patas”, pero el primero introduce las palabras bueno y malo, que son términos tensos que producen desacuerdo entre las personas. No obstante, si bien puede ser difícil ponerse de acuerdo sobre lo que constituye “bueno” o “malo”, probablemente todos reconozcan que lo que sea bueno debería ser mejor que lo que es malo. Eso parece intuitivamente cierto. Sobre esta base, podríamos imaginar que hay verdades intuitivas incluso en la moralidad. A medida que ganamos confianza en la capacidad de la intuición para revelar la verdad, podríamos sentirnos tentados a extender aún más las intuiciones. No obstante, cuando las intuiciones se extienden a áreas donde no hay consenso sobre lo que es verdad, tenemos que ser cautelosos. En ese punto, podríamos estar usando el término intuición para defender la creencia o la perspectiva. Tales “intuiciones” no tienen la misma fuerza que la intuición que 2 + 2 = 4. No siempre es fácil distinguir entre intuiciones que son ciertas y evidentes y aquellas que son meras sensaciones o corazonadas; reconociendo que la distinción forma parte del saber hacer práctico que los filósofos intentan desarrollar.

    Sentido Común

    No debemos descuidar una tercera fuente de evidencia en la filosofía, a saber, el sentido común. La idea de sentido común se utiliza frecuentemente para describir un conjunto básico de hechos o conocimientos comunes que cualquier ser humano adulto debe poseer. Pero el sentido común rara vez se define. Cuando los filósofos hablan de sentido común, se refieren a afirmaciones específicas basadas en la percepción directa de los sentidos, que son ciertas en un sentido relativamente fundamental. En otras palabras, los defensores filosóficos del sentido común niegan que uno pueda ser escéptico de ciertas afirmaciones básicas de percepción de los sentidos.

    Famosamente, el filósofo británico de principios del siglo XX G. E. Moore argumentó que se podría dar una prueba perfectamente rigurosa del mundo externo simplemente haciendo el gesto apropiado hacia su mano derecha y diciendo: “Aquí hay una mano”. En tanto se conceda que la percepción sensorial de una mano es evidencia de la existencia de una mano y que existe tal cosa como una mano en el mundo externo, entonces se debe otorgar que hay un mundo externo. Tal argumento se basa en la idea de que el conocimiento de la existencia de las propias manos es algo que no necesita más pruebas; es algo que podemos saber sin pruebas. Esta idea no es algo que todos los filósofos aceptan, sino que es, en muchos casos, una importante fuente de evidencia en la indagación filosófica. En cierto punto, puede ser necesario dejar de exigir pruebas para las cosas que podemos ver claramente, como el hecho de que se trata de una mano (ya que sostenemos una mano frente a nuestras caras y la examinamos). El sentido común puede ser cuestionado por más interrogatorios filosóficos, pero el filósofo del sentido común puede responder que dicho interrogatorio es innecesario, excesivo, o pierde el punto.

    Filosofía Experimental

    La filosofía experimental es un movimiento relativamente reciente en filosofía por el cual los filósofos se involucran en métodos empíricos de investigación, similares a los utilizados por psicólogos o científicos cognitivos. La idea básica que motiva la filosofía experimental es que los filósofos utilicen términos y conceptos que puedan probarse en un laboratorio. Por ejemplo, cuando los filósofos hablan de libre albedrío, frecuentemente citan la idea de que el libre albedrío es necesario para asignar responsabilidad moral; así, la responsabilidad moral es una razón para creer en la existencia del libre albedrío. En consecuencia, podría preguntarse si la mayoría de la gente cree, de hecho, que la existencia del libre albedrío es necesaria para asignar responsabilidad moral. Esta afirmación puede probarse, por ejemplo, planteando problemas o escenarios a los sujetos de investigación y preguntándoles si la ausencia de libre elección elimina la responsabilidad moral. Estrategias similares se han aplicado a la causalidad, filosofía de la biología, conciencia, identidad personal, etc. En estas áreas, los filósofos utilizan métodos experimentales para averiguar qué piensa la gente promedio sobre temas filosóficos. Dado que el sentido común y la intuición ya son una fuente de evidencia en el razonamiento filosófico, tiene sentido confirmar que lo que los filósofos atribuyen al sentido común o a la intuición se alinea con lo que la gente generalmente piensa sobre estas cosas.

    Dicha investigación experimental está sujeta a muchos de los mismos temas que confrontan la experimentación en las ciencias sociales. Estos estudios tienen que ser replicables y deben caer dentro de una teoría psicológica o biológica que ayude a explicarlos. Cuando los filósofos pisan la filosofía experimental, se comportan mucho más como científicos que como filósofos, y están sujetos a los mismos estándares rigurosos que otros investigadores en disciplinas experimentales similares.

    Resultados de Otras Disciplinas

    La relevancia de los métodos experimentales para la filosofía sugiere una fuente más amplia de evidencia para las afirmaciones filosóficas, a saber, los resultados de las disciplinas científicas. Cuando los filósofos hacen afirmaciones sobre el mundo natural, deben ser conscientes de lo que dicen las ciencias naturales. Cuando los filósofos hacen afirmaciones sobre la naturaleza humana, deben ser conscientes de lo que dicen la biología y las ciencias sociales. Como ya hemos visto, existe una diferencia importante entre la investigación filosófica y estas diversas disciplinas. Sin embargo, dado que los filósofos intentan obtener alguna comprensión de la verdad en su conjunto, deben recibir pruebas de otras disciplinas que puedan ayudarlos a comprender mejor partes de toda esa verdad.

    El cuadro 1.1 resume estos diferentes tipos de evidencia filosófica.

    Tipos de Evidencia Descripción Ejemplo
    Historia Las ideas de filósofos históricos, sabios, filósofos naturales y pensadores religiosos pueden ayudarnos a comprender las cuestiones filosóficas contemporáneas. La pregunta “¿Qué es una buena vida?” es una preocupación filosófica perenne; los intentos de respuestas del pasado siguen teniendo relevancia para la gente contemporánea.
    Intuición El significado filosófico de la intuición se remonta mejor a Platón, para quien la intuición implicaba una especie de comprensión de la naturaleza misma de las cosas. La verdad de una oración matemática como “2+2=4” es tan clara que si resultara estar equivocada, tendrías que renunciar a las creencias fundamentales sobre la naturaleza de los números, la suma y la igualdad.
    Sentido Común Cuando los filósofos hablan de sentido común, se refieren a afirmaciones específicas basadas en la percepción directa del sentido. Alguien que está sosteniendo su mano frente a su cara puede afirmar con razón “esta es mi mano” sin tener que recurrir a más pruebas.
    Filosofía experimental La idea básica que motiva la filosofía experimental es que los filósofos utilicen términos y conceptos que puedan probarse en un laboratorio. Un filósofo podría plantear escenarios a los sujetos de investigación y preguntarles si creen que una ausencia de libre elección eliminaría la responsabilidad moral en estos escenarios, para poner a prueba una afirmación filosófica sobre la responsabilidad moral y el libre albedrío.
    Resultados de otras disciplinas La evidencia de otras disciplinas puede ayudar a los filósofos a comprender mejor partes de las investigaciones filosóficas. La información proporcionada por otros científicos sociales (por ejemplo, sociólogos, historiadores, antropólogos) puede ser utilizada para informar afirmaciones filosóficas sobre la naturaleza humana.

    Tabla 1.1 Tipos de evidencia filosófica

    Lógica

    Una de las primeras y más confiables formas que tienen los filósofos de verificar y analizar afirmaciones es mediante el uso de la lógica, que es, en cierto sentido, la ciencia del razonamiento. La lógica intenta formalizar el proceso que utilizamos o debemos usar cuando aportamos razones para algunas afirmaciones. Al interpretar las afirmaciones que hacemos usando la lógica, podemos evaluar si esas afirmaciones están bien fundadas y consistentes o si están mal razonadas. El capítulo sobre la lógica y el razonamiento proporcionará mucho más detalles sobre la naturaleza de la lógica y cómo es utilizada por los filósofos para llegar a la verdad.

    CONEXIONES

    El capítulo sobre la lógica y el razonamiento abarca este tema de la lógica con mayor detalle.

    Argumento

    El primer y más importante movimiento en la lógica es reconocer que las afirmaciones son producto de argumentos. En particular, una pretensión es sólo la conclusión de una serie de sentencias, donde las oraciones anteriores (denominadas premisas) aportan pruebas para la conclusión. En lógica, un argumento no es más que una forma de formalizar razones para sustentar una reclamación, donde la reclamación es la conclusión y las razones dadas son las premisas. En la conversación normal e incluso en la escritura filosófica, los argumentos rara vez se escriben con tanta claridad que uno puede identificar fácilmente las premisas y la conclusión. Sin embargo, es posible reconstruir cualquier argumento como una serie de oraciones con premisas y conclusiones claramente identificadas. Este proceso es el primer paso para analizar un argumento: identificar la afirmación que se está haciendo, luego identificar las oraciones que proporcionan evidencia de respaldo para el argumento. Este proceso requerirá necesariamente alguna interpretación por parte del lector. Por lo tanto, es importante tratar de permanecer fieles a la intención original del argumento y delinear las premisas y conclusiones de tal manera que muestren el razonamiento de la persona que formula esa afirmación.

    Una vez identificadas las premisas y conclusiones y escritas en orden, es posible utilizar técnicas formales para evaluar el argumento. Las técnicas formales serán cubiertas en el capítulo sobre lógica y razonamiento. Por ahora, basta señalar que existe un proceso para evaluar si las afirmaciones están bien sustentadas mediante el uso de las técnicas de la lógica. Las afirmaciones mal respaldadas pueden ser ciertas, pero sin buenas razones para aceptarlas, el apoyo de una persona a las mismas es irracional. En filosofía, queremos entender y evaluar los motivos de una reclamación. Así como una casa que se construye sin una base sólida se deteriorará rápidamente y eventualmente caerá, es probable que el filósofo que acepte afirmaciones sin buenas razones tenga un sistema de creencias que se desmoronará.

    Explicación

    Si bien los argumentos pueden considerarse como bloques de construcción para construir una base sólida de creencias sobre el mundo, los argumentos también pueden entenderse como explicaciones de fenómenos que son evidentes pero no bien entendidos. Para generar creencias fundadas, comenzamos con evidencia en forma de premisas e inferimos una conclusión a partir de esa evidencia. Para explicar los fenómenos observados, partimos de una conclusión en forma de alguna observación y razón retrógrada a la evidencia que explica por qué la observación es cierta. Por ejemplo, inferimos que hay un incendio basado en la aparición de humo, o inferimos un rayo cuando escuchamos truenos, aunque no veamos el relámpago. Podemos comparar la forma en que razonamos sobre las explicaciones con la forma en que un detective podría reconstruir un crimen a partir de las pruebas encontradas en la escena del crimen. Al reconstruir las premisas que llevaron a una conclusión dada, un filósofo puede explicar las razones de una conclusión que son evidentes a través de la observación. En resumen, la reconstrucción lógica puede ser utilizada para investigar el mundo que nos rodea, proporcionando una explicación racional de por qué el mundo es la forma en que aparece.

    Coherencia

    Finalmente, la lógica proporciona a los filósofos una poderosa técnica para evaluar un conjunto de afirmaciones o creencias. Podemos preguntarnos si un conjunto de creencias es lógicamente congruente entre sí. Dado que esperamos que nuestras creencias nos presenten un mundo que tenga sentido racional, queremos que esas creencias sean internamente consistentes. Un conjunto de creencias o declaraciones es coherente, o lógicamente consistente, si es posible que todas sean verdaderas al mismo tiempo. Si no es posible que las declaraciones o creencias sean ciertas al mismo tiempo, entonces son contradictorias. Parece irrazonable que una persona acepte afirmaciones contradictorias porque una contradicción es una imposibilidad lógica. Si una persona tiene creencias contradictorias, entonces debe estar equivocada sobre al menos algunas de sus creencias. Metafóricamente, la casa de creencias en la que viven debe estar mal fundada, al menos en algunos lugares. Cuando estés leyendo filosofía, debes estar al tanto de lugares donde el autor dice cosas que parecen ser inconsistentes. Si descubres inconsistencias, eso es un buen indicio de que al menos una de sus afirmaciones es falsa. Puede que no sepas qué afirmación es falsa, pero puedes saber que es lógicamente imposible que todas las afirmaciones sean ciertas.

    Ante la posibilidad de creencias incoherentes, el filósofo necesitará o revisar esas creencias para que se vuelvan consistentes, o necesitará renunciar a algunas creencias para preservar otras. La consistencia lógica no puede decirnos que un conjunto de creencias es cierto; una ficción completa puede ser lógicamente consistente. Pero la consistencia lógica puede decirnos lo que no es cierto. Es imposible que un conjunto de creencias lógicamente inconsistente sea totalmente cierto.

    Análisis Conceptual

    Una de las técnicas que utilizan los filósofos para aclarar y entender las afirmaciones filosóficas (ya sea premisas o conclusiones) es el análisis conceptual. El análisis conceptual implica el análisis de conceptos, nociones o ideas tal como se presentan en enunciados u oraciones. El término análisis ha sido parte de la terminología y metodología filosófica desde sus inicios. En su sentido más básico, el análisis se refiere al proceso de descomponer ideas complejas en ideas más simples. El análisis también involucra un cúmulo de estrategias relacionadas que los filósofos utilizan para descubrir verdades. Cada una de estas técnicas intenta llegar a una definición más clara y viable de los conceptos en cuestión.

    Cuando se les pide a los estudiantes que den una definición de algún concepto o término, frecuentemente acuden a un diccionario. Pero un diccionario sólo proporciona una descripción de cómo se usa un concepto en el habla ordinaria. Un diccionario no puede decirnos qué significa la palabra en un sentido fundamental porque las definiciones del diccionario nunca preguntan si ese uso común es coherente, exacto o preciso. Corresponde a la persona dedicada a la reflexión sobre el concepto averiguar qué significa el término y si ese significado encaja dentro de una comprensión más amplia del mundo. En la siguiente sección se ilustran cuatro métodos de análisis.

    Predicados

    Cuando los filósofos hoy hablan de conceptos, suelen referirse a una noción que proviene del trabajo sobre lógica realizado por el filósofo alemán Gottlob Frege. Frege demostró que cualquier oración en lenguaje natural podría traducirse a un lenguaje formal y simbólico, siempre que consideremos que la oración es una especie de función que describa una relación entre nombres (u objetos) y conceptos. Este lenguaje simbólico es lo que se ha convertido en lógica moderna. Frege modeló su lógica sobre las matemáticas, con la idea de que podría eliminar la ambigüedad y la vaguedad del lenguaje natural traduciéndolo en una notación puramente simbólica. Siguiendo a Frege, podemos dividir oraciones en partes, incluyendo nombres, o identificadores de objetos, y conceptos, o predicados.

    Un retrato en blanco y negro de 1879 muestra al matemático y filósofo alemán de 30 años Friedrich Ludwig Gottlob Frege con barba y bigote llenos.
    Figura 1.7 Joven Gottlob Frege aproximadamente en 1879. (crédito: “Young Frege” por autor desconocido/Wikimedia Commons, Public Domain)

    Los predicados son términos descriptivos, como “amarillo”, “seis pies de altura” o “más rápido que una bala a exceso de velocidad”. Frases simples como “la flor es amarilla” o “Superman es más rápido que una bala acelerada” se pueden analizar fácilmente en términos de objeto y predicados. Pero cualquier oración puede ser analizada de múltiples maneras. Y algunas oraciones expresan múltiples relaciones entre predicados y objetos. Por lo que el papel del análisis conceptual es identificar los predicados adecuados para el análisis y aclarar la relación entre ellos. Los predicados pueden ayudarnos a aclarar declaraciones. Para cualquier frase, podemos preguntar, ¿qué se está predicando y cómo se está predicando?

    Descripciones

    Si bien los conceptos que describen o categorizan objetos pueden analizarse mediante predicados, los propios objetos pueden analizarse mediante descripciones. Bertrand Russell identificó descripciones definidas como la forma de analizar nombres propios u objetos. Su idea es que en una oración como “la flor es amarilla” o “a mi perro le gustan las siestas”, el término sujeto, “flor” o “perro”, puede sustituirse por una oración descriptiva que identifique de manera única a esta flor o perro en particular. Hay características únicas que diferencian a mi perro de todos los demás, por ejemplo: mi perro nació un día determinado, vive en una ciudad determinada, me pertenece, u ocupa una ubicación específica. De igual manera, la flor se puede identificar por su posición en un jardín, campo o ubicación geográfica particular. Una de las percepciones de Russell fue que los nombres propios, como “Max” (supongamos que es el nombre que uso para llamar a mi perro), son descripciones definidas disfrazadas. Es decir, cualquier nombre propio puede ser sustituido por una descripción que identifique la única cosa nombrada.

    Una descripción definitiva es una forma de analizar nombres y términos de objeto con el propósito de hacerlos más como predicados. De esta manera podemos aclarar de qué estamos hablando sin recurrir a gestos, contexto, o experiencia directa. Probablemente hagas esto en tu vida cotidiana cuando te encuentres con confusión sobre un nombre. Por ejemplo, supongamos que un compañero de trabajo dice: “Kevin usó todo el papel de la impresora”. Si hay más de un Kevin en la oficina, podrías responder: “¿Cuál Kevin?” Y su compañero de trabajo puede entonces responder: “El de cabello castaño cuyo espacio de trabajo está justo al lado de la entrada”. “Oh”, podrías responder, “¿Te refieres al que tiene la foto de sus hijos en su escritorio?” En cierto sentido, este proceso de desambiguación de la referencia para el nombre “Kevin” es un proceso de búsqueda de una descripción más definida para complementar el nombre propio. Entender que el lenguaje se compone de descripciones y predicados definidos puede ayudarnos a eliminar parte de la ambigüedad y vaguedad que es una parte natural del discurso.

    Enumeración

    A veces, para entender el significado de un concepto, es útil enumerar sus partes componentes. Por ejemplo, podemos decir que un órgano gubernamental está integrado por su Poder Legislativo, su Ejecutivo y sus Poderes Judiciales. O podríamos reconocer que una célula está compuesta por un núcleo, una pared celular y orgánulos. El proceso de enumeración puede ayudarnos a especificar la naturaleza de lo que estamos hablando. En efecto, estamos identificando las partes que conforman un todo. Dado que las afirmaciones sobre el conjunto pueden analizarse como afirmaciones sobre sus partes y afirmaciones sobre cómo las partes pertenecen al todo, es útil enumerarlas y considerar cómo las afirmaciones sobre el conjunto se relacionan con las afirmaciones sobre las partes.

    Así como la enumeración es útil para comprender las cosas materiales, se puede usar para comprender conceptos abstractos. Por ejemplo, Aristóteles dice que la sabiduría está compuesta por el conocimiento científico, más la comprensión, donde la comprensión es la comprensión de los primeros principios y el conocimiento científico es la comprensión del razonamiento demostrado que se desprende de los primeros principios. Sea o no correcto Aristóteles, su enumeración puede ayudarnos a comprender la naturaleza de la sabiduría.

    Experimentos de Pensamiento

    Cuando los filósofos quieren aclarar la relación entre conceptos, suelen considerar escenarios hipotéticos destinados a aislar una o más características de un concepto y colocarlo en la relación apropiada con otros conceptos. Tales escenarios hipotéticos se denominan experimentos de pensamiento. Estos escenarios imaginativos nos permiten probar o comparar conceptos para entender mejor sus conexiones y consecuencias lógicas. Los filósofos han utilizado experimentos de pensamiento mientras tenemos un registro escrito del pensamiento filosófico. Por ejemplo, Platón ideó un elaborado experimento pensativo en La República, en el que representa a Sócrates y a varios de sus amigos describiendo una ciudad ideal. La premisa de este experimento pensativo es que si los filósofos pudieran describir en detalle una ciudad ideal, podrían identificar qué parte de la ciudad da origen a la justicia.

    Aristóteles, un filósofo griego que siguió a Platón, llega a la famosa afirmación de que “la naturaleza aborrece un vacío” (es decir, la naturaleza no permitiría el espacio vacío entre la materia) construyendo un experimento de pensamiento. Para argumentar a favor de esta conclusión, Aristóteles asume que existe tal vacío y luego se pregunta, ¿cómo se podría saber la distancia entre dos puntos en un vacío? Si hay alguna distancia entre dos puntos, razona Aristóteles, esa distancia tendría que ser propiedad de algo. Pero, por hipótesis, no hay nada entre los dos puntos: es un vacío puro. Aristóteles basa su razonamiento en la idea de que es imposible que las propiedades existan sin algo de lo que son propiedad. Este argumento revela que Aristóteles piensa que la distancia es una propiedad de la materia. En consecuencia, es imposible medir la distancia en un vacío puro. Por lo tanto, razona Aristóteles, no es posible que exista un vacío porque ocuparía una distancia que no tiene medida. Rompecabezas como éste pueden provocar una reflexión filosófica fructífera. ¿Qué opinas al respecto?

    Los experimentos de pensamiento también son comunes en la ética como una forma de probar teorías morales. Una teoría moral podría ser apoyada por un experimento de pensamiento si el resultado de aplicar la teoría a un caso hipotético tuviera buen sentido moral. Por otro lado, el experimento pensativo podría socavar la teoría moral al demostrar que cuando se aplica la teoría, da como resultado un desenlace absurdo o inmoral. En cualquier caso, los experimentos de pensamiento pueden ayudarnos a aclarar la relación entre nuestros conceptos y teorías.

    En el cuadro 1.2 se resumen estos cuatro métodos de análisis conceptual.

    Tipo de Análisis Conceptual Descripción Aplicación
    Predicados Los predicados son términos descriptivos, como “amarillo” o “seis pies de altura”. El papel del análisis conceptual es identificar los predicados adecuados para el análisis y aclarar la relación entre ellos. Los predicados pueden ayudarnos a aclarar declaraciones. Para cualquier frase, podemos preguntar, ¿qué se está predicando y cómo se está predicando?
    Descripciones Una descripción definitiva es una forma de analizar nombres y términos de objeto con el propósito de hacerlos más como predicados. De esta manera podemos aclarar de qué estamos hablando sin recurrir a gestos, contexto, o experiencia directa. Entender que el lenguaje se compone de descripciones y predicados definidos puede ayudarnos a eliminar parte de la ambigüedad y vaguedad que es una parte natural del discurso.
    Enumeración El proceso de enumeración puede ayudarnos a especificar la naturaleza de lo que estamos hablando. En efecto, estamos identificando las partes que conforman un todo. Dado que las afirmaciones sobre el conjunto pueden analizarse como afirmaciones sobre sus partes y afirmaciones sobre cómo las partes pertenecen al todo, es útil enumerarlas y considerar cómo las afirmaciones sobre el conjunto se relacionan con las afirmaciones sobre las partes.
    Experimentos de pensamiento Los experimentos de pensamiento son escenarios hipotéticos destinados a aislar una o más características de un concepto y colocarlo en la relación apropiada con otros conceptos. Los experimentos de pensamiento nos permiten probar o comparar conceptos para comprender mejor sus conexiones y consecuencias lógicas.

    Tabla 1.2 Cuatro métodos de análisis conceptual

    Trade-Offs

    El análisis conceptual, la lógica y las fuentes de evidencia juntos ayudan a los filósofos a componer una imagen del mundo que les ayuda a comprender mejor la verdad. Recordemos que los filósofos están tratando de entender cómo se juntan las cosas en el sentido más amplio posible. Sin embargo, es poco probable que una sola imagen filosófica del mundo resulte tan obviamente convincente que satisfaga completamente todos los criterios de lógica, evidencia y análisis conceptual. Es mucho más probable que haya cuadros en competencia, cada uno con fuertes razones para creer en ello. Esta situación es la base de las discusiones filosóficas. Ninguna imagen es tan obviamente cierta que todas las demás pueden ser descartadas. En cambio, tenemos que evaluar cada imagen del mundo y entender las compensaciones que estas imágenes nos imponen. Tenemos que considerar las implicaciones prácticas y lógicas de las creencias que tenemos para comprender completamente si esas creencias son verdaderas y correctas.

    Leer como un filósofo

    Extracto de “Pensamiento y consideraciones morales” de Hannah Arendt

    Hannah Arendt fue una filósofa germano-judía que huyó de Alemania en la década de 1930 y finalmente se estableció en la ciudad de Nueva York, donde se convirtió en una destacada intelectual pública. Es mejor conocida por su trabajo sobre el totalitarismo, el poder y la noción del mal. Acuñó la frase “la banalidad del mal” al informar para la revista New Yorker sobre el juicio de Nuremberg al burócrata nazi Adolf Eichmann. Los juicios de Nuremberg fueron una serie de juicios celebrados en Nuremberg, Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial en los que los líderes nazis rindieron cuentas de sus crímenes de guerra ante la comunidad internacional. Posteriormente, Arendt escribió el artículo “Pensamiento y consideraciones morales”, en el que describe las formas en que la incapacidad o falta de voluntad de Eichmann para considerar las consecuencias reales y morales de sus acciones le hicieron comportarse de manera radicalmente inmoral. Arendt diagnostica el problema central de una persona como Eichmann como “no estupidez sino una curiosa, bastante auténtica incapacidad de pensar”. Considera que el pensamiento implica juicios estéticos y morales; así, para que una persona se dedique a una acción maligna, necesariamente debe despreciar la autorreflexión y el pensamiento concienzudo.

    Lea este artículo, enfocándose particularmente en los dos primeros párrafos y los últimos cuatro párrafos. Es posible que pueda obtener una copia del artículo a través de JSTOR si accede a esta base de datos a través de la biblioteca de su universidad. Luego considere las siguientes preguntas:

    • ¿En qué sentido el pensamiento requiere consideración de preocupaciones morales y estéticas? ¿Cuál es la relación entre pensamiento y juicio?
    • ¿Cómo funciona la palabra conciencia en el análisis de Arendt? ¿Qué es lo importante de esta palabra para entender la naturaleza del pensamiento?
    • ¿Cómo funciona la figura de Sócrates en el análisis de Arendt para revelar el papel del pensamiento?
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    “Morder la bala”

    A veces, al sopesar las compensaciones de una visión en particular y sus consecuencias lógicas, puede decidir “morder la bala”. Esto significa que estás dispuesto a aceptar las consecuencias negativas de la vista porque la encuentras atractiva por otras razones. Por ejemplo, en el tema del libre albedrío, un filósofo podría estar comprometido con la idea de que los acontecimientos pasados determinan plenamente el futuro. En tal caso, el filósofo está dispuesto a aceptar la implicación negativa de que el libre albedrío es una ilusión. En ética, algunos filósofos están comprometidos con la opinión de que la moralidad está enteramente determinada por la cantidad total de efectos causados por una acción. Tales filósofos pueden estar dispuestos a aceptar cosas que de otro modo parecerían inmorales, como dañar a una persona individual, si esa acción resulta en una mayor cantidad de efectos positivos al final. Ninguna visión va a ser perfecta, y es difícil darle sentido al mundo en términos que podamos explicar y entender. No obstante, debemos ser honestos sobre las consecuencias lógicas y morales de las opiniones que sostenemos. Si en última instancia estás dispuesto a aceptar esas consecuencias para mantener la vista, entonces puedes morder la bala.

    Equilibrio Reflectante

    Otro método para evaluar las consecuencias lógicas y morales de nuestro pensamiento es usar juicios sobre casos particulares para revisar principios, reglas o teorías sobre casos generales. Este proceso de ir y venir entre una evaluación de la coherencia de la teoría y juicios sobre casos prácticos aplicados se denomina equilibrio reflexivo. Este proceso requiere la revisión de una postura teórica y de principios basada en juicios prácticos sobre casos particulares. El equilibrio reflexivo se logra cuando eres capaz de establecer cierta coherencia entre tus creencias teóricas y prácticas. El equilibrio reflexivo es una especie de método de coherencia: es decir, el equilibrio reflexivo justifica las creencias al evaluar su consistencia lógica. Sin embargo, a diferencia de un enfoque de coherencia tradicional, el equilibrio reflexivo fomenta el uso de juicios prácticos y aplicados sobre los casos como parte del conjunto de creencias que es lógicamente consistente. El equilibrio reflexivo es un método importante para que los estudiantes introductorios entiendan porque con frecuencia los estudiantes se sienten tentados a pensar que necesitan resolver cuestiones teóricas antes de que puedan considerar aplicaciones. O pueden elegir una teoría y luego tratar de aplicarla a los casos. El equilibrio reflexivo enfatiza que este procedimiento probablemente no sea posible ni deseable. En cambio, un filósofo debe ser consciente tanto de los compromisos teóricos como de las preocupaciones prácticas de su posición y utilizar su comprensión de cada uno para informar el análisis final de sus creencias.


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