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5.2: Incorporación de Fuentes

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    Aquí hay un pasaje de la escritura académica (un extracto, no un artículo completo) que ilustra varias formas en que las fuentes pueden figurar en un enfoque de “Ellos Diy/Digo” 3:

    Willingham (2011) se basa en la ciencia cognitiva para explicar que los estudiantes deben ser capaces de regular sus emociones para poder aprender. La autorregulación emocional permite a los estudiantes ignorar las distracciones y canalizar su atención y comportamientos de manera apropiada. Otros hallazgos de investigación confirman que la ansiedad interfiere con el aprendizaje y el rendimiento académico porque hace que las distracciones sean más difíciles de resistir (Perkins y Graham-Bermann, 2012; Putwain y Best, 2011).
    Otros científicos cognitivos señalan que el aprendizaje profundo es en sí mismo estresante porque requiere que la gente piense mucho en material complejo y desconocido en lugar de depender de atajos cognitivos.

    Kahneman (2011) describe esta diferencia en términos de dos sistemas de pensamiento: uno rápido y otro lento. El pensamiento rápido se basa en suposiciones y hábitos y no requiere mucho esfuerzo. Por ejemplo, conducir una ruta familiar o un viaje de rutina de compras de comestibles no suelen ser actividades intelectualmente exigentes. Pensar lento, por otro lado, es lo que hacemos cuando nos encontramos con problemas y situaciones novedosas. Es esforzado, y por lo general se siente tedioso y confuso. También es emocionalmente desafiante porque somos, por definición, incompetentes mientras lo hacemos, lo que provoca cierta ansiedad. Resolver un problema difícil es gratificante, pero el camino en sí suele ser desagradable.
    Estos conocimientos de la ciencia cognitiva nos permiten evaluar críticamente las afirmaciones hechas en ambos lados del debate sobre la reforma educativa. Por un lado, ponen en duda las afirmaciones de los reformadores educativos de que medir el desempeño de los maestros por los puntajes de los exámenes de los estudiantes es la mejor manera de mejorar la educación. Por ejemplo, el Centro de Reforma Educativa promueve “la implementación de sistemas de rendición de cuentas sólidos, basados en datos y basados en el desempeño que aseguren que los maestros sean recompensados, retenidos y avanzados en función de cómo se desempeñan para agregar valor a los estudiantes que enseñan, medidos predominantemente por el rendimiento estudiantil” (http://www.edreform.com/issues/teacher-quality/#what-we-believe). La investigación que describen Willingham (2011) y Kahneman (2011) sugiere que las pruebas frecuentes de alto riesgo en realidad pueden funcionar en contra del aprendizaje al introducir una mayor ansiedad en el entorno escolar.
    Al mismo tiempo, los opositores a la reforma educativa deben reconocer que estos hallazgos de investigación deberían impulsarnos a echar un nuevo vistazo a cómo educamos a nuestros hijos. Si bien Stan Karp de Rethinking Schools tiene razón cuando argumenta que “las fórmulas basadas en datos [basadas en pruebas estandarizadas] carecen tanto de credibilidad estadística como de una comprensión básica de las motivaciones y relaciones humanas que hacen posible la buena escolarización” ( www.rethinkingschools.org/arc... 6_03_karp.shtm), no necesariamente se deduce que todas las propuestas de reforma educativa carezcan de mérito. Los estándares desafiantes, junto con la capacitación específica en autorregulación emocional, probablemente permitirán que más estudiantes tengan éxito. 4

    En ese ejemplo, las ideas de Willingham y Kahneman se resumen con aprobación, se refuerzan con hallazgos de investigación adicionales, y luego se aplican a un nuevo ámbito: el debate actual en torno a la reforma educativa. Las voces en ese debate fueron retratadas con la mayor precisión posible, a veces con citas representativas. Lo más importante es que todas las referencias estaban ligadas directamente al propio punto interpretativo del autor, el cual se basa en las afirmaciones citadas.

    Creo que la lección más importante para mí para aprender sobre las fuentes fue que la mejor manera de usarlas es crear un nuevo punto. Lo que quiero decir con esto es en lugar de usarlas solo para respaldar tus puntos, crear tu propia conclusión a partir de lo que dicen tus fuentes. Como estudiante de psicología, miro muchos datos de investigadores que han creado una conclusión a partir de un metaanálisis (una combinación de muchos estudios sobre lo mismo). Entonces así es como me gusta pensar en usar fuentes, voy a mirar muchos artículos sobre el mismo tema y luego llegar a mi propia opinión. Después de usar tus fuentes, es muy importante citarlas correctamente. En lo personal, quiero ser un erudito respetado y digno de confianza. No obstante, si alguno de mis papeles se encontrara sin las citas adecuadas, todo mi arduo trabajo sería para nada y la gente desconfiaría del resto de mi trabajo.

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    Como puede ver, hay momentos en los que debe citar o parafrasear fuentes con las que no está de acuerdo o que no encuentran particularmente convincentes. Pueden transmitir ideas y opiniones que ayuden a explicar y justificar su propio argumento. De igual manera, cuando cite fuentes con las que esté de acuerdo, debe elegir citas o paráfrasis que sirvan como bloques de construcción dentro de su propio argumento. Independientemente del papel que cada fuente juegue en tu escritura, ciertamente no necesitas encontrar frases completas o pasajes que expresen tu pensamiento. Más bien, concéntrese en lo que cada una de esas fuentes está reclamando, por qué y cómo exactamente sus afirmaciones se relacionan con sus propios puntos.

    El resto de este capítulo explica algunos principios clave para la incorporación de fuentes, principios que siguen desde el punto general de que la escritura académica se trata de entrar en una conversación continua.


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