1.2: Pruebas puntuales
- Page ID
- 71230
Las pruebas puntuales (análisis de manchas) son procedimientos químicos simples que identifican de manera única una sustancia. Se pueden realizar en muestras pequeñas, incluso muestras microscópicas de materia sin separación preliminar. El primer reporte de una prueba puntual fue en 1859 por Hugo Shiff para la detección de ácido úrico. En una prueba puntual típica, se agrega una gota de reactivo químico a una gota de una mezcla desconocida. Si la sustancia en estudio está presente, produce una reacción química caracterizada por uno o más observables únicos, por ejemplo, un cambio de color.
Detección de Cloro
Un ejemplo típico de una prueba puntual es la detección de cloro en fase gaseosa por la exposición a papel impregnado con 0.1% de 4-4'bis-dimetilamino-tibenzofenona (tio-cetona de Michler) disuelta en benceno. En presencia de cloro el papel cambiará de amarillo a azul. El mecanismo involucra la forma zwitteriónica de la tiocetona
Esto, a su vez, sufre una reacción de oxidación y posterior acoplamiento de disulfuro
Bibliografía
- L. Ben-Dor y E. Jungreis, Microchimica Acta, 1964, 52, 100.
- F. Feigl, Spot Tests in Organic Analysis, 7a Ed. Elsevier, Nueva York, 2012
- N. MacInnes, A. R. Barron, R. S. Soman, y T. R. Gilbert, J. Am. Ceram. Soc., 1990, 73, 3696.
- H. Schi, Ann. Chim. Acta, 1859, 109, 67.